13| Estrategias.

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13| ESTRATEGIAS.

No sé cómo, pero de alguna forma, siento que el suelo se mueve a mi alrededor. Lo que es raro, porque ni siquiera sé dónde está el piso. Lo único que veo son pequeños fragmentos de colores, de todos ellos. No hay ninguno igual. De alguna forma, algún verde es distinto que el otro, algún azul es más claro, y algún amarillo es más brillante. Y todos ellos me provocan sensaciones distintas, lo cual es aún más extraño, porque ni siquiera siento mi cuerpo. Son sensaciones que hacen que sienta que la cabeza (o lo que supongo que es mi cabeza, porque solo distingo dolor), me explote.

Dios, es como miles de martillos golpeándome en la cabeza, como si quisieran abollarla.

¿Vieron el sonido que hace la televisión cuando no hay un canal disponible? ¿Cuándo se pone en gris? Bueno, para empeorarlo todo, esos malditos e irritantes sonidos comienzan a atacarme, empeorando todo.

Comienzo a tener conciencia de mi cuerpo, y siento otro tipo de presión sobre mi cabeza, uno que no es efectuado por los miles de colores. Lo que parecen horas después comprendo que soy yo misma, haciendo presión con mis manos en mi cabeza. No sé si de esa forma el dolor frena, porque al parecer estaba muy inconsciente cuando las coloqué allí, pero temo quitarlas y que esto empeore, por lo que las dejo ahí, incluso haciendo más presión que antes.

El sonido irritante comienza a disminuir, pero es intercambiado por otro. Una voz. ¿Qué dice? ¿Mía? ¿Liam?

Lía, pequeña idiota.

Mi nombre hace eco entre mis oídos, y... ¿Esa es la voz de Stiles? Escucho un poco más. Sí, definitivamente es la voz de Stiles.

Los colores comienzan a desaparecer, y las punzadas en mi cabeza son menos dolorosas, hasta que desaparecen casi por completo. Suelto el aire que contenía con mucho esmero y disminuyo un poco la presión de mis manos sobre mi cabeza.

La voz de Stiles comienza a perder el eco y a hacerse más clara. Mi respiración, (que ahora noto está acelerada), comienza a disminuir un poco, y me permito abrir los ojos. Rápidamente levanto la mirada en busca de Stiles. Al momento encuentro su cara y la de Scott (quien también mueve los labios, pero extrañamente solo escucho a Stiles), soy suficientemente rápida para notar cómo sus expresiones pasan de preocupadas a sorprendidas.

—¡Wow!—suelta Stiles, moviendo sus manos frente a su cara de una forma extraña.

—Lía... Tus ojos...

—Oh, lo siento —aprieto mis ojos fuertemente y luego los abro.—¿Mejor?

Niegan.

—Diablos.

Cierro mis ojos otra vez, pero no puedo hacer que pierdan ese brillo. Sé lo que sucedió: perdí el control. Y aún no lo recupero.

El esfuerzo solo me causa más dolor de cabeza, por lo que suspiro y abro los ojos rendida.

—Lo siento, no puedo pararlo.

—Hey, está bien —dice Stiles, y coloca una mano sobre la mía, la cuál descansa en el suelo.

Me permito relajarme ante el tacto de Stiles y cierro los ojos mientras asiento. Unos segundos después los abro nuevamente.

—¿Lo ves? Ya pasó —asiento calmandome un poco—.¿Desde cuándo puedes hacer eso?—pregunta Stiles.

—Lo descubrí ésta mañana.

—¿Eso era lo que querías contarnos?

—Eso y algunas cosas más, pero ahora necesito que ustedes me cuenten a mí. ¿Por qué estamos en...—escaneo el lugar: casilleros, una pequeña luz matutina. Yo estoy sentada con la espalda media apoyada en un casillero y Stiles y Scott están arrodillados en frente mío.—... Los vestidores? ¿Y por qué en el de los chicos?

Inalcanzable | DESCONTINUADAWhere stories live. Discover now