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James titubeaba bastante, y aunque en el fondo sabía que podían lograrlo, le daba un temor terrible meter la pata, resbalar y caer al vacío, o simplemente, hacer las cosas mal y que el CHASE YC-122 terminara estrellándose en alguna parte de la Isla, o en la misma Pirámide Invertida, aniquilando a todos.

Sí, pensamientos positivos.

—¿Estás listo? —Aurora ya estaba a su lado, preparada para la acción.

James echó un vistazo a los interiores del avión. Chase y Cooper trabajaban en las mochilas con el armamento especial que el mismo agente de la MI6 había diseñado. Detrás de ellos, la bomba era custodiada por dos o tres Salvadores que, como a lo largo del viaje, no habían hablado ni dicho alguna palabra para darse a notar; en los primeros asientos, Max y Luna los miraban con suma atención, esperando ser requeridos en aquella misión, y aunque James terminaría reprendiendo a su hermana por una idea así, muy en el fondo esperaba contar con sus habilidades ahí afuera; en la cabina de control, Liam y Selina peleaban con respecto al mando de los controles.

—¡Esta flecha indica que no tenemos combustible!

—¿Acaso estás demente? ¡Todo aquí en el Triángulo funciona por medio de la energía magnética que...!

—¿Ahora sabes de magnetismo?

—¡Si no se callan, nos vamos a matar! —les espetó Dylan—. ¡Y si eso ocurre, yo mismo los mataré!

James rió por lo bajo. Luego, volvió a mirar a los asientos donde, minutos antes, había estado con Dianne. Ella lo miraba, atenta a cualquier cosa que pudiera decir.

—¿Por qué siempre acechando al peligro? —preguntó ella.

—Para que me haga notar frente a ti —titubeó James, nervioso por lo que estaba a punto de hacer.

Dianne rió, sonrojándose, y se levantó para verlo directamente a los ojos.

—Sólo asegúrate de volver.

—Así lo haré.

Un instante después, James se inclinó hacia ella para besarla y retenerla a su cuerpo.

—Esto seria tan tierno si no estuviéramos a punto de morir —musitó Cooper.

—¡Romeo, Julieta, andando! —gritó Dylan desde la cabina de control, un poco sarcástico.

Aurora tomó al Pasajero de la chaqueta, apartándolo de Dianne, y un segundo después, James ya no se encontraba dentro del avión, sino en el fuselaje del mismo. El viento golpeaba con fuerza, y el Pasajero tuvo que inclinarse un poco para que, junto con Aurora, se aferraran al mismo para no caer.

Era asombroso. Las fuertes ráfagas de aire golpeando su rostro, así como lo frío del mismo obligándolo a voltear a ver a Aurora para verificar si ella sentía el mismo miedo que él. Era la primera vez que hacia algo parecido.

—No te espantes —gritó Aurora.

—¿Por qué habría de...?

Aurora se colocó junto a James y lo rasguñó en sus muñecas.

—¿Qué estás hacien...?

Aurora ignoró el grito del Pasajero, tomó sus manos, y al momento, ambas traspasaron el fuselaje, como si el mismo cuerpo de James no fuera sólido, sino que pudiera traspasar cualquier cuerpo material.

—¿Por qué hiciste eso? —exclamó James, para hacerse oír.

—¡Necesitamos aferrarnos al fuselaje! —respondió Aurora—. Es eso, o caer al vacío.

Paralelo [Pasajeros #4]जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें