|| Dieciocho ||

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El chico se encontraba acostado desde hace dos días. Dos días en los cuales Tom no se había movido de la habitación, cuidando de él con mucha precaución.

Desde que Harry se había quedado dormido en el lago no se había despertado, y el ojiazul no sabía qué hacer. Era como si supiera qué pasaría, pero no pudiera comprenderlo, era como saber sin saber.

-Riddle -regañó Severus Snape harto de la pierna nerviosa del mayor.

-¿Qué le pasó? -balbuceó mirando dijo al joven. Su piel pálida y cabello aún más oscuro, estaba preocupado.

-Ya lo sabes -recordó el contrario mirando con paciencia al ojiazul.

-Mi Esmeraldas... ¿Por qué no ha despertado?

-Riddle...

-¡Severus! -comentó molesto- ¡Sí, lo sé!... pero no puedo pensar mientras lo veo ahí, tan sólo respirando...

-Ha tenido su herencia -comentó el ojinegro con aburrimiento-. Usualmente se desmayan por la energía que reciben... aunque siempre despiertan al día siguiente. -eso último alarmó aún más a Tom- Debe ser mi fuerte, mi niño -susurró acariciando la frente del joven con cariño. Se empezaba a parecer a su padre.

De repente los ojos del chico se abren, mirando a su alrededor con atención sólo moviendo sus ojos.

-Esmeralda -murmuró el ojiazul acercándose más a él-, me alegro tanto...

Pero el ojiverde simplemente lo miró, antes de sonreír de lado, casi pícaro.

-Tom -canturreó sentándose en la cama y gateando hacia él con rapidez-. Tom...

Riddle miró los ojos del extranjero y descubrió que, en esos momentos, los ojos del menor eran líquidos, como si alguien hubiera tenido la osadía de derretir la esmeralda más brillante y convertirla en ojos.

Dos brazos agarraron su camisa y lo acercaron al ojiverde, quien parecía perdido dentro de su mundo, mirando solamente a una persona. De un momento a otro dos labios se juntaron con los suyos, no podía negar lo bien que se sentía el toque, pero la extrañeza del acontecimiento le hizo seguir consiente.

De un momento a otro se encontraba acostado en la cama con un pequeño licántropo entre sus brazos, ronroneando complacido por el contacto. Sus manos se dirigieron al cabello negro del chico, causando que los ronroneos se oyeran aún más fuerte.

-¿Severus...?

-Oh, Tom, eres un completo ciego cuando se trata de Harry -se burló mirando a su líder, quien casi lo asesina con la mirada-. El joven Black lo ha elegido como su pareja... Como usted lo eligió a él cuando sus ojos cambiaron de color.

Los ojos de Tom volvieron a la pequeña figura frente a él, controlada por sus instintos y ronroneando con su contacto, parecía tan complacido que empezaba a volver a dormirse. El heredero de Slytherin sonrió fascinado ante el hecho de ser él su pareja.

Todos sus miedos se dispersaron en ese momento. La vida realmente parecía tener sentido en ese momento.

Esmeralda.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora