Lo que se cree (Año 3 a.d)

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Gabriel

8:00 AM- Misma rutina de todos los días, solo que hoy las reglas del juego cambiaron... Feliz día del amor y la amistad, un día en el que las personas creen y expresan que el sentimiento que mas importancia tiene es el amor y la sensación que de alguna forma tienen que amar ahora a todo el mundo. Nunca me han gustado las festividades o actividades que incluya el hecho de que todas las personas crean que son los artistas del show, y expresen su mas "divertida" persona, frente al resto de personas que también llevan esta filosofía. En otras palabras no me gusta convivir con los sentimientos internos de los demás, por ende... aborrezco este día.

Aunque en una edad temprana, el hecho de que me disgustara no cambiaba en absoluto, solo trataba de ocultarlo más para que mis amigos no se percataran tan fácil. Para iniciar el día teníamos una Miniteca, que era un confinamiento de niños tratando de experimentar el contexto de una fiesta. Era una experiencia que se quedaría en la memoria de cualquier persona. Semanas antes cada niño pedía lo que quería para la celebración y se lo pagaba a los de la promoción encargada de organizar; normalmente eran chocolates, bombas de helio, dulces con colores rojos y rosados, y cartas de amor para aquellos que se querían internar en el maravilloso mundo del amor (una larga travesía).

Este día incluía demasiadas cosas en las que pensar, aparte de el hecho de que todo el curso estaba jugando "Amigo secreto", el juego en el que la persona anónima te endulza (te da dulces de calidad) por toda la semana y el día que fuera amor y amistad te regalan lo que mas quieres en el momento. Para organizarlo, una semana antes alguien pasaba con una bolsa llena de papelitos con los nombres de cada quien en el salon, y así te quedaba tu amigo secreto (era lo único que valía la pena: conseguir cosas gratis sin ningún esfuerzo).

En ese momento en que mi mano acogió el papel en mis dedos, empecé a pensar en quien podría ser. Repartiendo el papel entre los dedos de mis dos manos, lo desdoble y lo extendí para ver el nombre escrito en el... enserio que parecía un chiste: "Gabriela" tenía escrito en tinta azul. Iniciábamos la próxima semana y así fue. El lunes falto una niña llamada Gabriela, y yo a fui el único que no endulzaron, así que para mi desgracia... mi amigo ya no era secreto y era la justa persona que menos esperaba. En la lista que estaba pegada en el respaldo del salon cada uno escribía el regalo final que quería. Por mi parte yo escribí que quería unos Óleos para poder pintar lo que quisiera (Amo dibujar por cierto).

Los días pasaron y Gabriela logro endulzarme por lo menos dos veces (lo cual era una ofensa para mi, fiel seguidor del pecado de la gula). Era jueves y mañana viernes teníamos que tener el regalo final para nuestros amigos secretos, con sinceridad se me olvidó totalmente la lista de regalos, y no tenía ni la menor idea de que había escrito Gabriela. En la tarde luego de salir del colegio me dirigí a el mercado para comprar lo que le iba a dar mañana. Estaba bastante agotado y tenía el impulso catalizador de acostarme en el piso del centro comercial. No quería gastar demasiado tiempo allí y aveces dudaba si debía invertir, en alguien que a veces me trataba mal pero que en el fondo quería. Estuve viendo y viendo y no encontré algo digno. De repente, en frente de los barandales con ventas para bajar al segundo piso al lado de la escalera eléctrica, vi un estante de Hello Kitty lleno de estuches con accesorios para pelo. Sin previo aviso lo cogí y salí corriendo hacia mi mama diciéndole que había encontrado el regalo correcto. Mi mama dudo con una cara de extrañes, si debía o no darle ese regalo a Gabriela.

En un grito mi hermana dijo, "yo quiero!!!" y la verdad me incómodo un poco pero luego me dio igual. Su obsesion con la no muy simpática gata llegaba a ser extremista así que cogió uno igual al que llevaba para Gabriela. Llegue a mi casa y simplemente empaque el regalo en la maleta que iba a llevar el próximo día.

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