Capítulo 54

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 Estacioné mi Volkswagen fuera del alto y lujoso edificio y me giré para mirar a mi amiga.

―¿Estas segura de que esta es la dirección? ―preguntó Lily escudriñando el edificio de forma ansiosa.

―Sí, completamente ―dije una vez verifiqué la dirección en mi móvil― ¿Además, que más podríamos esperarnos de Miranda? Para serte sincera, ni siquiera un castillo me impresionaría viniendo de ella. Miranda es una mujer a la que le gusta alardear de lo que tiene.

Lily simplemente asintió sin dejar de mirar el edificio.

La verdad es que estaba un poco impresionada. No era un edificio muy alto, no más de quince pisos, pero tenía un aire exclusivo y elegante, sobre todo por el sector en el que estaba ubicado. Por aquí, era pan de cada día ver transitar autos de lujo, celebridades y demás parafernalias.

No perdí más tiempo admirando la estructura y bajé del auto con Lily pisándome los talones.

Esperé a que la morena se acercara a mí para comenzar a caminar. Intentar que me esperara aquí era inútil, porque se negaría hasta conseguir subir conmigo, por lo que lo mejor era simplemente dejarla acompañarme y ahorrarnos una discusión.

―Cindy, desde ya te digo, que si hay alguien que va a romper narices hoy, voy a ser yo ―advirtió acelerando el paso para andar a mi lado― tú vas a esperar pacientemente a un lado, completamente segura y calmada, a que yo termine de saldar cuentas.

―¿Cuándo pasamos de drama a película de mafiosos, Lily? ―pregunté pasando por el lado del chico que estaba parado en las puertas dobles, el cual la abrió para nosotras y nos dio una cordial sonrisa, una que probablemente llevaba dibujada en su rostro todo el día. Pobre chico― ¿Saldar cuentas, en serio? ¿Qué eres, un gangster?

―Nadie hace sufrir a mi amiga y sale indemne de ello ―dijo ella encogiéndose de hombros y girándose rápidamente para darle un segundo vistazo al chico― ¿Le viste el culo a ese chico? Estaba como para darle una buena mordida.

Rodé los ojos y decidí ignorar las perversiones de Lily, primeramente porque estaba acostumbrada a ellas, y segundo, porque mi mente estaba en otro lugar. Concretamente en el quinto piso de ese edificio.

El lugar estaba perfectamente iluminado, con pisos de granito blanco y la recepción en el centro, detrás de ésta una mujer rubia con pintalabios rojo y sonrisa Colgate nos recibió.

―Buenas noches ―saludé obligándome a poner una sonrisa en mi rostro. La mirada de la mujer me recorrió de pies a cabeza y su nariz se arrugó levemente, pero supo camuflar su descontento con mi presencia rápidamente.

―Buenas noches, señoritas ―saludó con voz fina y delicada― Bienvenidas a Palace of Kings, ¿En qué puedo ayudarlas?

―Vengo a ver a una persona. Ian Goodwins, piso cinco ―expliqué escuetamente, pisando ansiosamente con mi tacón.

El rostro de la mujer cobró vida mágicamente y sus ojos brillaron con algo parecido a la excitación.

―Por supuesto, se nos informó de su visita. Pueden pasar. Supongo que se les otorgó la clave del ascensor e indicaciones de cómo funciona.

Por supuesto que lo sabemos, mujer, no somos monos salvajes.

―Eso es correcto ―asentí con la mandíbula apretada, conteniéndome de responderle a la mujer como realmente quería.

―Entonces espero que tengan una buena estancia.

Sin intenciones de responderle, tomé del brazo a Lily, quien se estaba sonriendo con el chico de la puerta y la arrastré conmigo hasta el ascensor, ignorando sus protestas por lo bajo.

My Complement. MADLY IN LOVE #1Where stories live. Discover now