—¿Solo? —soltó Ben—. No lo veo yo así.

Como era de esperarse, varias figuras se materializaron de la nada. Tanto discípulas de Pandora, como Pasajeros de Tinieblas emergieron de portales que el mismo Ben abrió, y el grupo de James se vio totalmente rodeado por decenas y decenas de adversarios.

—Tenías que abrir tu bocota, Dyl —le espetó Liam.

—Bien... sorpréndanme —fue James quien respondió ante tal comentario.

Lo que sucedió instantes después fue lo más épico que hubiese pasado en la vida de Max, o lo más perturbador que había pasado en la vida de Cooper. Los disparos se dieron aquí y allá. Chase fue de los primeros en enfrentarse a los Pasajeros de Tinieblas, siendo apoyado por Liam y Selina, utilizando y aprovechando las balas especiales que había fabricado.

Dylan y James, apoyándose el uno al otro, intentaron llegar hasta Ben, quitándose de en medio a todos los obstáculos que había en el medio. Aurora fue clave en el enfrentamiento, ya que abrió un portal tras otro para que las discípulas de Pandora fueran cayendo, una a una, en ellos y apareciendo en otros lugares.

Max, al contrario de ellos, intentó mantener a Luna atrás de él, y junto con Cooper, se fueron moviendo hasta los restos del CHASE YC-122 para tener un poco más de cobertura.

James alzó la pistola de nuevo y tiró el gatillo. Ben, para defenderse, alzó la mano, intentando repetir el acto que llevó a cabo en el almacén de Owen, en Egipto, tantas semanas atrás, pero en esta ocasión no le funcionó. La bala traspasó directamente su campo de energía y le perforó la palma de la mano.

James sonrió por dentro, y siguió jalando el gatillo, conforme el muchacho iba retrocediendo, aullando de dolor. Las balas que Chase había fabricado estaban dando resultado. Dylan, detrás del Pasajero, pareció notar tal efectividad, por lo que dio un par de pasos a su lado, y comenzó a cubrirlo de las criaturas que intentaban distraerlos.

—¿Qué sucede, Ben? —James volvió a jalar el gatillo—. ¿Tienes miedo? ¿Tus poderes no resultan aquí?

El muchacho se encorvó un poco, siendo golpeado por algunas de las balas. Seguía de pie, chillando por lo bajo, pero en cuanto escuchó las últimas palabras de James, se reincorporó, y como si se tratara de una esfera de energía guardada en sus manos, Ben soltó un grito lo bastante grave, al mismo tiempo que estiraba sus brazos y sus piernas.

El resultado movió a la Pirámide Invertida por completo.

El suelo se abrió, literalmente, convirtiéndolo en enormes peldaños de diferentes tamaños, que fueron moviéndose hacia las alturas del interior de la pirámide, como si el grito de Ben hubiese provocado un terremoto.

James quedó en uno de los grandes e inmensos riscos que se crearon de la nada, y aunque el resto de sus amigos quedaron separados por las mismas proporciones de tierra, el ejército de Ben no se detuvo en sus ataques. Los Pasajeros de Tinieblas que había presentes prosiguieron atacando, ya fuere a él, o a los demás. Las discípulas de Pandora saltaban de un piso a otro, girando en el suelo, y soltando zarpazos cada que podían. 

James se levantó, y sin dudarlo, dio un brinco para caer seis metros hasta otra planicie de cristal negro. Luna y Max no estaban muy lejos de él. Si corría a través de las diferentes superficies a lo largo de seis o siete metros por encima de él, llegaría con ellos. Tenían una pequeña ventaja.

—¡James! —lo llamó Luna—. ¡La bomba!

Prestó atención a donde su hermana señalaba, y logró visualizar el motor del submarino, a un par de metros arriba de ellos. Si acordaban verse ahí, podrían protegerla de los ataques de Ben, y así, darle un final a la Pirámide Invertida, junto a todas las Tinieblas. Sólo tenían que esperar a que todos los demás salieran de ahí para salvarse.

Inmediatamente, desenfundó de nuevo la pistola, cambió el cartucho, y sólo la utilizó para quitarse de encima a cuanto enemigo pudiera oponerse en su camino. Brincó una vez, y luego otra, e incluso estuvo a punto de perder el equilibrio al saltar hacia otra planicie de cristal. 

—¡Rápido, James! —lo animó Max en cuanto llegó con ellos—. Ves que estamos en una combinación de Transformers con la muerte de Mufasa en el Rey León y Fantasía Dos Mil...

—Necesitamos proteger la bomba —terció James, respirando con rapidez—. E intentar eliminar a...

Luna lo interrumpió de golpe.

—Necesito llegar a Ben —indicó.

—Escúchala —dijo Max antes de que James pudiera protestar—. Sólo escucha lo que tiene que decir.

—Sé que quieres protegerme, pero necesito llegar a él... llegar a él, ya mismo.

—¿Para qué lo...?

—Porque soy un arma, ¿recuerdas? —insistió Luna—. Soy un arma, y voy a vencerlo.

Paralelo [Pasajeros #4]Where stories live. Discover now