13

1.6K 218 2
                                    

«La única razón por la que no soltamos a la gente que nos daña, es por que antes nos hacía bien y tenemos la esperanza de que vuelva a ser así.»

...

HOSEOK.

Me daba miedo perderte, me daba miedo perder a la persona que ha estado conmigo en las buenas y en las malas, perder tu confianza, perder tus consejos, tus celos, tus regaños y todo lo que me decías cuando cometía un error, me daba miedo perder tus anécdotas de tus ocurrencias y bromas. Me daba miedo de perder una de las pocas personas que me hacía feliz, en fin solo me daba miedo de perderte a ti, pero ¿Y ahora? ¿Qué caso tiene?, me daba miedo quedarme solo y aquí estoy... solo.

Muy solo.

Miraba muy fijo en un punto exacto de la habitación y en mi brazo reposaba mi cabeza, acostado en una cama, ¿Hasta dónde eh llegado? me preguntaba, mi cabello estorbaba mi visión, un suspiro muy pesado salía de mi labios, mi dedos tomaban el pequeño metal que colgaba de mi cuello, en este colapso mental no existían más que preguntas sin respuestas, me sentía frustrado, me sentía solo.

 Giré hacía mi izquierda y estiré mi brazo para tomar la almohada que se encontraba a unos centímetros frente de mi, me arrimé un poco más hacía el cabezal de la cama y lancé la almohada que había tomado hace uno segundos. Mi vista se dirigió hacía aquella ventana y me asombró el hecho de que ya era de noche, la luz de la luna reflejaba mi cara, ¿Cuánto tiempo me encerré aquí? ¿Tres horas? ¿Cuatro horas? giré mi cabeza hacía al frente y vi la inmensa Tv, pero tampoco tenía ánimos de encenderla.

Una semana ha pasado, una semana muy larga.

Una semana desde lo ocurrido con Yura.

Una semana dónde mi mente, alma y corazón aún gritan por volver hacía ti, donde no importa cuantas veces caiga y me levante, donde no importa si llore o sufra, sé que si te vuelvo a ver sonriendo sería feliz, soy demasiado estúpido, muy ingenuo. Mi madre no estaría orgullosa si me ve sufrir así, pero entonces ¿Qué hago?

Te quise y te quiero, lamento muchísimo que no haya funcionado, pero acaso ¿Fue mi culpa? Siempre ocupaste un espacio muy grande dentro de mi, te di el lugar que te merecías en mi vida, por que fuiste la primera persona de la que estuve enamorado, y no lo hice desaparecer de un día para el otro, pero lo intenté y no lo logré, tampoco seré feliz contigo en otro universo, así seamos los dos únicos humanos en ese planeta, sólo quería que fueras feliz a mi lado y que lograrás todo lo que querías para tu vida, aunque ya no esté ahí para verte disfrutarlo, necesito un cierre en mi vida, una despedida que quizás me cueste aceptar, porque no quiero dejarte ir aunque me hayas hecho daño, pero, tampoco quiero dejar esto como si nada nunca pasó, quiero seguir con mi vida, así ya no estés acompañándome en el camino, quiero luchar, así como luché por algo que me costaba tener y al final nunca pude conseguirlo, porque cuando se diseña algo valioso y de buena calidad se agota muy rápido, yo era el único que esperaba aquel diseño por mucho tiempo esperaba que saliera la nueva fecha para poder comprarlo, pero terminé consiguiendo el pirata. Ese era tu amor.

Quiero seguir y no sentir que me quedó algo pendiente contigo.

Hoy es una de esas noches, donde los recuerdos pesan, pasan e invaden, esos recuerdos que vuelven a salir a luz. No puedo odiarte, pero tampoco puedo seguirte amando, no quiero seguir con esta angustia, no quiero tener que preocuparme por alguien que no me brindo el debido respeto que merecía, pero ¡Tampoco quiero tenerte en mi pensamientos a cada instante mierda! Y es en el lugar donde más habitas, después de mi corazón.

―¡¿No me piensas abrir la bendita puerta?!―gritaban desde muy lejos, pero no escuchaba con claridad si ese grito era del mundo donde me encontraba, o si mi mente ya colapso de tanto pensar, moví mi cabeza cerrando mi ojos por unos segundos, me estoy volviendo loco. ―¡¿No vas a bajar a merendar?!

(1) Hasta Aquí © | Jung Hoseok ➵En edición.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora