Día 94.2

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No sé qué decir.

Por lo general siempre tengo algo que decir, pero ahora... no sé si tengo la mente y el corazón para hacerlo, ni siquiera para escribir.

Daryl me está observando en estos momentos. Ha decidido darme mi espacio. Necesito tomarme mi tiempo para analizar todo lo sucedido.

Mi mente está en blanco. No sé por donde empezar. Creo que tal vez por el principio, ¿no?

...

Estábamos a unos pasos de entrar en la casa. Estaba tal y como la recordaba: de dos plantas, paredes blancas, un pórtico, las ventanas azules... no parecía que había alguien allí...

Tenía mucho miedo de entrar. No sabía que esperar. Daryl subió por las escaleras del pórtico con la ballesta entre sus firmes manos y yo fui detrás de él.

Me hizo una señal con su dedo sobre sus delgados labios para que no haga ruido. Se pega a la pared junto a la puerta que estaba medio abierta y él la empujó despacio. La puerta rechinó un poco y no pasó nada. Me vuelve a hacer la señal con su dedo en los labios para prestar aún más atención. Nada.

Comienza a caminar despacio y yo le sigo.

Miré las paredes decoradas con las fotos familiares todas bañadas en sangre. Mis ojos no se despegaban de las fotos y mis comenzaba a sentir humedad en ellos. Esperaba que ellos hubieran escapado antes de esta masacre.

Seguimos caminando hasta la sala de estar. Los muebles desacomodados, la chimenea apagada y seca. Se notaba que desde hace mucho que no se usaba. Había sangre también en la tela de los sillones y la alfombra de felpa.

Daryl inspecciona meticulosamente cada rincón y todo sigue en silencio. El sonido de nuestros pasos era lo único que escuchaba. Decidimos separarnos y seguir buscando.

Subí las escaleras despacio. Comencé a revisar las habitaciones iniciando con la de mi madre. Al llegar a su habitación, allí estaba ella. En la cama, acostada. Quise llorar, quise gritar pero mi voz se fue.

Había mucha sangre. Mi madre estaba destrozada. Sus intestinos estaban fuera de su lugar, sus piernas... ya no estaban, ni sus brazos. Solo estaba ella tratando de levantarse, gimiendo. Quien sabe desde hacia cuanto tiempo estaba así.

No podía moverme. Estaba paralizada. Horrorizada. No quise seguir viendo a mi madre de esa forma, así que cerré la puerta y traté de respirar.

Después de unos segundos decidí revisar el resto de las habitaciones. Había dos más.

Entré en la siguiente y el rostro de mi hermano de diez años saltó sobre mí. Era Peter. No tuve de otra más que defenderme y fue así que con lágrimas en mis ojos y todo mi corazón partido apuñalé su cabeza. Detrás de él salió Simon. Me levanté del suelo y tomé la cabeza de mi hermano de trece años y lo asesiné.

Mi mente quedó en blanco. No podía pensar con claridad. La adrenalina corrió por mis aún vivientes venas, mi cuerpo se calentó y sentía mi cabeza palpitaba.

Corrí hasta la siguiente habitación y abrí la puerta, no había nada. Abrí la puerta del baño y mi hermano estaba allí acostado en la bañera con su vientre abierto. Miré sus ojos verdes y recordé cuando cumplí once años e iba a soplar las velas del pastel, de repente llegó Michael y las sopló él por mí. Estaba tan enfadada con él ese día. Una lágrima se deslizó por mi mejilla y lo único que vi en esa bañera era a un monstruo. No era mi hermano.

Lo apuñalé.

Me voltee y caminé hasta donde estaba mi madre. No me percaté que Daryl estaba en la puerta observándome. Abrí la puerta y la apuñalé también. No podía dejarla así.

Miré mi mano, mi ropa, me toqué la cara. Estaba bañada en sangre. Solté mi navaja y de pronto me faltó el aire. Respiraba muy rápido y me dejé caer al suelo. Comencé a llorar y a llorar.

Daryl entró en la habitación y trató de hacerme levantar para sacarme de ese lugar. Yo lo empuje hasta cayó también al suelo.

Comencé a gritar entre sollozos y Daryl al verme tan desesperada y gritando trató de detenerme para evitar que más Caminantes llegaran hasta nuestra ubicación. Me tomó entre sus fuertes brazos y me abrazó hasta que dejara de llorar.

...


Asesiné a mi familia. Lo único que quedaba de ella. No sé cómo podré vivir con eso. No sé qué debería hacer ahora. Todo este tiempo me dediqué a buscarlos y ahora... ahora...  ya no sé qué hacer...

El diario de una sobreviviente- Parte 1 [Daryl Dixon-TWD]Where stories live. Discover now