Capítulo 11.

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"Eres una perra"

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Jamás había estado tan segura de algo, y ahora mismo estaba segura de que me había pasado de cervezas. Estaba tan segura de que en pocos minutos perdería la razón y empezaría a correr en círculos por toda la casa.

—Te veo un poco pálida amiga —comentó Olivia poniendo una mano en mi frente para ver si tenía fiebre —Bueno, fiebre no tienes. ¿Te duele la cabeza?

—Un poco —asentí.

Zeth había aparecido en la fiesta, hace poco había entrado al instituto y ya podríamos decir que todas las chicas querían estar con él y todos lo conocían. Literalmente, todos.

  Estuvo conversando toda la noche con un grupo de chicos y una que otra chica posaba su mirada en él y movía sus caderas malditamente cerca.

— Llevas horas mirando en dirección a donde estaba Zeth —murmuró Adam cerca de mi —¿Ese chico te interesa?

—Claro que no —bufé molesta y me levante de donde me encontraba sentada —Vamos a bailar chicos.

  Los tres caminamos al centro del salón donde todos estabamos conversando, bebiendo y bailando. Animadamente comence a moverme al ritmo de la música y sentí la mirada de Zeth posada en mi, perfecto. Eso quería, que sintiera furia por ver a todos esos chicos mirando a mi.

En unas horas Adam se había ido con una linda morena a bailar,  o eso supongo yo, y Olivia había salido de la casa al patio con su novio Lance. Que para ser sincera no me daba buena espina.

—Hola linda —susurró una voz cerca de mi cuello —Tenía tiempo sin verte, Em —poso sus manos en mis caderas.

Maldita sea había dicho Em. La única persona que me llamaba así era Kells, sólo él lo hacía. Esto simplemente no podía estar pasando, pero ¿de que me quejo? estoy en su propia casa.

—Kells... —logre balbucear, la cercanía entre nuestros cuerpos era mucha.

—Tus mejillas arden, preciosa —comenzó a regar leves besos en mi cuello.

—S-separate.

—¿Me estas ordenando algo pequeña? —dicho eso se retiro unos segundos. Luego se acercó nuevamente y me fue quitando poco a poco mi fina chaqueta floral —Respondeme —ordenó.

—Si, te ordene algo K-kells.

—No debiste decir eso dulzura —retiró por completo la chaqueta y poso su grande mano en mi abdomen acercandome más a el. Estaba en un trance, digamos que en shock, sin saber que hacer o decir. Era más poderoso y fuerte que yo en tantos sentidos —Besame —ordenó. 

—No soy nada tuyo como para besarte —dije tratando de tener un tono lleno de firmeza y no de debilidad —Si fuimos algo, quedo totalmente en el pasado —dije tratando de ser clara y firme.

— Besame —repitió.

—No lo haré —negué. Con fuerza me dio vuelta quedando frente a frente con él, tomó mi rostro entre sus manos y sin pensarlo dos veces me acercó a él. Beso mis labios de una manera brusca, por lo cual solté un jadeo —Me gusta cuando te quejas. Así lo harás cuando estes abajo de mi, gritandome que siga —mordió fuertemente mi labio inferior.

—¡Por favor, dejame! —chille tratandome de alejar de su agarre, tomó mi brazo fuertemente haciendome sentir un dolor horrible —¡Sueltame! ¡Me haces daño, maldita sea! —y sin dudarlo, le di una fuerte bofetada.

—Eres una perra —tenía ganas de salir corriendo de allí, busque con la mirada a Olivia y a Adam pero no los encontré. Cuando decidí marcharme tomó mi cabello entre sus manos y lo jalo, yo me solté de su agarre nuevamente y me caí al piso —Eres tan débil Emma, das pena. Maldita perra, nadie le ordena a Kells.

—Vuelve a repetir eso y date por muerto —murmuró una ronca voz atrás de Kells, él puso sus ojos en blanco y se permaneció en silencio.

Indecente (libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora