Capítulo 14 •Sin Leyva•

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Abrí mis ojos de golpe, la pesadilla había vuelto después de tantos días. Me quite de encima la cobija, estaba sudando demasiado y sentía unos fuertes escalofríos. Trataba de pensar en cualquier cosa, pero la imagen de mi mamá tirada en el suelo y llena de sangre, no era fácil de borrarse.

Miré el reloj que colgaba de la pared, pasaban de las tres de la mañana y estaba segura que no podía volver a conciliar el sueño. Pase una mano por mi rostro y después me puse de pie, tenía ganas de ir al baño, y aunque sintiera mucho miedo, no podía aguantarme más.

Abrí lentamente la puerta de mi habitación, el pasillo oscuro no ayudaba mucho en mi situación, pero me arme de valor y a paso acelerado entre al baño para hacer mis necesidades.

Al salir del baño me percate que la habitación de Leyva era alumbrada por el televisor, pero ignoré el hecho y regresé a mi habitación. Me senté en la cama y encendí la lámpara, leería aquel libro que tanto me encantaba.

Chase aún seguía devastado por la noticia del compromiso entre Anne y su novio, pero él tenía planeado el día de su boda robarse a Anne, y solo esperaba que ella aceptara, aunque era lo más probable.

No sé en que momento pasó, pero de pronto volví a despertar, y esta vez la luz del día alumbraba mi cuarto. Miré a mis alrededores, el libro estaba tirado en el suelo y la lámpara seguía prendida, me quedé dormida sin haberme dado cuenta.

Me cambie por mi ropa normal y coloqué aquel mandil que en verdad detestaba. Bajé a la planta baja de la casa como era de costumbre, pero antes de entrar a la cocina había chocado con alguien que salía, y ese alguien era Leyva. Ninguno de los dos se disculpó, sólo nos míranos seriamente por unos segundos hasta que él corrió su vista y me sacó la vuelta para seguir con su caminó.

Y esa, esa fue la última vez que vi a Leyva en la semana. No le había preguntado por él a Lucy hasta que habían pasado tres días de su ausencia, pero ella solo me había dicho que él estaba bien.

No podía evitar sentir una tremenda culpa al pensar que se fue de su casa por mi culpa, yo debí de haber sido la que se fuera, no él. Y aveces me preguntaba el porque me importaba Leyva, no debería de ser así.

Pero siendo sincera, extrañaba su molesta presencia.. vamos ____, ¿que es lo que te pasa? Deberías de estar feliz y disfrutando de estos días sin tu dolor de cabeza. Pero no, no podía, había pasado tan solo una semana, y yo ya quería que regresara.

—Si sigues en tu mundo, se te quemaran esas tortillas— La voz de Lucy me había sacado de mis pensamientos.

—Lo siento— Dije dandole vuelta a las tortillas, que por cierto una que otra estaba por quemarse.

—Has estado así toda la semana, ¿que es lo que te tiene tan preocupada?

—No es nada— Respondí pero después de unos segundos volví a hablar —¿Que has sabido de Leyva?— Pregunté nerviosa.

—Así que es por Freddy que estás así— Se dibujo una sonrisa en el rostro de Lucy.

—Por supuesto que no es por él, simplemente quiero saber por curiosidad cuando volverá— Traté de sonar lo más relajada que pude, pero sabía que Lucy sospechaba de mi actitud.

—Pues..lo único que se es que regresará pronto, más no sé cuando— Hice una mueca y preferí ya no decir nada.

El timbre de la casa retumbó por todo el lugar, mire a Lucy pero me señalo indicando que yo fuera a abrir la puerta. De mala gana camine hacía la entrada de la casa y abrí la puerta, fruncí el ceño al ver a Helen.

—____, hola— Dijo sonriente y se acercó a mi para saludarme con un beso de mejilla.

—¿Hola?— Dije aun confundida.

—Te noto algo sorprendida de verme— Dijo mientras se adentraba a la casa de los Leyva.

—Así es, creí que sabrías que Leyva no estaba aquí— Dije caminando detrás de ella.

—Si, lo sé, pero vine a verte a ti— Tomó asiento en la sala e hice lo mismo.

—¿A mí?— Pregunté aún más confundida.

—_____, quiero hablar contigo sobre Freddy.

—¿Que hay con él?

—Él está mal, por..por la discusión qué tuvieron antes de que él se fuera.

—¿Lo está?— Ahora mi culpa había crecido.

—Si. ____ créeme que él es un gran chico que quiere acercarse a ti con buenas intenciones, se que es molesto y muy confianzudo y a veces dice cosas que no debería, pero si te das la oportunidad de conocerlo, llegarás a quererlo— Sonreí de lado, no sabía si hacer caso a las palabras de Helen, o seguir con mi actitud de siempre, pero lo que menos quería era tomarle cariño a Leyva, no podía sabiendo lo que debía hacerle.

—Yo..Helen no..no quiero ser amiga de Leyva, no quiero que sea parte se mi vida de ninguna manera.

—Vamos no digas eso ____, sólo date una oportunidad de conocerlo, y si después de eso te sigue pareciendo la misma persona que crees que es ahora, ya no volveré a insistir en que hables con él, ¿si?

Debía aceptar, tampoco quería que Helen sospechara algo ya que no quería acercarme a Leyva, de todos modos sabía que mi opinión sobre él no cambiaría y lo seguiría odiando.

—Esta bien, lo intentaré— Helen sonrió satisfecha ante mis palabras —Pero dile al estupido que ya puede volver, haber huido solo me hizo pensar que es un cobarde.

—Créeme, no lo es, pero le daré tu mensaje— Se puso de pie —Me agradas _____— Dijo sonriente.

Sentí una sensación extraña dentro de mí, jamás nadie aparte de André me había dicho que yo le agradará. Pero era de esperarse a nadie le agradaría una chica con mi actitud y mi apariencia, pero Helen, ella era una buena chica y también me agradaba.

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La Venganza | Freddy Leyva |Where stories live. Discover now