Día 142

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Me confesé. Y me sentí bien al hacerlo.

Fue muy liberador el por fin decir en voz alta lo que sentía. Lo que siento. Porque aún te amo, Daryl y eso ni el tiempo podrá deshacerlo. No dijiste nada desde que me confesé, pero está bien. Todo está bien. No hacía falta que lo hicieras.

Además, ahora estás más cerca de encontrar a Merle. Estás a solo dos kilómetros de encontrar lo que tanto buscabas. Debes de estar feliz, ¿no?

Atlanta es muy grande. Tan solo espero que sí este ahí. Así por fin encontrarás la paz, y si tu la encuentras yo también.

Nada me haría más feliz en este horrible mundo de mierda, que verte feliz o al menos pensar que lo eres.

Eso reconfortaría el sufrimiento y la tristeza que me causa el estar lejos de ti.

No supiste decir nada cuando te dije que te amo, pero no importa. Yo estoy bien, no tienes o mejor dicho no tenías que corresponder a mis sentimientos y tampoco lo esperaba.

Te digo que cada vez que te sientas solo o que pienses en mí (que espero así sea), leas cada palabra que está escrita aquí. Tal vez de esta manera puedas sentirme cerca, y el saber que tu tienes este cuaderno, con mi alma escrita con tinta impregnada en cada página, me hace sentir que siempre estaré contigo.

Te amo Daryl Dixon, y no me arrepiento de sentir esto que siento.

Porque tu vales mucho más de lo que este horrible mundo de mierda merece.

Te voy a extrañar, Daryl Dixon. Quiero que sepas que dentro de este diario te dejo mi alma y con ella mi corazón para entregártelo a ti por completo.

Nunca te olvidaré y espero que tu tampoco.

Eres una buena persona, Daryl, y nunca lo olvides.

Con amor:
Sarah Williams.





...





Sarah terminó de escribir. Cerró su cuaderno. Lágrimas se resbalan por sus, ahora húmedas, mejillas. Sentía su corazón hecho pedazos, pero era algo que tenía que hacer. Levantó la cabeza y se limpió cada gota con el dorso de la mano.

"Listo. No más lágrimas. Ya no voy a llorar más. Es ahora o nunca". -pensó.

Decididamente, se levantó del tronco de donde estaba sentada escribiendo para ir hablar con Daryl. De repente escuchó un ruido a lo lejos en lo más profundo del bosque. El sonido de una rama rompiéndose.

Ella se volteó y rebuscó con la mirada. No encontró nada ni a nadie. Tomó su navaja entre sus manos y luego tomó su arma y la colocó detrás de ella dentro de su pantalón.

El sonido se escuchaba más fuerte y cada vez más cerca. Giraba su cabeza de un lado para el otro buscando al culpable, pero no vio a nadie. Su corazón palpitaba con fuerza, sentía que iba a explotar de la ansiedad. Su respiración era cada vez más rápida. La excitación cada vez más intensa.

- ¿Quién está ahí? -gritó ella-. Daryl, ¿eres tú?









...










Daryl encontró el cuaderno de color azul que su compañera siempre llevaba con ella; incluso dormía con él.

Recordaba las veces que golpeó sus manos cuando intentaba tocarlo. Era muy estricta:

"Primero muerta, antes de que alguien toque este cuaderno" -solía decir.

Era su más grande tesoro. Era todo lo que tenía. Allí estaban escritos sus pensamientos, sus deseos, sus sentimientos, sus pesadillas. Todo.

Ese cuaderno era su mundo. Su vida completa.

Él lo encontró allí, solo, sin su dueña. Pensó que había algo que andaba mal, porque Sarah jamás lo dejaría hasta que vio un mensaje. Miró a ambos lados para cerciorarse de que nadie estaba viendo.Tomó la hoja de papel y leyó en su mente lo que estaba escrito con el puño y letra de Sarah:

"Esto ahora te pertenece. Has lo que desees con él.

Tenías curiosidad por saber qué tanto escribía. Ahora puedes averiguarlo.

Consideralo un obsequio.

Con cariño:
- Sarah."

Sin saber qué ocurría exactamente, se quedó allí de pie sin hacer nada. Tomó el cuaderno azul, lo observó, se sentó y lo abrió.






...

El diario de una sobreviviente- Parte 1 [Daryl Dixon-TWD]Where stories live. Discover now