El Lamento de Ícaro (Año 3 a.d)

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Gabriel

En este mundo o máquina, hay demasiados estatutos que se rigen por la sociedad para poder manejar a las personas y que nada sea un caos. Desde pequeños nos inculcan, ya sea esos valores, reglas o simplemente nos tratan de brindar la propia perspectiva sobre lo que ellos creen. Pero cuando el individuo crece, siempre va a tener su criterio o tal vez no...
Querer explorar las cosas que no se pueden hacer, por que si no las hacemos o al menos tratamos simplemente así no habría experiencia.

Era ya el final de la semana, era viernes y todo fue tan normal como siempre. Este día siempre salíamos más temprano (y era un milagro para ser sincero), lográbamos perder hasta dos clases solo por el hecho de que fuera viernes. Tenía que terminar de planear con Sergio cual iba a ser nuestro tema de PYP; teníamos ya para el momento una tutora, era una profesora nueva que estaba apenas experimentando y tratando de ayudarnos. Aunque siempre la experiencia va a hacer a el maestro.

Gabriela era algo en lo que me causaba un pensamiento exhaustivo, combinado con algo de nervios. Poco a poco, se me olvidaba la situación y solo en intervalos muy pequeños de tiempo lograba darme cuenta de que estaba en una presunta relación amorosa. Preferí fijarme en el presente, para no salir a volar en el futuro y estrellarme contra el sol. Las cosas tenían que ir de acuerdo con lo que hasta ahora habia vivido: 11 años; tenia que ir lento y saber que era lo adecuado para mi.

Mi fin de semana (como raro) fue tratar de hacer mi tarea de lectura (ponía un titulo de un libro cualquiera, y que luego mi mamá firmara para que Pierre creyera que era legítimo). De ese modo seguía haciendo mis tareas simples para terminar. El siguiente paso era coger mi Computador, encenderlo, abrir el buscador y dirigirme directamente a Disney® Club Penguin, para luego llamar a Diego y jugar con el por horas (ya era menos frecuente que cuando estábamos en segundo de primaria). Mi nombre de Pingüino era "Arbolito68", algo que nunca pude saber por que elegí cuando lo creé, el de Diego se llamaba "Safaca" según recuerdo, nunca logre descifrar ese nombre tampoco. En este tiempo jugábamos también una plataforma de interacción por internet que se llamaba Moshi Monsters®, era en lo único en lo que invertía mi tiempo y al final la pasábamos muy bien por ahí. El primer día de descanso se acabó, y ya era la mañana del segundo. Era un Domingo usual: Desayuno con toda la familia hasta quedar repleto de pan remojado en chocolate y luego sacar el queso que se estiraba desde el fondo de la taza, para que así se internara en mi boca y pudiera diferenciar con mis papilas gustativas, esos dos sabores entre queso derretido y chocolate dulce. Nada mejor que iniciar el día así, pero de todas formas no iba a hacer nada excepto "estudiar".

No sabía si debía hacer algo mas productivo o solo quedarme disfrutando de el muy reciente internet en mi casa. Estaba tratando de armarme moralmente para lo que iba a pasar la próxima semana con Gabriela, estaba tratando de reunir todas mis fuerzas y tratar de pegarlas con algún tipo de pegante. Era algo de esperar que ella me rompiera a mi, o yo le rompiera e ella (que era lo menos probable). Era muy cierto que trataba de romper de alguna forma un récord de cuánto duraba la relación, mis ganas de despegar hacia la libertad sentimental eran casi nulas. Era algo que desde un principio nuestros mayores trataban de decirnos: "todas las cosas tienen un tiempo o una edad". (mi mamá tiene razón en cosas de la vida aunque no en todas); pero como es costumbre no habia tiempo para oír las cosas pero para vivirlas en contra de toda la corriente.

Lunes, misma entrada de todos los días, rutina aburrida, todo lo demás. Era un día común y corriente en donde no iba a pasar absolutamente nada e iba a seguir la misma actitud de todo el mundo. En los recreos seguiríamos jugando Andres, Diego, y yo. Diego luego de tomar las in es en la cafetería, compraría una arepa o unas papas rizadas sabor a mayonesa en la tienda del colegio (las amaba y era un sacrilegio pedirle que te diera una). De ese modo superamos el lunes y no quedaba mas por hacer excepto que mi mama me recogiera y me llavera a mi casa y "cumplir" con mis responsabilidades.

