Ambos bajamos y enseguida entramos, en la recepción había una mujer que muy sonriente nos recibió.

---Buenas tardes señor Deluxo.

Miró a Dorian y luego dejó de sonreír al mirarme a mi.

---Hola Mónica ¿Alguna novedad?
Respondió Dorian.

La tal Mónica no me quitaba la mirada de encima, esto era tan típico, seguro esta era la loca enamorada no correspondida del jefe.

---No señor, Susan lo está esperando en su oficina.

---Ok, gracias.
Dorian caminó en dirección al asensor.

---Vamos Sofía.
Me tomó del brazo y me llevó junto con él.

Hasta lo último aquella estúpida no dejaba de mirarme mal, imaginaba que ella era la típica villana obsesionada con el protagonista y que hace hasta lo imposible por quedarse con él, pero yo no se lo permitiría, eso jamás.

---¿En que piensas tanto?
Deluxo me miraba curioso.

---¿Viste como me miraba esa mujer?
Exclamé indígnada.

Dorian rodó los ojos y yo lo miré fijamente.

---¿Te acostaste con ella no es así?
Reclame molesta.

El castaño frunció el ceño.

---No, no es así.
Respondió con voz ronca, aquello era tan sexy.

Las puertas del asensor se abrieron.

---Es aquí.
Dijo el castaño saliendo del asensor , lo raro es que ni siquiera me di cuenta en que momento digito el piso al que iríamos, ni que esta cosa ya se hubiera movido.

---¿Vienes?

Malditos monólogos, me hacen quedar como retrasada con mi Doriancito.

---Eh..si.

Me moví torpemente hasta donde estaba él.

Siempre me sentí sexy, segura de mi misma, demasiado diría yo, pero cuando estaba con Dorian simplemente no sabía cómo comportarme.

Caminé junto con él, gente iba y venía todos le rendían honores a Deluxo mientras que a mi....a mi me miraban como bicho raro.

¿Por qué me sentía tan poca cosa alado de él?

Llegamos a una enorme oficina y ahí se encontraba una mujer.

---Buenas tarde señor Deluxo.

Esta mujer si parecía amigable a diferencia de la otra.

---Qué tal Susan ¿Todo bien?
Aquella simpática mujer le extendió un esfero a mi Dorian y éste firmó un cheque que se encontraba cerca de él.

Deluxo era guapo, joven y millonario pero a más de eso, en sí, su personalidad era arrolladora, intimidante e imponente.

---Sí todo bien señor.
Otra que lo miraba con cara de babosa.

¿Qué acaso todo su personal femenino estaba enamorado de él?

---Ya está.
Dijo el castaño dejando el esfero sobre el escritorio.

Suspire con pesadez al ver como Dorian y esa mujer intercambiaban miradas.

---Gracias Señor.
Sonrió la tal Susan, está se mostraba  nerviosa.

---¿Será que ya podemos irnos?
Me acerqué a Dorian pasando una de mis manos por su pecho.

El castaño me miró extrañado.

---Sí, nos vemos Susan.
Sonreí victoriosa cuando escuché que se despidió de ella.

---Hasta luego Señor Deluxo.

Salimos del edificio y luego subimos al carro.

---¿Ahora si me darás mi helado?

Pregunté emocionada mientras él  encendía el auto y aceleraba.

---Pensaba en darte otra cosa..
Dijo con tono pícaro.

Mi mente voló.

---¿Qué cosa?
Tragué saliva.

---Adivina..
Mordió su labio ligeramente, miré sus labios un par de segundos, él no podía verme porque miraba al frente ya que estaba conduciendo.

---Dame una pista al menos.

Suplique.

---Mejor te diré que es lo que te daré.

Mi corazón empezó a latir más fuerte.

---Sí, dime.

Él castaño me miró un par de segundos.

--A mi...

Mi mundo se detuvo.

Saluditos

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xoxoxo

La hija de mi sirvientaWhere stories live. Discover now