-¿Qué haces?-preguntó Adara, mirando el suelo.

-Llevarte a la cocina, ¿no querías hacer pastelillos conmigo?
-preguntó el azabache, sin dejar de mirar al frente. El rostro de la pequeña volvió a iluminarse con su sonrisa, llegando a abrazar a su hermano con emoción.

-Si, Reiji. Si quiero hacer pastelillos contigo.-dijo ella, sin separarse de su hermano mientras entraban a la cocina.

Reiji sonrió victorioso y sentó a la pequeña en la mesa de mármol.

-Nesecitamos los ingredientes.
-dijo él, caminando hasta los cajones de la cocina.

-¡Yo haré la crema!-dijo la pequeña, pensando en lo delicioso que quedaría la crema.

-Aquí están los ingredientes para los pastelillos; harina, leche y huevos.-dijo Reiji, poniendo los ingredientes en la mesa.

Adara sonrió y bajó de la mesa, corriendo hacia los cajones y sacando los ingredientes para la crema. Luego de unos minutos, empezó a mezclar los ingredientes, quedando la esponjosa crema. Los pastelillos ya estaban en el horno. Mientras miraba los pastelillos cocinarse, a Adara se le ocurrió una gran idea; ¿Que mejor idea que tirarle harina a su hermano?

-Oh Reiji... -canturreó la albina, ganándose la mirada curiosa del nombrado. Rápidamente la pequeña cogió, en su pequeña mano, harina y se la arrojó al chico frente suyo.

-¿Pero qué...? ¡Adara!-exclamó el azabache, con rostro furioso. Adara río a carcajadas al ver a su hermano totalmente lleno de harina, y con sus lentes manchados.

Reiji molesto, tomó a Adara en brazos, mientras cogía un huevo y se lo estrechaba en la cabeza.

-¡Hey! Estúpido, mi cabello, idiota.-exclamó la pequeña, mirando con enojo a Reiji que comenzaba a sonreír victorioso.

La pequeña infló sus mejillas y se cruzo de brazos, con sus mejillas levemente sonrojadas. A Reiji le dio gracia el gesto de su hermana, provocando que su sonrisa se ensanchara aún más.

Adara observaba como su hermano sonreía provocando que le devuelva el gesto y ría. Luego de calmarse un poco, abrazó a Reiji.

-Pequeña traviesa. ¿Cómo puedes hacer tantas travesuras?
-preguntó Reiji, abrazando por la cintura a su pequeña.

-Solo soy yo, hermano.-dijo Adara, juntando su frente contra la de Reiji, con una pequeña sonrisa.
-Oye... -llamó la pequeña.

-¿Si?-susurró el azabache, sin dejar de mirar a su hermana, la cual poco a poco puso un rostro de preocupación.

-¡Los pastelillos!-exclamó la pequeña, mientras bajaba de los brazos de su hermano.

-¡Los pastelillos!-exclamó Reiji, corriendo hacia el horno.

-¡Pastelillos!-exclamó Laito, apareciendo de la nada.

-¡Laito!-volvio a exclamar la pequeña.

-¡¿Qué?!-volvio a exclamar Laito.

-Callate.-dijo Adara, cruzándose de brazos.

Laito río y se dirigió hasta quedar frente a su hermana.

-Callame.-retó el pelirojo.

-Esta bien.-dijo retadora, tomando un poco de harina y metiéndole en la boca de Laito.

Laito toció, escupiendo toda la harina en el basurero.

-¡Hey! Casi me como eso.
-dijo Laito, tomando un poco de agua y botándola en el lavatrastes.

-Tu me dijiste que te calle, solo encontré harina.-se defendió la albina, encogiéndose de hombros. Laito le sacó la lengua, haciendo que Adara lo imite.

-Listo.-dijo Reiji. Adara volteo su atención hacia Reiji, apreciando los deliciosos pastelillos que se encontraban ya con la crema que Adara había preparado.

-Se ven deliciosos.-dijo Adara, acercándose hasta los pastelillos y cogiendo uno.-¡Delicioso! Laito, ¿Puedes llamar a los chicos?

-No hace falta, están todos en la sala~-dijo Laito, observando la pequeña mancha de crema que Adara tenia en sus labios, haciendo que este se sonrojara, y que una sonrisa lujuriosa apareciera en sus labios. Adara lo miró mal, y le volvió a sacar la lengua.

-¿Segura que quieres compartirlos, pequeña?-dijo Reiji, cruzándose de brazos.

-Claro que si. Me gusta compartir, hací que si.
-dijo Adara, mientras una sonrisa sincera aparecía en su rostro.

Reiji sonrió con orgullo al ver que su pequeña hermana era amable.

-Esta bien, llevalos.
-dijo Reiji, dándole la charola con los pastelillos a Adara.

Adara cogió la charola y salió hacia la sala.

-¡Pastelillos recién salidos del horno!-exclamó la pequeña, dejando la charola en la mesita del centro. Todos los hermanos sonrieron y tomaron uno, Adara y Reiji incluidos.

Adara le gustaba ver felices a sus hermanos, ella sabía que no se llevaban bien, pero ella trataría de unirlos como hermanos.

Hermana menor: Experimento [D.L] (EDITANDO)Where stories live. Discover now