Capítulo 20. Solo un perdón.

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"-Lo siento Penélope-
-No me hagas perder el tiempo con disculpas Simón. Si no dejamos de disculparnos y perdonarnos mutuamente cada vez que nos tropezamos, nunca tendremos tiempo para ser amigos" –Fangirl (Rainbow Rowell)

Una princesa como ella no debería estar así...

Su madre le había dejado claro que ella no seguía, a ella la seguían. Le había puesto muy en claro que con su belleza nadie se le resistiría; le hizo entender que no había nada más valioso que eso porque de ahí era la única manera que obtuvieran su título oficial y salieran de la espantosa Isla, aunque obviamente ahí no había príncipes... y aparentemente en Auradon tampoco.

Evie tenía la fuerte creencia de que un príncipe era alguien fuerte, valiente y guapo; que jamás se acobardaría ante el peligro y para quien no habría algo más precioso en el universo que su princesa. Un príncipe jamás le haría daño a su doncella. Estúpidamente creyó esa fantasía de la Evie de siete años que vivía exiliada con la esperanza de que algún un día un príncipe entrara y le rescatara.

¿Por qué creyó que sería feliz con Jay si ya tenía conocimiento del hechizo? Era tan tonto en retrospectiva, se sentía tan patética; una princesa como ella no debería estar llorando debajo de las escaleras, no debería y sin embargo lo hacía.

En su cabeza las palabras hirientes del árabe se repetían como una película rara...

<<-Aléjate de mí bruja- ella solo había tratado de tomar el brazo del árabe, de pasar un tiempo de calidad con su novio; Pero desde que se atrevió a pronunciar su nombre y tocar su brazo las cosas no salieron nada bien. Jay le tomo la muñeca de manera brusca y con una expresión que helaría a cualquiera. Resoplo múltiples veces tratando encontrar la calma hasta que lo logro -Ya se todo Evie, y no estoy enfadado contigo; solo lo estoy con Carlos- La peliazul solo miraba tratando no llorar en ese momento -Pero tampoco estoy interesado en ti... lo lamento- Sin más Jay se fue.>>

Dejando a una princesa inmovilizada por el miedo y el despecho.

-¿Evie?- aparentemente no estaba tan sola como creía, maldijo mentalmente levantándose y quitando las lágrimas en sus mejillas con total brusquedad, aunque si era honesta consigo misma, era demasiado estúpido llorar debajo de las escaleras al lado de la biblioteca -¿Te encuentras bien?- Doug trato de darle consuelo con un abrazo pero esta lo empujo bruscamente mirándolo con enfado

La peliazul volvió a quitar el rastro de lágrimas y se cruzó de brazos -No...- fue sencillo de admitir; ya todos sabían que el flechazo de Jay por ella había terminado.

-¿No?- Doug trato de hacerla sentir mejor con su sonrisa pero no dio resultado -Quien se burla de una dama y después la abandona que le suceda lo mismo y aun peor- Sentencio el con una voz grave jamás usada y una pose bastante caballeresca, no pudo evitar pensar en un caballero de brillante armadura.

Sin embargo frunció el ceño -¿Qué diablos?- Eso debía ser una maldita broma, y realmente no estaba del todo bien como para soportarlo -No estoy para juegos, mira yo solo me voy a ir y...- Debía salir de inmediato de ahí; Que vergüenza, una villana de su posición llorando por un estúpido niño rico. Enserio era una princesa penosa.

-Espera Evie- le detuvo con delicadeza por el brazo -Yo lamento lo que Jay hizo... pero si él no te aprecia por lo que aparentas ser, quizás sea momento de dejar las apariencias y empezar a actuar como la chica que yo sé que eres- Eso fue lo más dulce y estúpido que la princesa sin corona había escuchado en su vida, ¿De que hablaba ese torpe? Si mamá estaba en lo cierto cuando decía que conquistar un príncipe era primordial; Para ser uno de los chicos más listos de Auradon Prepa... realmente estaba diciendo una tontería

The PrinceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora