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«La única razón por la que no soltamos a la gente que nos daña, es por que antes nos hacía bien y tenemos la esperanza de que vuelva a ser así.»

...

Un mes, un mes había pasado después de todo ese disparate, al fin me había graduado y ahora mismo ayudaba en la cocina junto a Jin, el día de mi graduación no fue como lo esperaba, pero me conformé con que tenía a seres queridos junto a mi, ese mismo día solo llegué junto con mi tía, porque la muy estúpida de Hye no había escuchado el discurso que el directo había dado cuando decía que solo tenían que llegar con una persona para la entrega del diploma. En fin, mis padres no pudieron estar presentes y de alguna u otra manera los entendía, pero ese día donde pude haber estado feliz y a gusto, lloré, lo hice por que era la primera vez que no tenía a mis padres junto a mi, disfrutando de algo importante, y quizás un recuerdo. 

Me sentía tan sola, incluso después de que me llamaron para felicitarme, mi hermano también lo hizo y después pero no menos importante fue Hara, diciendo que pronto sería la graduación de ellas también, cuando ella me llamó vi a varias chicas, tres en total, deseándome muchos felicidades y presentándome a sus nuevas amigas, me sentía incómoda en aquel momento, pero no quería que ella supiera ver más allá de la sonrisa que le brinde a cada una. 

—¡Kim Eun Hye! —gritó Jin, haciéndome exaltar por completo debido a la fuerza en que dijo mi nombre. 

—¿Qué te ocurre? 

—No, ¿qué te ocurre a ti? ¡Llevo minutos preguntándote y tu solo estás ahí viendo el paraíso!—exclamó, observé lo que sostenía en sus manos y reí levemente, ¿un cucharón? 

—Solo pensaba...

—¿Y en qué? —quiso saber, le pegué una mirada incrédula y volvió a mover el zumo. —En fin, decía...¿Saldrás con nosotros hoy? 

—¿Con ustedes? ¿Dónde?—terminé de picar con lágrimas en los ojos la cebolla. 

—Iremos a divertimos, como siempre...

El timbre de la casa sonó, indicando que los desastrosos como le decía la tía, habían llegado. Jin fue el que salió abrir la puerta mientras yo endulzaba el zumo. 

—¡Eun Hye se te está quemando el pollo!—gritó Taehyung entrando por la cocina, giré para verlo directamente a los ojos y sí, estaba de frente hacía mi con esa típica sonrisa cuadrada que lo identifica y sus brazos sobre sus caderas. 

—Muy gracioso, alien, muy gracioso. —rechisté probando el zumo de naranja, un sonido a satisfacción fue lo que salió de mi labios. 

—Bien, creo que es hora de irnos. —miré la hora en la pared, alrededor de las tres y media de la tarde, era realmente enserio. 

—¿Por qué tan temprano? —pregunté secando mis manos sobre el mantel que tenía encima. 

—Por qué es la hora de la diversión.—agregó Jimin muy sonriente. 

—Si no quieres ir, por mí sería un milagro, mocosa.—le lancé una de mi vista fulminante que ya estaban reservadas para él. 

—Creo que es hora de irnos, regresaremos antes de que venga mamá y terminaremos la cena.—se acercó a mi y yo solo pude asentir, me dirigí hacía las escaleras para ponerme encima algo de ropa nueva y bajar junto a ellos. 

(1) Hasta Aquí © | Jung Hoseok ➵En edición.Where stories live. Discover now