-Regresaré a casa, Joel -le avisé.
Podía notar sus labios enrojecidos. Me acerqué a él pero simplemente asintió-. Está bien.
Di un beso en su mejilla y miré la guitarra por última vez.
-Dejaré el obsequio aquí... -susurré y podía notar como mi tristeza se escuchaba en el tono de mi voz. Ni siquiera noté su expresión, simplemente salí de la habitación. Caminé lo más rápido posible y mamá tanto Christian estaban en la sala de espera-.Ya puedes pasar nuevamente a la habitación -hablé refiriéndome a mi padrastro-. Yo ya me voy con mamá.
- Está bien -respondió él poniéndose de pie- ¿no te llevarás tu guitarra?
-No... -susurré mirando a mamá-. No puedo aceptarla.
-No creo que Joel quiera que no la aceptes, por algo te la regaló -me dijo él y yo sonreí tímida. Caminé hacia él para despedirme y mamá se levantó sin decirme nada para llegar hasta el auto.

...

- ¡Venga, déjalo ya papá! -dijo Joel mientras azotaba la puerta de su habitación. Habían pasado ya tres semanas desde que había salido del hospital y aún no hablaba con nadie. Iba a la escuela por algunas horas y hacía raras anotaciones en su libreta, su mejor amiga era la computadora en la que escribía todo lo que entendía pero batallaba para hacer sus trabajos finales. Un día quise ayudarle pero él simplemente no me dejó. Ya no hablaba conmigo, ya no jugaba conmigo, ya no me dejaba ayudarle. Ya no era el Joel que conocí. Sentía que ahora se la pasaba ignorándome. Cada que lo buscaba para conversar sobre algo, él terminaba la conversación con un: "estoy cansado, hablamos luego" y después, subía hasta su habitación. Estas semanas han sido difíciles y aún más porque el hecho de no hablar con casi nadie en el día... lo hace aún más largo. Hasta donde lo he podido conocer, Joel es ese tipo de persona que le gusta ser independiente y ahora con su discapacidad, es todo lo contrario.
Él necesitaba saber que no podía hacer las cosas solo, que no podría simplemente salir de casa con su bastón y llegar a donde quisiera. Parker era el único que entraba a verlo, pero aun así, no era suficiente. Hablaban mucho y un día pensé que él me daría la información que yo necesitaba saber, pero lo único que dijo fue: "No lo abrumes demasiado. Necesita tiempo". Lo entendí, pero aun así, me molestaba. Quería a Joel de vuelta. Seguí sentada en mi lugar favorito, mientras que trataba de distraerme... tan solo un poco. La única opción que tenía hasta ahora para divertirme era tocar guitarra, pero mamá escondió el obsequio de cumpleaños que me había dado Joel y, la guitarra que él me había prestado semanas atrás se encontraba en su habitación. Sentía temor, no quería si quiera tocar su puerta. Pero me armé de valor. Dejé el cojín que tenía en mis piernas a un lado y me levanté para después estar frente a la puerta de mi hermanastro. Tan solo necesitaba tocar y escucharía su voz del otro lado de la puerta. Cerré los ojos y golpeé la puerta con mis nudillos un par de veces.

- ¡¿QUIEN?!

Sentí como mi estómago se revolvía.

-Soy... ______ -susurré.
- ¿Qué necesitas? -su voz, un poco más tranquila.
-¿Podría tomar la guitarra que me prestaste? -le pregunté, mientras que la puerta de la habitación aún nos separaba. No escuché respuesta alguna. Recargué mi rostro contra la puerta de su habitación y cuando pensé que él ya me había ignorado la puerta se abrió, dentro encontré a Joel sin camisa con el estuche de 'mi guitarra' en sus manos-. Toma.
Tomé el estuche dudosa y suspiré-. Mamá se molestará si se entera que me la diste.
- Si la tocas dentro de mi habitación ni siquiera lo notará y pensará que soy yo.

Noté como se hacía a un lado y entré nerviosa. Esta sería posiblemente la primera vez que él me ha invitado a entrar a su habitación. Dejé el estuche en la cama y al abrirlo, vi aquella guitarra que tanto me gusta. Es demasiado amor para un material... pero era amor verdadero. Él no dijo nada más y se recostó en la cama. Comencé a afinar la guitarra y estaba distraída, simplemente no estaba prestando atención a nada, pero logré hacer que sonara bien.

Who's lovin' You? Where stories live. Discover now