Capítulo 60. Final.

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Cada momento que había vivido al lado de Ian era perfecto, bueno o malo. Porque eran a su lado y nos habían ayudado a descubrirnos y conocernos mucho mejor.

Eso fue lo que comprendí mientras sufría de un terrible insomnio y miraba fijamente el techo de mi habitación, donde había pequeñas estrellas que brillaban en la oscuridad.

Comprendí que gracias a todo lo que habíamos vivido, y lo que habíamos descubierto, quería un futuro a su lado.

Y como es obvio, no podía quedarme en mi cama, desparramada entre mis sabanas, luego de una revelación como esa.

No señor, yo tenía que gritarle al mundo lo que estaba sintiendo. No de una forma literal, porque no quería que me echaran del edificio por loca. Pero necesitaba que él lo supiera.

Lo conveniente y sabio habría sido esperar hasta la mañana siguiente, una hora prudente e informarle de mi decisión.

Que si él aun lo quería, estaba dispuesta a volver a intentarlo, una última vez.

Pero, ¿Cuándo demonios Cindy Cooper había sido sabia y prudente?

Cindy Cooper no comenzaría a serlo desde ahora.

Cindy Cooper debía dejar de pensar en tercera persona.

Pateé las sabanas lejos de mi cuerpo con una sonrisa y me levanté a toda prisa de la cama.

Algo importante antes de "declararte" era procurar, solo un poco, no parecer una loca. Solo digo, que si quieres conquistar al chico, no podías aparecerte a las tres de la mañana en la puerta de su casa, con un camisón que parece el de tu abuela, pelos de loca, y rostro de cadáver fresco. Nuevamente, solo digo, que lo conveniente sería vivir una escena romántica, no matar de miedo a tu futuro marido.

Pero siempre puedes ser feliz con el cadáver, digo, muchos perturbados mentales lo han hecho. Solo es cosa de gustos.

Muy bien, tenía que dejar de juntarme con Lily. Me lo estaba pegando.

Me cercioré en el espejo de estar medianamente presentable, pero vamos, incluso medio muerta me vería preciosa.

No me cambié mi pijama, porque mis intenciones para esta noche requerían de un pijama, un cuerpo cálido y fuerte y una gran y mullida cama.

Yo no quería seguir perdiendo horas de sueño pensando en lo que no tenía, no más. Yo quería dejar de perder el tiempo, ir hacia la razón de mi insomnio y convertirlo en mi almohada personal.

Al ser las tres de la mañana, las calles no estaban exactamente concurridas, por lo que no me molesté en ser prudente y conduje como una maldita loca.

Vaya suerte la mía, que tuve que cruzarme justamente con un policía.

¿Ni siquiera declárame podía en paz, Dios? ¿No podía ser como en las películas, con policías gordos y calvos, demasiado ocupados con sus donas como para notar un pequeñito exceso de velocidad?

El hombre alto e imponente, se acercó a mí a paso lento, con cara de cabreo. Era el típico policía de las películas, ese que odia su vida y la paga con el primer idiota que se cruza.

¿Alguien dijo idiota?

―Identificación y licencia, por favor ―pidió con voz monótona, mirándome de forma acusadora, con un claro mensaje; Estás jodida.

Busqué en la guantera mis papeles y con mi cara de pena se las entregué.

―Le voy a rogar que baje del vehículo, señorita ―decretó una vez hubo analizado exhaustivamente mi licencia e identificación. No sé qué buscaba encontrar, pero su expresión no me dijo nada de ayuda, la verdad.

My Complement. MADLY IN LOVE #1Where stories live. Discover now