Capítulo 15

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Descubrí que mientras yo estaba dormida, el médico me había tomado unas muestras de sangre. A pesar de segura de estar embarazada, decidí oír los resultados para tener una confirmación y que no hubiera dudas. Uno nunca sabe, después de todo aun había un 1% de probabilidades de que no lo estuviera.

El médico me lo confirmó de la siguiente manera: 

—Los exámenes arrojaron que usted está embarazada de aproximadamente tres o cuatro semanas. Le aconsejo que acuda con su médico para recibir la atención médica requerida en su estado. Puede irse cuando guste.

Y si, confirmadísimo. Estaba embarazada.

Jack y Lily se pusieron de acuerdo para concertar una cita con un ginecólogo porque según ellos yo iba a olvidarlo y dejaría que pasara el tiempo.

Consiguieron una cita con el doctor Christian Bederov quien según ellos era un especialista en cuestiones de embarazos. Yo simplemente oía todo lo que decían en silencio sin opinar. Aun no podía creer lo bien que había salido todo.

Jack estaba desesperado preguntándome cuando le contaría al padre del bebe. Yo no estaba muy emocionada con la idea, pero viendo como habían salido las cosas la última vez que trate de ocultarlo... digamos que preferiría ahorrarme futuras situaciones como estas.

—Tienes que decirle, quiera o no hacerse cargo, merece saberlo. Es el padre —me dijo para tratar de convencerme.

—Lo sé, pero tengo miedo de que me despida.

—Sería un auténtico hijo de perra si hiciera eso a la madre de su hijo —opinó Lily— Pero deberías dejar de suponer y sencillamente decirlo y ya, como quitar una curita de una vez para que duela menos. Entre más rápido, mejor.

El viaje de vuelta a casa fue... ¿Cómo decirlo? Emotivo. Hablamos de nuestra infancia, nuestros recuerdos con nuestros padres y las locuras que solíamos hacer. Como todos nos conocíamos desde pequeños, en la mayoría de momentos estábamos siempre juntos, porque a pesar de la diferencia de edad, yo siempre fui muy apegada a mi hermano, por consiguiente también lo fue Lily.

Fue lindo recordar aquellos momentos tan inocentes y divertidos. Como cuando teníamos diez años —Jack cuatro— y tiramos a la piscina a papá con ropa y todo. O cuando intentamos bañar a nuestro perro y se nos escapó empapando toda la casa en el proceso. También estaba esa vez que desnudamos a Jack y lo obligamos a correr por toda la casa.

—¿Recuerdas la cara de mi padre? —le pregunté a Lily con una gran sonrisa— El pobre no sabía qué hacer con nosotras y el perro lleno de barro. Cuando llegó mamá lo regañó por habernos descuidado el tiempo suficiente para hacer eso.

—Fue memorable. Al final, tu padre termino siendo más regañado que nosotras —rió.

—O aquella en la que Jackson corrió desnudo por toda la casa —solté una carcajada— a la vecina casi le da un infarto.

—Eran malvadas conmigo, un inocente y dulce bebe —nos reprochó mi hermano.

—¡Hey! Tú solías jalarnos el cabello y pegarnos goma de mascar —se defendió la morena.

—En mi defensa, diré que estaba demasiado pequeño para saber lo que hacía.

Cuando llegamos a casa nos tiramos en el sillón y nos quedamos en silencio mirando el techo.

—¿Has pensado en que quieres que sea o cómo quieres llamarlo? —rompió el silencio Jack.

—No lo sé, creo que me gustaría un niño, ya sabes que nunca he sido lo suficientemente delicada o femenina, por lo que un niño será genial. Pero una niña a la cual poder vestir como un princesita... creo que por más cliché que suene, me da igual mientras esté sano —comenté.

My Complement. MADLY IN LOVE #1Where stories live. Discover now