El club de los inadaptados.

6. Homosexual no afeminado

MACKENZIE

Gabriel abrió los ojos de a poco y al principio de ver a tanta gente rodeándolo. La habitación del hospital se había hecho pequeña para los cinco, pero ninguno quería estar en la sala de espera. El doctor entró, le dio un par de indicaciones y luego nos fuimos a casa, por suerte, el barrio universitario quedaba a unas dos cuadras del hospital.

-¿No nos vas a contar lo de tus padres? -preguntó Cassie.

-Es un tema privado -respondió Gabe.

-Se supone que estamos en confianza -le recordé.

El suspiró -Yo no conocí a mis padres. Mi papá escapó a penas supo que mi mamá estaba embarazada y mi mamá me abandonó en el hospital luego de dar a luz, luego de eso mi abuela se hizo cargo de mí, hasta que murió, desde entonces estuve al cuidado de mi tía.

-¿Cómo sabías lo de tus papás?

-Mi abuela nunca me ocultó las cosas -nos respondió.

-No es tu culpa que tus padres sean unos bastardos -le recordó Maddie.

Gabe sonrió -¿Crees que no lo sé?

Maddie sonrió y se recargó en su hombro -Los padres dan asco.

-Error, nuestros padres dan asco -corregí.

-Amén -dijeron Alice y Miles al mismo tiempo.

-Y hablando de padres... -murmuré llamando la atención de todos- Mi papá vendrá este fin de semana.

-Creí que no te llevabas con tu papá -comentó Lis.

Y no lo hacía. Pedimos pizza y pasamos la tarde completa viendo una película. Cuando terminó, me volteé y me encontré con casi todos durmiendo. Gabe estaba recargado en el hombro de Cassie y Maddie en el hombro de Miles. Lis estaba en medio de todos.

-Sácamelos de encima -me dijo. Me reí y le ofrecí mi mano para levantarla- Gracias.

Les tomé una foto y luego caminé hasta la cocina para hacer papas fritas. Alice se sentó en la barra y comenzó a grabarme.

-¿Qué haces? -pregunté con una sonrisa.

-Te busco un novio en Instagram -respondió.

-Vamos, a penas nos hablas a nosotros ¿Cuántos seguidores tienes?

-Treinta y dos mil -respondió- La primera hija ¿recuerdas?

Reí -Llegas a anunciar mi homosexualidad y juro que te tiro el aceite caliente -dije mientras le echaba sal a las papitas.

Alice rio y guardó su celular -¿Me darás?

-Me gustan los chicos.

-Papitas, idiota.

-Ah, no -respondí.

Pero igual la marginada terminó quitándome la mitad. Les tiramos una manta a los chicos y cada uno se fue a su habitación a dormir. Pero cerca de las dos de la mañana, cuando no podía dormir, me rendí y me levanté. Bajé las escaleras y me sorprendí al encontrar solo a Miles en la sala, todos los demás se habían a dormir.

-Miles -dije moviéndolo un poco para que despertara.

El chico abrió los ojos de a poco antes de bostezar.

-¿Terminó la película? -preguntó.

-Hace horas -respondí apagando la televisión- ¿Pedimos algo? No puedo dormir y el insomnio me abre el apetito.

-Sushi -sugirió

-Me das asco -dije.

Miles rio, terminamos pidiendo alitas de pollo y comiendo en el jardín.