Capítulo 25

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Llego el gran día. O mejor dicho, el maldito día.

¿Estaba exagerando? Si, ¿Estaba actuando como una niña? Si, ¿Quería dejar de hacerlo? ¡No!

Al menos Lily se había quedado a dormir en el departamento, lo que me ahorraba un viaje de diez minutos a solas con Ian. Bueno, Lily seguramente me avergonzaría y desearía matarla, pero prefería eso antes que lo otro. Ahora que había exteriorizado con Lily lo que sentía, no lo podría ver a la cara de la misma forma.

Nos arreglamos entre risas y empujones, ya saben, un día normal entre nosotras.

Me vestí con una camiseta blanca, un pantalón negro ajustado y un chaleco delgado de lana a rayas. Me maquillé muy sutilmente y dejé mi cabello suelto y al natural.

Mi estómago había comenzado a crecer y si mirabas atentamente, podías vislumbrar una pequeña curvatura en éste. A veces, me gustaba acariciarlo y hablarle porque me hacía sentir más cerca de mi bebé. Era tonto, pero me encantaba hacerlo todas las noches.

Mi ropa, sobretodo pantalones, habían comenzado a irme un poco más ajustados, por lo que en poco tiempo tendría que comprar ropa más holgada y al menos dos tallas más grande.

Lily se vistió con un pantalón negro y una camiseta blanca que tenía dos senos dibujados en el pecho, se calzo mis Vans negras y dejo su cabello castaño suelo.

Lo peor, es que la camiseta era mía, y no podía evitar sentirme algo avergonzada de que Ian la viera con ella. Estaba pendeja, lo sé.

—¿Estas segura de que quieres que vaya con ustedes? No quiero hacer mal tercio —dijo Lily con inseguridad, completamente fingida, debo aclarar, porque apostaba la mitad de mi cabello a que estaba deseando que le dijera que estaba segura.

—Sí, pesada, ya te dije que si —dije rodando los ojos y guardando en mi cartera mi móvil y demás cosas.

—¿Ya te tomaste los medicamentos? —preguntó sin dejar de pasearse por la habitación.

Me detuve en lo que estaba haciendo y la miré con una ceja alzada y una sonrisa.

—¿Por qué estás tan nerviosa?

—¿Qué por qué? Voy a estar alrededor de dos hombre imposiblemente guapos ¡y de a gratis! ¿Cómo quieres que me ponga? Si de solo pensarlo cierta parte de mi cuerpo se pone un poco contenta —sus cejas se balancearon arriba y abajo.

—No seas guarra —le lancé una almohada que impactó contra su rostro— No quiero saber si te mojas o no y mucho menos si quien te moja es Ian —gruñí.

—Ok, calma fiera, solo bromeaba. Tu hombre no me pone nada.

Ignoré a Lily y continué metiendo cosas en la cartera.

Mi móvil vibro avisándome de una notificación. Era un mensaje de Ian.

Estoy abajo. No demores.

Siempre era muy escueto en sus mensajes, algo que me ponía un poco nerviosa. ¿Ni una carita?

—Ya está abajo —informé a la morena mordiéndome el labio inferior— vamos.

Bajamos las escaleras en silencio y cuando salimos su flamante BMW i8. Ian estaba recostado en el lado del piloto con una sonrisa ladeada.

—Aun no me puedo creer lo caliente que es —susurró a mi lado la morena, a lo que yo gruñí por lo bajo— ya, me callo, me callo.

—Hola —dijo en cuanto estuve frente a él. Se inclinó hacia mí y dejo un suave beso en mi mejilla. ¿Era normal que me calentara por un beso en la mejilla?— ¿Quién es tu amiga? —preguntó mirando a Lily con curiosidad.

My Complement. MADLY IN LOVE #1Where stories live. Discover now