Martes, nada especial iba a pasar, pero no me deprimía... la única cosa es que estaba la situación con Gabriela, e iba a generar resultados, que no se podía calcular. Llegué, entré al salón, pasaron dos clases para salir a el primer recreo, y de ese modo nada cambio en mis pensamientos excepto de que estaba tratando de salir a vuelo para poder enfrentar la situación. Se acabo el recreo, agarre de mi maleta mi cuaderno y me fui directamente para el salon de arte. Estaba hablando con Diego y me fui caminando al el aula que quedaba cerca de la cafeteria del colegio. Era hora de decirle algo a Gabriela pero no era capaz, lo iba a intentar en el segundo recreo pero entre en desesperación al enterarme que Maria Paz y Diego habían roto, de alguna forma me hizo sentir forzado a hacerlo. Teníamos dos horas de arte, y si no me equivoco teníamos con una profesora nueva que se llamaba Tatiana. Era blanca, alta y con el pelo muy rizado. Estábamos haciendo figuras de origami y Pop-up (nos mantuvo así por dos horas) y yo estaba tratando de reunir fuerzas para ponerlas juntas y salir a decirle a Gabriela.
Maria Paz tenia un globo Amarillo que estaba extra inflado. Estábamos iniciando la clase y Gabriela se me acerco; en el punto que hicimos contacto visual, fue que mis fuerzas se deshicieron y el adhesivo  moral que las pegaba se derritió, para que luego se fueran directo por el caño. Habia caído a el agua de la derrota y cuando mi cerebro retomó el oxígeno, ella me dijo:

-Esto va muy mal para continuar- y antes de que acentuara la próxima palabra, traté de decirlo al unísono con ella "Terminamos" solté un último suspiro y deje de estar asistólico por un momento, me distraje, ella se fue dando una vuelta y las cosas estaban como habían estado enantes: Estatus-Soltero. Lo único y mas importante que había cambiado es que la amistad inestable que habíamos armado y que cualquiera serviría como catalizador para hacer que todo se viniera abajo; al final fuimos los dos.

Se acabó la clase, y por alguna razón los cuatro fantásticos se quedaron en el salón. Maria Paz, Gabriela y otra niña estaban con el globo amarillo, y Diego estaba en una mesa blanca larga con bordes de aluminio sentado frente a mi. En un momento María Paz gritó: Odio a los hombres!! En ese momento nos dimos cuenta de lo que estaba pasando Diego y yo. Nuestra única expresión fue de total extrañes mientras en nuestras cabezas teníamos un sentimiento mutuo de "Estas ridículas". Estaban con un marcador permanente negro escribiendo lo que les disgustaba de los hombres. Y empezaban a dibujar caricaturas bobas, hubo un momento en el que los dos nos paramos, y tratamos de coger la bomba para reventarla. Creí que Gabriela tenía la actitud para dejar esta bobada tan grande, pero estaba ahí . La que mas gritaba era Maria Paz y antes de pararnos yo le grité "Ya deja la estupidez", en ese momento ella empezó a gritar más fuerte y a torearme para que fuera donde estaba. Empezaron a saltar sobre la bomba para tratar de reventarla con sus pies... No les daba. En movimiento rápido le cogí la bendita bomba del piso y le abrí un hueco con mis dientes, mientras se le salía el aire la cara de "Vengase que le voy a dar" de Maria Paz era aterradora. Era la primera vez que traté de hacer algo así, y me subí las ganas para enfrentarme (supongo que fue por la ira que me dió). Diego y yo al final nos retiramos por la estrecha puerta (luego de limpiar todo lo que doña Tatiana nos hizo usar).

Así, ese día fue que se desató una cadena de caídas por unos cuantos años, y así era que la comunicación con Gabriela se cortó por segunda vez. Acabábamos de sufrir una guerra civil por parte y parte, y ahora guerra fría de nuevo... perfecto. "Voló demasiado alto, demasiado cerca del Sol. Sus alas de cera se derritieron y su cuerpo quedó a merced de los cielos"

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