Bad Farewell

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Wonsik abre los ojos a causa de un sonido que no logra identificar debido al apenas perceptible volumen de este. El niño se cubre con las mantas de su cama hasta la cabeza e intenta volver a dormir. Después de unos minutos sale de su habitación y va a pasos silenciosos por el pasillo que conecta al cuarto de invitados, la habitación donde duermen Krystal y su papá, y el dormitorio de su madre.

Han pasado algunos días desde la llegada de la mujer teñida de rubio a su hogar y cambios drásticos se han presentado en el lugar volviendo más tensa la atmósfera de la vivienda. Para comenzar, la mañana siguiente de la llegada de Krystal, los familiares de su madre fueron de visita como siempre a las diez y cuarto de la mañana solo para llevarse un gran disgusto. Su abuelo estalló en cólera al encontrarse con la novia de su padre en la cocina apenas vestida con una camiseta que le tapara hasta los muslos a la muchacha; los gritos y reclamos se hicieron presentes, las hermanas de la enferma se mostraron indignadas con lo sucedido.

Las tías de Wonsik casi se desmayan por el horrible comportamiento de su cuñado, más al enterarse que la ausencia de la enfermera Soohyun se debía a que había sido despedida y ahora aquella  vil mujer se encargaba, para el colmo, de cuidar a la señora de la casa por petición  del marido infiel, quien ya ni siquiera respetaba a su esposa aún en su estado crítico.

Por otro lado, la enfermera Soohyun había sido echada de su trabajo al expresar su opinión ante el desagradable acontecimiento reciente e incluso llegó a plantarse frente al señor Kim y en la cara de Krystal trató de hacer recapacitar al hombre, exponiendo la situación desde su punto de vista parte por parte, empezando por el tiempo que le quedaba a su esposa y finalizando al recordarle al abogado que tiene un hijo el cual no sabe que es lo que esta sucediendo y como sus acciones podrían afectar emocionalmente al pequeño más adelante. Como resultado solo obtuvo su último pago por su trabajo, una puerta cerrada frente a sus narices y a un inocente niño despidiéndose de ella través de la ventana con un gesto de mano y mirada triste.

El pequeño por fin descubre de donde proviene el sonido al momento que se planta a un costado del cuarto de su madre. Con movimientos sigilosos coloca su oreja sobre la delgada pared  que lo separa a él de su madre, sollozos y pequeños hipidos que en determinadas ocasiones se elevan de volumen salen de los labios que alguna vez entonaron melodías alegres en la cocina o a la hora de dormir acompañados de alguna fascinante historia que siempre tenía un final feliz. Al pelinegro se le rompe el corazón. Su madre llora. No lo piensa ni dos veces e ingresa a la habitación que se le ha prohibido poner un solo pie por orden de la mujer que llegó aquella noche de lluvia.

Wonsik se queda en shock al ver a su mamá, la encuentra mucho más frágil, ¿Qué le ha pasado? ¿Qué le ha hecho la novia de su padre? ¿Por qué parece que su madre podría desvanecerse en el aire como la arena al viento? El pequeño, asustado, duda en salir para hacer sentir menos miserable a la azabache o correr y arrojarse en sus brazos para decirle que todo estará bien, que no se preocupe, ella sigue siendo hermosa, que pronto se curara y tal vez ya nunca le vuelva a dar esa fatal gripe de años.

Sin pensarlo, Wonsik ya está a los pies de la cama, y para hacerse notar y saber a su mamá que no está sola, habla.

-¿Mamá?

La mujer se percata de a presencia de su hijo, aún con lágrimas en los ojos y voz quebrada, sonríe.

-¿Qué pasa cariño? ¿Te desperté? Oh, como lo siento...-Logra articular.

-¿Qué tienes mamá? ¿Por qué lloras? ¿Duele mucho? 

La aún señora Kim calma su llanto y trata de parecer bien a los ojos de su hijo.

-No es nada corazón, duele un poquito.-Contesta a pesar de que el dolor es insoportable y cuesta trabajo respirar.

-No te sientas triste mamá.-Wonsik sube a la cama, lo suficientemente cerca de su madre y recuesta su cabeza en las piernas de la misma.-Si te sientes mal, dímelo. Cuando yo me siento mal, siempre haces algo para sentirme bien. Lo haces y no sé por qué me siento feliz.

-Lo hago porque te quiero.-Susurró la mujer.

-Yo igual te quiero, por eso quiero hacerte feliz.

Las lágrimas cesaron.

-Dilo otra vez, querido.

-¿Qué cosa mamá?

-Que me quieres.

-Te quiero igual que papá.

La tristeza regresó a los ojos de la pelinegra.

-¿Dónde está tu papá?

-Fue a cenar con Krystal.-Wonsik hizo una mueca al mencionar a la rubia.-No me gusta ella, no me deja estar contigo. Tuvo que ir en tu lugar a la reunión de padres y cuando la vieron mis amigos y uno de mis amigos dijo que luce como una de esas oxigenadas que es amiga de una de sus hermanas.

-Jaja, ¡Wonsik!-Intentó reprenderlo su madre, aunque río por el comentario del niño.

-Mamá, Krystal no me gusta, ella besa a papá como si fueras tú. No quiero que papá haga eso. No quiero que eso te haga sentir triste.

La madre de Wonsik calló unos minutos y luego dijo:

-Cariño, ¿sabes que te quiero, no?

-Lo sé mamá, me quieres mucho.-La mujer sonrío enternecida.

-Mientras tú me quieras, no importa lo que haga tu papá, no me hará triste porque tu en su lugar me harás feliz.

-Entonces, ¿Está bien si solo yo te quiero?

-Si, mi pequeño, está bien si solo tú me quieres.

Wonsik le brinda una enorme sonrisa a su madre y se aferra a ella por medio de un abrazo.

-Yo te quiero mamá, yo te haré feliz en lugar de papá.

El niño se despide de su madre, quien lo manda de regreso a su cuarto por temor a que regañen a su hijo. Krystal y el padre de Wonsik habían salido a cenar pensando que el niño estaba profundamente dormido, dejando a madre e hijo solos en casa.

Wonsik se levanta temprano al día siguiente, después de verificar que Krystal y su padre están profundamente dormidos corre a la cocina y saca del refrigerador un sin fin de cosas al igual que de los cajones de platos y servilletas. "Cocina" un gran emparedado y logra hacer, aunque dejando un  poco manchada la licuadora, claro esta, una malteada de fresas acompañada de leche y yogurt como le gusta a su mamá. Una vez que acomoda la servilleta de flores sobre el plato, coloca el sandiwch en el plato de porcelana blanca y la bebida en una copa larga con pajilla. Con cuidado asienta los platos en una bandeja y coloca flores que sale a buscar al jardín, sube las escaleras y abre la puerta de la habitación de su madre, quien duerme en una posición algo extraña, parcialmente sentada. 

El niño deja la bandeja sobre las piernas de su madre, se acerca a su rostro y le da un cariñoso beso en la mejilla y al coger sus manos para intentar despertarla, se da cuenta que ambas están frías. 

- Bad Liar - WONTAEKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora