En cuanto me levanté, tallé mis ojos con pesadez y bostecé por última vez. Lavé mi cara y abrí la puerta para bajar y comer algo. El reloj de la sala me indicó que eran las once y media de la mañana. En la casa no sonaba ningún ruido, parecía que estaba sola. Me acerqué al refrigerador y saqué el jugo de naranja que siempre tomaba al despertarme. Lo tomé mientras lograba ver algo de televisión, no acostumbraba mucho a hacer eso, a menos que fuera un día aburrido y este, definitivamente lo era. The Walking Dead estaba como repetición y como esperaba con ansias la siguiente temporada, salí de la cocina para sentarme a entretenerme de una vez por todas. En toda mi corta y sin nada de experiencia vida me han gustado los zombies, pero creo que es imposible no temer en que algún día ellos podrían conquistar el mundo como en las series o películas. Las horas fueron pasando y ni siquiera me di cuenta que ya pasaba la una de la tarde.

- Pareces estar muy divertida -la voz de Joel me saco de mi burbuja. Oh Dios mío... ¡El mensaje! Tan solo verlo me hace pensar en el mensaje y en lo roja que debo de estar ahora mismo. Carraspeé mi garganta y sonreí, tratando de actuar... como si su mensaje nunca me hubiera llegado en la vida, como si yo nunca hubiera dicho aquello.

-Lo estoy, es una de mis series favoritas. ¿No te gusta? -lo miré y quitó sus tenis para dejarlos a un lado de las escaleras.
- No me gustan los zombies en realidad -dijo haciendo una mueca. De la mesita de centro tomo un estuche negro y saco unos lentes para ver la pantalla de la televisión- iré por Scott en cuarenta minutos, ¿importa que espere aquí contigo?
-¿Si te digo que sí importa como quiera no te irás? -él me achicó los ojos y rio después-. Estoy jugando, aparte... vives aquí mucho antes que yo, creo que no deberías de preguntarme.
- Si, pero no sé si es tu nueva silla para pensar...
-Solo si tú decides echarme de aquí... -solté una risita y él negó sonriendo-. Discúlpame -levantó su mirada para verme y frunció el ceño, quizá confundido-. Dijiste que me disculpara cuando estuviera fuera del hospital.
- Oh -respondió asintiendo-. Está bien, pero jamás me voy a volver a poner entre tu madre y tú, ¿hecho?
-Hecho -sonreí. Guardé silencio durante unos minutos y fingí estar viendo mi serie favorita, pero saber que él me creía única era extraño. No puedo tocar el tema o posiblemente notará que mis mejillas se tornarán rojas.
Al final él se levantó y se estiró mirando su reloj-. Tengo que ir por Scott -murmuró mientras se colocaba de nuevo sus lentes oscuros. Caminó hacia donde se encontraban sus zapatos y asentí sin decir nada. Podía ver de re-ojo como seguía de pie frente a mí, al lado de la puerta. Miré hacia todos lados, pero seguía ahí y yo comenzaba a desesperarme.

-¿Te vienes conmigo o qué? –sonreí.

(…)

Mientras él conducía canturreaba una que otra canción que aparecía en la radio. ¿Han escuchado de esas bandas en las que el cantante tiene la voz hermosa y que cuando canta te la imaginas susurrándote al oído y podría derretirte? Sí, Joel tenía la voz así. Era una rara combinación entre Danny Jones y Patrick Stump de Fall Out Boy.

-¿Cómo se llama la canción que tocaste en la escuela? En el piano –susurré interrumpiéndonos de repente.
-Bubble Wrap, de Mcfly.

-¡Creo que ya podré dormir en paz! -reí y busqué en mi teléfono alguna aplicación que pudiera reproducirla. Mcfly... jamás había escuchado ese nombre. La canción comenzó a sonar en cuanto oprimí Play y la reconocí de inmediato. Joel bajó el volumen de la radio y esto se había convertido en un mini concierto. Joel cantaba exactamente la letra que aparecía y movía la cabeza a ritmo mientras que yo solamente tarareaba un poco. Me le quedé mirando y en su cuello se marcaban las venas. Se detuvo y fue ahí donde volví a la tierra. Habíamos llegado al colegio de Scott y él al vernos, corrió hacia nosotros. Abrió la puerta del auto y subió con una gran sonrisa. Al verme se acercó a mi asiento y me tomó el hombro para darme un beso en la mejilla.

Who's lovin' You? Where stories live. Discover now