Capítulo 4

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Me levanté y nuevamente ese olor a desayuno que me pone de mal humor algunas veces en las mañanas. Había amanecido algo fresco... o realmente era muy temprano. Miré el reloj, eran las 7:00 a.m. ¿Quién se levanta a esta hora por si solo? No, más bien... el olor a comida me levantó. Bajé las escaleras y noté a toda nuestra "familia" desayunando. Mamá al verme me sonrió de oreja a oreja y Christian se levantó de su asiento para ir hacia la cocina y servirme un vaso con jugo de naranja. No sé si era solo yo notándolo ahora. Pero todos se preocupaban por que yo estuviera aquí contenta, segura y agradándoles a todos. Excepto Joel, que no me miraba en lo absoluto. Scott estaba devorando un pan tostado y gruñía por tener que estar levantado. Jess ya estaba retocando su labial y me miro con media sonrisa.

-Gracias -le dije a Christian-. Pero no quiero desayunar, normalmente nunca desayuno porque mi estómago se revuelve -él asintió y miré a mamá, la cual tenía su boca torcida-. ¿Volveré a quedarme sola todo el día?
- Hija yo... No, hoy faltaré al trabajo y... Pasaremos el día en el parque, ¿Que dices? ¿Quieres ir al cine o algo?
-¿Faltarás porque puedes faltar o simplemente porque yo te lo pido? Porque si es así... realmente no quiero que faltes. Puedo quedarme jugando, buscando algún amigo con los vecinos... lo que sea.
- Es... -la miré, últimamente tenía tiempo para todo excepto para mí- volveré a las 5, lo prometo.
-Te esperaré -sonreí y di media vuelta para subir por las escaleras. Tomé la guitarra que Joel  me había prestado y me senté en mi lugar favorito, tocando algunas canciones que ya no les había prestado atención tiempo atrás. No sé si salir con mamá sea la mejor idea de todas, pero desde que llegamos aquí no hemos tenido momento madre e hija y realmente soy muy unida a ella. Le diría que me siento bien... y a gusto con la familia de Christian, porque de cierta manera... era cierto.
- Hola... -esta vez era Jess la que me hablaba- lamento interrumpirte.
-Jess... hola -sonreí y me levanté dejando la guitarra a un lado de mí-. ¿Qué sucede?
- Uh... Hoy en la escuela tenemos un convivio, porque es el día del amor y la amistad, ya sabes... ¿Quieres venir?
- ¡Sí! -junté ambas manos y las entrelacé con emoción-. Parece que nunca salgo... pero nunca salgo -reí y ella lo hizo también-. ¿Quién más asistirá?
- Solo nosotras y Joel, pero él por qué tocará en la banda. No está más en mi escuela. Su festejo es por la noche -murmuró.
-Estaré lista... -sonreí y tomé la guitarra para colocarla en un pequeño sofá que tenía en mi habitación. Entré a mi closet y traté de buscar algún atuendo que me convenciera para poder usar, pero nada me convencía. De pronto vino a mi mente esa blusa que me regaló papá en uno de mis cumpleaños, era roja... un poco más arriba de mi ombligo. Él siempre los combinaba con unos shorts que llegan a la cintura, acompañados de mis vans negros. Supongo que me vería bien.... aún faltaba arreglar mi cabello y transformar mi cara.

Cuando por fin estuve lista y logré terminar de maquillarme, me mire en el espejo. En definitiva, era todo un cambio cuando decidía mostrar otra imagen. Estaba esperando que alguno de mis hermanastros llamara a la puerta de mi habitación y así poder salir sin vergüenza alguna... era muy penosa. Traté de no pensar en que no podría asistir a la tarde de madre e hija que había tenido con mamá... pero no puedo engañar a nadie, quiero divertirme un rato... conocer a personas y así poder salir de vez en cuando. Quizá me encontraría a Christopher ... el patán que fingió ser amigo de Joel.
Esperé durante unos minutos hasta que unos toquidos tímidos aparecieron en mi puerta. La abrí con lentitud y era Jess quien estaba parada ahí con una falda corta y una blusa de tiras. En el cuello llevaba un collar de cadena y tacos altos-. ¿Estás lista?
-Sí... más que lista -sonreí y caminé cerrando la puerta de mi habitación. Di un último inventario sobre las cosas que llevaba en mi pequeño bolso y todo estaba bien... no me faltaba absolutamente nada. Bajé las escaleras y estaba un chico alto con cabello oscuro y ojos marrones. Se levantó al verme y me sonrió extendiendo su mano. Supongo que era algo de la familia... quizá, el novio de Jess.
- Hola -se presentó- me llamo Richard -sonrió amablemente- tú debes de ser _____-
-Ella misma -sonreí-. Tú debes de ser... ¿el novio de Jess? -él asintió y vi como observaba por encima de mi hombro. Me giré y mi hermanastra bajaba por las escaleras con una gran sonrisa que delataba lo feliz que se encontraba.
- No me gustan las fiestas que son por las mañanas, pero ha de ser un buen día, además aprovecharás el tiempo con tu mamá -alentó Jess mientras se acercaba a su novio-. Veo que ya conociste a Richard.
-Creo que sí -susurré y Richard se apresuró a abrir la puerta de la casa. Su auto estaba estacionado afuera y nos abrió la puerta a ambas. Antes de que él entrara agregué-: No estoy muy segura de salir con mamá, siento que salirse antes del trabajo le perjudicará tarde o temprano -Jess se giró a verme y clavé mi mirada en la ventana.
- Entonces... ¿por qué no le dices que pasarás el día con nosotros? -me encogí de hombros y ella se giró en su asiento. Miré hacia la puerta y noté que Joel  salía de la casa con una camisa negra de vestir y unos jeans entallados del mismo color. Llevaba unos lentes oscuros a pesar de que no había demasiada luz del sol. Iba a abrir la boca pero Richard  ya había acelerado. Sabía porque llevaba esos lentes... lo sabía muy bien. Estaba emocionada, quería saber que tal tocaban él y su banda. Si me la estaría pasando bien en el convivio, llamaría a mamá para cancelar nuestra tarde. Permanecí callada el resto del camino, admirando las calles ricas de Chicago. Nuestro estado económico era mucho mejor que el de antes, nada de lo que tenía anteriormente se comparaba a lo que tenía ahora. Me sentía alguien que nunca sería... por más que lo intentara. Lo mío nunca sería comprar un barniz de uñas de más de tres dolares. Aunque ellos estaban muy seguros económicamente, no parecían estar tan conscientes de la cantidad de dinero que usaban. Siempre parecía que no les importaba que usaran algo de marca, para ellos era solo ropa o al menos eso se asemejaba. Por fin llegamos a la escuela. Que en realidad era un instituto y lucía bastante caro.
Todos estaban con su grupito de amigos, mientras que yo era el mal tercio de mi hermanastra. Ella me tomó por mi brazo al bajar, así como también tomó la mano de Dylan. Algunas miradas se posaron en nosotros y traté de sonreír ante ellos, fingiendo mi seguridad por verme tan vulgarmente.

Who's lovin' You? Where stories live. Discover now