Amor y... ¿qué? (Año 3 a.d)

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Gabriela

Durante el año se celebran una cantidad enorme de fechas que a veces ni siquiera tienen relevancia, pero amor y amistad es una de esas en las que quisiera simplemente no despertar ese día. No es por ser aburrida o algo así, pero nunca me había parecido importante la necesidad de decirle a alguien que " te gusta " y hacer todo un gran esfuerzo para que esa persona te note, cuando todos sabemos que lo mas probable es que la persona ni siquiera se de por enterada.
No solo lo digo porque sea algo trillado, sino porque cuando el amor no llega hacia ti, debes ser cupido y no es algo tan divertido. Tener que ayudar a alguien a "conquistar" el corazón de otro individuo sin siquiera saber cuándo va a funcionar.
Por ejemplo, las personas no toman en cuenta que para estar con otro ser humano se necesita mucho más que una caja de chocolates. De hecho, creo firmemente en que las mejores relaciones son aquellas que se desenvuelven sin sentirse obligados a darse detalles tan seguido; objetos que al final son solo superficiales y sin ningún significado.
Aunque, tampoco quisiera decir que los regalos no son importantes. Cuando se conoce a una persona y te atrae, quieres inmediatamente saber más para estar seguro de que puedas de cierta forma, llegar mas allá de sus ojos; quieres entrar en esa cabecita o saber que esconde su corazón. Por lo tanto, con las cosas materiales se le da una especie de entrada al mundo interior del sujeto en cuestión.
Entonces, por la complejidad de eso que llaman "amor", prefiero mantenerme alejada de fechas que puedan incentivar algo tan... Vacío. Además, volviendo a mi aburrido ambiente escolar, al ver que Diego y María Paz se sintieran con la capacidad de soportarse el uno al otro me hizo pensar que tal vez la situación se iba a poner fea... Muy fea.

Días antes de la "gran celebración" de amor y amistad, en el curso decidieron hacer un juego llamado "amigo secreto". Éste se basaba en elegir un papel al azar con el nombre de otra persona del salón de clases, y después de un tiempo determinado darle un regalo a esa persona que apareció en tu papel; también se supone que tu le saliste a alguien más, por lo cual te debería dar un regalo. A veces es de tu elección o puede ser el regalo que cada quien escoja para dar.
A lo que voy con todo esto es que, como si las estrellas se alineran en mi contra, me tocó darle un regalo a Gabriel. Pero, eso no es lo peor, ya que cuando iba a darle mi "detalle" él también me dió uno a mi. Es decir que mi nombre salió en su papelito; le entregué el paquete y esperé el mío de vuelta. Ay mejor no hubiera esperado nada. Extendió su mano y me alcanzó una bolsa de regalo con una cartera de Hello Kitty® repleta de cauchos para pelo y moñitos, a lo cual yo respondí con una sonrisa fingida. Si, fingida. Debo admitir que esperaba más de él, pues pensaba que me conocía; unas moñas para bebé no era la mejor opción. Pero, eso no fue lo peor, ya que cuando más tarde fui a hacer la fila para pedir mi almuerzo, vi en la cabeza de otra niña esas mismas moñas, totalmente idénticas. Quise saber quién era, y... bueno pudo ser peor, pero era la hermana menor de Gabriel.
Me pareció tan feo que me haya comprado ese regalo, solo porque le quedó de paso cuando su hermana quería unas tontas moñitas. Sin embargo, no le dije nada al respecto e ignoré la situación.
Entonces, para continuar con ese maravilloso día, vimos que Diego y María Paz estaban hablando a solas en un lugar escondido cerca a nuestro salón de clases. De una vez pensamos en lo obvio: estaban volviéndose una pareja oficial. Diego solo tenía que pedírselo de manera más... "Formal". Por esto, Gabriel y yo sentimos que estaba ya todo resuelto, pues el drama se acabaría cuando ya fueran novios de verdad. Pero, estábamos muy equivocados porque lo que se venía sobre nosotros era una avalancha de mal entendidos, y cosas tan tontas que actualmente solo me queda preguntarme en qué rayos estábamos pensando.

El día finalmente se terminó, y como era un viernes, decidimos simplemente irnos a nuestras casas como si nada. Me sentía como... No sé, se le veía bastante feliz a María Paz así que yo estaba feliz también. Esperen... ¿Acaso es este el inicio de una nueva amistad? Tendré que verlo, pero eso si, ojalá que sea algo que valga la pena.
En el fin de semana no hice nada importante, así que se me pasó volando. Luego llegó el lunes con toda su energía... Jaja a quién engaño, ni siquiera lo de María Paz lo convertía en un día emocionante. Aunque, de hecho si hubo algo que no me esperaba; fui a visitar la oficina de mi papá (quien por cierto es profesor, por si no lo había aclarado antes) y me encontré con una bolsa de regalo, y por puro chisme la abrí para luego encontrarme a un bolso rojo enorme con una caricatura de Pucca en la parte delantera. Supuse que era para mi y me lo llevé al salón de clases.
Gabriel entró y al verme con la bolsa en la mano dijo "perdóname, sé que el regalo anterior no fue suficiente. Ojalá este si te guste de verdad" mirando al piso. Me sentí un poco mal al saber que había notado que no me había gustado el bolso de ese gato diabólico.
Le agradecí y me di la vuelta, sé que pude hacer más que eso, pero hay que mantener la compostura ante un acto de semejante ternura. Se tomó el tiempo de comprar otro regalo, bien hecho Gabriel.
Tal vez, con esto me estaba enseñando que no era tan grave demostrarle a alguien que te importa.

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