Capítulo 13 •Odio•

977 150 25
                                    


Me miré al espejo, hoy mi cabello lucía mucho más despeinado de lo normal. Pero no era algo que me importara, no tenía que quedar bien con nadie.

Bajé las escaleras y me dirigí a la cocina, hoy era lunes, inició de semana y eso implicaba, el peor día de trabajo. Ayude a Lucy como era de costumbre a servir el desayuno, primero lo acomode en las bandejas y después salí por la puerta para ir hacía el comedor, donde ya se encontraban los Leyva listos para desayunar.

—Buen día ____— Escuché decir a Leyva, pero decidí ignorarlo y seguir sirviendo el desayuno.

—¿Que no te enseñaron modales a ti?— Miré de mala gana al señor Edward, seguía muy molesta por lo que me había dicho anoche, y esta me la pagaría.

—No— Respondí satisfecha.

Su rostro se tornó serio pero antes de que pudiera decirme algo, busque refugió regresando a la cocina. Tenía que idearme algo para hacerle ver que le conviene tenerme contenta, porque si no, se arrepentiría.

Tomé asiento en la mesa, como siempre, esperando la hora de comer algo. Antes de que pudiera comenzar a sentirme relajada, Leyva había aparecido en la cocina.

—Lucy, déjame solo con ____, por favor— Fruncí el ceño y después ví como Lucy salía de la cocina.

—¿Que quieres ahora?— Dije de mala gana.

—Hablar contigo, preguntarte si estás bien.

—Pues tengo salud, supongo que eso es estar bien— Recargué mi cabeza en mi mano.

—Supe..supe lo que paso ayer con mi papá y..

—Si vienes solo a decirme que soy una grosera malagradecida y que tu papá siempre tiene razón en todo, créeme que no me interesa.

—No, no vengo a eso— Tomó asiento frente a mi.

—¿Entonces?

—Solo vengo a decirte que aunque la vida tenga sus momentos difíciles, todo, en verdad todo tiene solución— Tomó mi mano pero rápido la aleje de él.

—¿A que te refieres con eso?

—Tu sabes a lo que me refiero..yo, no quiero que algún dia llegues a cometer una locura por algo que en verdad tiene solución— Me torne completamente seria y después me puse de pie molesta.

—¿Piensas que porque mi mamá se quito la vida, yo haré lo mismo?— El coraje se apoderó de mi —Te odio, te odio a ti y a tu maldito padre y odio todo esto— Mis lagrimas no tardaron en salir, sentía demasiado coraje.

—No digas eso ____— Leyva me miró apenado.

—No quiero tu lastima, ni tu ayuda, ni nada, absolutamente nada tuyo, ya sobrepasaste mis limites.

—____ mírate, estás llena de odio, yo..yo no quería esto, yo de verdad quiero estar para ti, no tienes porque estar sola— Se acercó a mi.

—Entiende de una vez por todas, entiende que te odio, y quiero tenerte lejos, ya no te soporto.

—¡Ya basta!— Levantó su voz —Dime maldita sea que fue lo que te hice, dime porque me odias, necesito saberlo.

—¿Quieres saberlo? Bien, te odio por el solo hecho de que crees que por tener dinero puedes hacer lo que quieras y tener a tus pies a todo el mundo.

—¿Qué? Dime que estás bromeando— Dijo frustrado.

—No.

—Yo no soy lo que crees que soy, pero puedes conocerme y después crear tu propia opinión de mi— Me dijo firmemente.

—No me interesa conocerte— Respondí secando mis lágrimas.

—No, no y no, es todo lo que siempre dices, ya me canse, nunca te llevaras bien conmigo, y está bien, tendre que aceptarlo— Paso una mano por su cabello —¿Quieres que te deje en paz? Bien, lo hare, te ignorare, hare como si no estuvieras aquí y seguire con mi vida llena de arrogancia y burlándome de la gente pobre, ¿eso era lo que querías no? Pues ya lo conseguiste— Salió furioso de la cocina.

Golpee la mesa con coraje, sus palabras habían dolido, pero por lo menos al fin me pasaría algo bueno, Leyva dejaría de molestarme.

Paso el tiempo y yo seguía en la cocina mirando hacía la nada, en realidad no pensaba en nada, simplemente esperaba que algo interesante se me ocurriera.

—¿Sigues aquí?— Me sobresalté al escuchar la voz de Lucy.

—No me has dicho que debo hacer hoy— Contesté.

—Cierto pero que tonta— Golpeó levemente su frente —Ve a limpiar la habitación de Freddy.

—Pero..

—Ya se fue a la escuela, así que no te molestara— Sonreí de lado.

Tomé un par de trapos y subí las escaleras. Abrí la puerta del cuarto de Leyva y después de asegurarme que no estuviera ahí, me adentre al lugar.

Comencé limpiando su mueble, el cual siempre estaba lleno de bolas de papel y lápices regados. Mi vista se enfoco en su laptop, yo siempre quise tener una.

—Supongo que no te molestara que la pruebe— Dije tomando asiento y abriendo aquel aparato tecnológico.

Para mi sorpresa estaba prendida, y había una tipo carta que decía haber escrito hace poco menos de una hora.

"Hoy una persona me dijo algo que jamas nadie me había dicho, me dijo "te odio" y debo admitir que me sentí mal, pero me preguntaba el porque ella tenía ese sentimiento hacia mi, posiblemente nunca lo llegare a saber, pero me puse a analizar el porque del odio, ¿porque odiamos? ¿Que nos lleva a odiar? Mientras reflexionaba al respecto, llegue a la ligera conclusión de que el odio es la falta de coraje, y no solo eso, también es un lugar al que vamos cuando la tristeza es mucha y no somos capaces de sobreponernos a ella, entonces una furia injustificada crece en nosotros, nace y se adueña de cada uno. Odiar es solo un acto de defensa, hay gente que odia a cualquier persona sin motivo aparente. Pero una cosa si se, el odio es malo, porque cuando uno odia, se cega y puede cometer una que otra locura. ¿Pero saben algo? Siento lástima por aquellas personas que odian, ¿tan poca vida tienen que deben centrarse en desearle el mal a otros, a los que son mejores o los superan en algo? Es una pena, realmente una verdadera pena"

•••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••

La Venganza | Freddy Leyva |Kde žijí příběhy. Začni objevovat