Inalcanzable | DESCONTINUADA

18 | Problemas.

18 | PROBLEMAS.

Estamos con Stiles sentados a la orilla del arroyo. De alguna manera logré secarnos a ambos, y gracias a Dios, porque estoy segura de que sino agarraríamos una pulmonía.

—¿Por qué no te gusta?

—¿A qué te refieres?—pregunto frunciendo el ceño.

—El tener poderes. El poder hacer lo que haces. Lo he notado. Te avergüenza un poco, pero es como si quisieras evitarlo.

¿Cómo puede conocerme tan bien? ¿Cómo es que puede saber lo que me pasa con solo una mirada? Dios, el hecho de que lo haga hace que se me acelere el corazón.

—Es que, el hacerlo, el verlo por mí misma, me recuerda que ya no soy una humana y que jamás volveré a serlo. Antes no lo notaba tanto porque no podía hacer mucho, pero ahora... Es como si la línea estuviera marcada con marcador indeleble. Además, no a todos les fascina como a ti: los cazadores me matarían si creyeran que soy un peligro, y mi madre... La verdad no sé qué haría ella, pero ya no me vería de la misma forma, eso es seguro.

Luego de unos momentos siento los brazos de Stiles rodeándome, y me permito apoyarme en su pecho mientras sigo mirando al arroyo.

—¿Qué importa si no eres humana? Eres completamente asombrosa y grandiosa de la forma en la que eres, y estoy seguro de que tu madre pensaría lo mismo. Piénsalo de esta manera: eres especial y con un poco de práctica podrás patear todos los traseros que quieras. Es más, podrías ser parte del equipo de Marvel —sonrió ante la referencia de Stiles.—Está bien si ya no quieres volver a hacerlo, pero lo que haces, el haberlo aprendido tú sola y sin ningún guía, es asombroso, Lía.

Sin quitar mi sonrisa envuelvo mis brazos en el torso de Stiles.

—Tú eres asombroso.

—También —río.—Ya se nos ha hecho tarde; creo que deberíamos volver.

—¿Qué hora es?

—Como las siete, pero tienes que aparecer por tu casa en algún momento.

—Sí, tienes razón.

Se levanta primero y luego me extiende una mano y me ayuda a hacerlo.

—¿Me ahogarías si te pongo la venda de nuevo?

—Completamente.

🌙 🌙 🌙 🌙 🌙

Subo a mi habitación luego de una pequeña charla con mi madre. Dios, me siento horrible. No aparecí por casa casi por dos días.

'¿Estás bien? ¿Te pasa algo?'

Dios, a veces quisiera poder responder a esas preguntas. A veces quisiera poder hablar con ella por horas y horas sobre lo angustiada que me siento con respecto al mundo sobrenatural, pero eso solo empeoraría todo para ella.

'Todo está completamente bien.'

Y siempre termino diciendo la misma respuesta de siempre.

Mi teléfono suena en algún lugar de mi cama, por lo que luego de resolver las sabanas como loca, le contesto a un número desconocido. La verdad es que no me gusta perder las llamadas; tal vez era algo importante y yo no contesté.

—¿Hola?

—¿Lía?

Oh por Dios. Yo conozco esa voz, y es una voz que pensé jamás volvería a escuchar.

—¿Señora Meller?

—Sí, querida, soy yo —responde, pero hay algo extraño en su voz.—Lamento llamarte tan tarde.