Capitulo 12. Un mundo ideal

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Yo te quiero enseñar
este mundo espléndido,
ven princesa y deja a tu corazón soñar.

Yo te puedo mostrar
cosas maravillosas,
con la magia de mi alfombra
vamos a volar...

Un mundo ideal, será fantástico encontrar,
nadie que diga no, o a donde ir,
a aquellos que se aman.

Desde que Carlos habia llegado a Versalles no habia recibido más que millones de sonrisas por parte de sus sirvientes asi como multiples atenciones de los mismos.

Su palacio estaba decorado de sus colores preferidos, junto a una enorme mesa llena de postres franceses y cajas de regalo. Su padre llego de pronto extrañamente feliz recibiendole con un abrazo e indicandole que tomara alguno de sus postres favoritos, eso tambien era sospechoso... no por que su padre fuese un gruñon, no claro que no; era el hecho de que despues del comportamiento que habia tenido durante toda la semana y el regaño que un dia antes habia obtenido de el, esperaba un castigo y un largo sermon sobre respetar a sus prometidos. Y en cambio ahí estaba su padre, con una sonrisa fingida mimandole más de lo que acostumbraba.

-¡Aqui esta mi hijo favorito!- dijo abrazandole

-Claro soy tu unico hijo... a menos que todo este tiempo me hayas mentido y tengas una nefasta segunda familia ademas de nosotros- repondio con sarcasmo a lo que su padre se limito a reir y abrazarle aun más.

Algo sospechoso estaba sucediendo ahí... por que no era imbecil sabia que algo le estaban ocultando y pudo confirmar toda sospecha cuando la escucho...

-¡Querido!- su madre llamo desde lo alto de las escaleras -Ya has llegado...- bajo hasta donde su hijo se encontraba con pasos elegantes mientras levantaba su exagerado vestido carmesi con adornos bordados en negro para no pisarlo -como extrañaba ver tu pecoso rostro- apenas llego le abrazo con brusquedad para luego tomar su mejilla en un gesto de cariño que termino por lastimar a Carlos.

Aquella mujer por más que tratara de ser dulce... lo amargo siempre le salia a flote; era por eso (o al menos Carlos creia eso) que sus caricias o su cariño eran muy limitados... y claro el hecho de que en su aristocratica mente creia que "mostrar demostraciones de afecto en publico era algo innecesario y algo que no era propio de alguien de la familia real"

Y aunque aquello era la señal suficiente para ponerle un alto a aquella tan mal actuada farsa... Carlos en cambio se dejo llevar; se dejo envolver por los mimos de sus padres por las incalculables atenciones que recibia por parte de su servidumbre y se dejo adular por todos los regalos y sonrisas que le regalaban los demas.

Claro estaba que un favor o una mala noticia le iban a dar, puesto que su madre solo le daba cariño cuando queria un favor; y bueno su padre se notaba muy nervioso, por lo que sin duda algo pasaba pero lo ignoro. Prefirio disfrutar aquellos caprichos cumplidos a pensar en el precio que estos tendrian...

Le guiaron de inmediato hasta una pequeña mesa en el jardin, se encontraba decorada de colores pasteles y despues llego su madre con su té favorito; asi como su padre con un apetitoso pastel. La familia real tomo asiento y se concentraron en tomar el té.

Un sirviente de cabello rubio llego con el principe a darle un relajante masaje, despues de la estresante semana que habia tenido eso era justo lo que necesitaba; despues una mucama llego a darle su postre preferido en la boca mientras que otra mucama peinaba a su cachorro y le adornaba con un lazo carmin.

The PrinceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora