---Pero vamos a adentro, mi esposa los espera con un gran banquete.

Nos adentramos en aquella enorme casa de madera, el lugar era completamente acogedor, tenía un estilo rústico pero elegante.

---Pasen, pasen, hija acompaña a Sofía a la habitación que ocupará.

Ordenó Alonso.

---Yo los llevaré a las suyas.

De mala gana la rancherita me pidió que la siguiera y así lo hice.

Ya en la segunda planta, nos detuvimos cerca de una puerta de lado izquierdo.

---Esta será tu habitación.
Sonrió con hipocresía y tiró mi maleta bruscamente.

---Gracias Lazzi..
Respondí tajante.

---!Es Lizzie! niña estúpida.
Exclamó histérica.

---Ah lo siento, no soy buena recordando nombres, bueno ya vete.

---Aish..!Eres insoportable!
La escuché quejarse

Yo por mi parte la ignore, abrí la puerta de dicha habitación y me adentre en ella, la cuál no se veía tan mal.

Más tarde nos encontrábamos cenando todos en la mesa, la señora Eva, esposa de Alonso, había preparado una cena deliciosa.

---Qué linda eres muchacha.
Dijo la señora Eva mirándome, sonreí tímida.

---Muchas gracias, son sus reflejos.
Respondí.

---Si, demasiado hermosa.
Larry quién no había dicho nada en toda la velada ahora hablaba, al fin.

Dorian me guiño un ojo.

---Me alegra mucho que haya venido a visitarnos, Señor Deluxo.

Sin duda la señora Eva era un amor, muy a diferencia de sus hijos.

---Nos alegra mucho.
Agregó la tal Lizzie mirándolo con cara de babosa.

---Sí, igual confieso que es muy  agradable verlos.

Respondió el castaño sonriendo calidamente.

---Bueno,creo que lo mejor será que descansen.

Expresó Alonso y todos asintimos.

Posteriormente me despedí y me dirigí a mi habitación.

Estaba por quedarme dormida hasta que un mensaje llegó a mi móvil.

D: Ven..te extraño, pequeña

Sonreí feliz.

S: También te extraño lindo.
Le respondí rápido.

D: ¿Dónde estás?

S: Segundo piso, tercera habitación.

D: Voy para allá.

S: Te espero.

Chille feliz y me lanze a la cama.

Habían pasado casi 20 minutos cuando alguien tocó la puerta, rápidamente me acerqué a ella para abrirla.

---¿Por qué tan sola?
Él castaño mi miró con una sonrisa traviesa y chueca.

Sin pensarlo dos veces lo tomé del brazo y lo hale hacia el interior de la habitación.

---Hola lindo.
Lo abracé llevando mis brazos por encima de su cuello, el por su parte colocó sus manos sobre mi cintura.

La hija de mi sirvientaWhere stories live. Discover now