-Buenas noches Nora.
-Buenas noches. - Fue lo último que dijo.
Me fui a mi habitación y me acosté. Por suerte el día no había ido tan mal, quitando la última parte, claro. Al día siguiente teníamos que ir a trabajar, tal vez no fue muy inteligente por mi parte salir de fiesta, ya que Nora estaba muy mal, pero, fue una cosa que se me ocurrió.
*****
-¡Por fin en casa! - Chilló al entrar en mi piso. - Bueno, por fin en tu casa. - Sonrió.
-¿Qué tal el día? - Pregunté.
-Fatal. Me dolía la cabeza, y unos compañeros me han preguntado por Sebastián, he intentado ser lo más simpática posible.
-Seguro que lo has hecho bien. - Sonreí.
-Me muero de hambre.
-Vamos, encontraremos algo en la cocina.
Metí una pizza al horno, en diez minutos exactamente estaba hecha. La saqué del horno y la coloqué encima de un plate, la corté en trozos iguales y me senté en la mesa. Ambas empezamos a comer.
-Hoy, he pensado en muchas cosas... - Me dijo.
-¿Qué cosas?
-Echo de menos a mis padres. Así, como son, son mis padres.
-Tal vez deberías hablar con ellos.
-No me perdonarán, hace años que no saben nada de mi.
-¿Nunca intentaron buscarte?
-Constantemente. Veía mi foto en los periódicos, tuve que esconderme para que no me reconozcan. Fueron a la tele.
-¿Por qué no volviste? Te fuiste porque no te hacían caso, si que se preocupaban por ti si te buscaron tanto.
-Era una adolescente, nunca habría aceptado que me he equivocado. Me lo habrían recordado siempre.
-Sí, pero tendrías padres.
-Yo... yo nunca olvidé su teléfono móvil. Me lo sé desde pequeña.
-Deberías llamarles.
-¿Cuatro años después? - Preguntó. - Hola mamá, hola papá, hace cuatro años me fui de casa porque pensaba que os daba igual, ¿qué tal todo? ¡el primo Lucas ya tendrá dientes! - Soltó irónicamente.
-No con esas palabras... Tal vez deberías empezar llamándoles. - Le entregué el teléfono.
Ella se lo pensó un rato, después me lo cogió de las manos.
Nora P.O.V.
Estaba marcando los números en el teléfono. Nunca habría pensado que llegaría a llamarles de verdad. No sabía que iba a decirles. Estaba más que claro que no me perdonarían. Llamé.
Un tono.
Dos tonos.
-¿Diga? - Contestaron por la otra línea. Era ella, era su voz. Sonaba apagada, sin ganas.
-Mamá... - Fue lo único que pude decir, me mordí el labio inferior para no llorar.
-¿Nora? ¡Juan, es la niña! - La oí chillar.
-Mamá, yo... lo siento. - Me disculpé.
-¿Dónde estás hija? ¿estás bien?
-No te preocupes por mi mamá, no me lo merezco. Quería oír tu voz, darte una explicación.
-¿Cómo no voy a preocuparme por ti? Te fuiste sin decirnos nada, han pasado cuatro años. Pensé que...
-Estoy bien. - La interrumpí, una lágrima se deslizó por mi mejilla. - Me han cuidado muy bien.
-¿Dónde estás?
-En Madrid. - Contesté.
-¿En Madrid? ¿cómo has llegado ahí?
-Mamá, quiero veros. - Dije segura de mi misma. - No sé como, pero quiero veros hoy. Os merecéis una explicación. Si hace falta os compro yo los billetes.
-Danos la dirección.
Aquella respuesta me sorprendió. Nunca pensé que querían verme, querían arreglar las cosas. Les di la dirección. Esa misma noche iban a viajar a Madrid. Tenía miedo. Un fuerte sentimiento de angustia.
-¿Qué pasa? - Preguntó ______.
-Esta noche vienen aquí.
Ella me abrazó, le correspondí al abrazo.
-¡Ves! - Rió. - Claro que quieren verte, eres su hija. Sí, te has equivocado, pero, podrás arreglar las cosas. Todo tiene solución. - Me sonrió de una manera como solo una amiga puede hacerlo, una sonrisa tierna.
-Gracias ______.
-De nada.
-No, de verdad, gracias por todo. No sé porque lo haces.
-Porque yo también necesité a alguien, y ese alguien estuvo ahí para mi. Se siente feo que nadie te apoye, no quiero que nadie pase por eso. - Contestó.
Nunca podría agradecérselo. No es simplemente que me haya dejado estar en su casa, cuidó de mi, y creo que sin ella no habría llamado a mis padres.
Estaba asustada, realmente asustada. ¿Y si era mentira? ¿y si no venían a Madrid? O peor, vendrían a echarme en cara que me fui, que fui una mala hija.
-¿Qué les diré? - Preguntó nerviosa.
-Se lo preguntas a la persona equivocada. - Sonreí.
-Es verdad... lo siento...
Se lo había contado unos días atrás, ella me comprendió mejor que nadie.
_____ P.O.V.
-Bueno, tranquilízate. Lo primero es pensar en que harás. ¿Te piensas ir con ellos? - Pregunté.
-¿Irme con ellos? Ni siquiera sé si me perdonarán.
-Eres su hija.
-Sí, supongo...
Ella se puso nerviosa, y yo también empezaba a enervarme. Daba vueltas de izquierda a derecha por mi salón, y os juro que quería agarrarla y atarla al sofá, no se estaba quieta. Se cambió de ropa cinco veces, y finalmente acabó vestida con el mismo conjunto que se puso la primera vez.
-¡Estate quieta ya! - Chillé al fin.
-¡Qué vienes mis padres ______!
-Ya lo sé, yo también estoy nerviosa, pero, lo estás empeorando.
Soltó un bufido, iba a ser un largo día...
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Pues este es el último capítulo que subiré hoy :D
Me quedan 3 :'333 Los subiré la semana que viene (espero) pero... lo malo es que empieza el instituto :S
Bueno, #PublicidadTime:
Quería pediros que leáis un par de novelas de dos chicas muy majas:
1.LittleFan y su novela se llama ''La mansión de los fantasmas |Elrubius|'' como veréis por el nombre no es una fanfic normal y corriente, pero, vale la pena leerla :3 espero que os paséis.
2.BurnningMemories y su novela se llama ''Tu respiración me provoca'', no es de Rubius, es una novela normal de amor, a mi me parece buena, así que si os pasáis dejad un voto o un comentario ;)
Y bueno, muchísimas gracias por todo :3
Espero votos, comentarios y corazones gays <3 <3 <3
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Será cosa del destino. | Rubius y tú |
फैनफिक्शन______ Suárez, abandonada por sus padres nada más nacer. Es criada por las monjas en un orfanato de Madrid. No sabe muy bien que es ser independiente, pero tiene que abandonar el orfanato al cumplir sus dieciocho años. Fuera de aquella cárcel solame...
Capítulo 67. Mamá...
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