Capítulo 35.

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Abro mis ojos al oír algunos murmullos, encontrándome con Hannah y Michael, quiénes tienen expresiones preocupadas en sus rostros. La pequeña Irwin tiene su cabeza en el hombro de Mike y ambos observan sus dedos entrelazados, mientras murmuran. 

El recuerdo de cuando dormí con Cassie viene a mi cabeza y una punzada de dolor se manifesta en mi pecho, provocando qué como reflejo lleve mi mano a hacia el, mientras cierro mis ojos, intentando apartar el recuerdo. El hermoso, pero a la vez doloroso, recuerdo.

-Hola. -Mike me saluda, y abro mis ojos, para forzar una sonrisa como respuesta.

-¿Te sientes mejor? -la voz de Hannah llena el lugar.

-¿Debería? -pregunto mientras suspiro.

-Hemmo, ella va a estar bien. -dice Hannah, en un tono qué me demuestra qué siquiera ella sabe si lo qué está diciendo es verdad.

Pero aún así, decido pensar positivo.

-Lo sé. -respondo, intentando convencerme a mí mismo.

He estado pensando.. Demasiado, para mi gusto. Y lo peor, es qué no puedo evitarlo. El dolor se expande cada vez más cuando pienso en lo ocurrido y en la posibilidad de qué Cassie no despierte. O peor aún, qué lo haga y me siga detestando con toda su alma. 

Dirijo mi mirada hacia la puerta al oír como se abre y mi expresión relajada, se vuelve una expresión de enojo. No sé si me encuentro realmente enfadado con ella, o si simplemente, tengo la necesidad de sentir algo, además de tristeza y frustración. 

-¿Cómo está? -pregunta mirándome. 

Intento hablar, pero Hannah se me adelanta, y en un abrir y cerrar de ojos, ya se encuentra chillándole.

-Hija de perra. Todo esto es tú culpa. -Hannah se para frente a ella, demostrando la diferencia de altura qué hay entre ellas. Hannah es un poco más baja qué Aleisha, pero aún así, no se demuestra intimidada por la mirada qué le dirige ella. 

-Debería golpearte, lo sabes, ¿no? -insiste la rubia, al ver qué se mantiene en silencio.

-Lo siento. -Aleisha dirige su mirada hacia el piso y muerde su labio inferior, con nerviosismo. 

-Deberías. -dice finalmente, para luego mirarla por unos segundos y volver junto a Mike, quién se encuentra en la misma posición qué antes, con una expresión cansada. 

El silencio, luego de la incómoda situación, es hartante. Se oyen los pasos de las enfermeras qué van y vienen, y las tranquilas respiraciones de todos los presentes. No planeo intentar aligerar el ambiente, porque sinceramente, sólo quiero tirarme al piso y llorar como un bebé. 

Introduzco mi mano en el bolsillo de mi chaqueta y saco mi pequeño reproductor de música, para luego desenrredar mis audifonos, los cuáles están casi igual de destrozados que yo. 

Subo el volumen al máximo y cierro mis ojos, apoyando mi cabeza en la pared qué se encuentra detrás de mí. Tarareo una de las innumerables canciones de ATL, y comienzo a relajarme, hasta qué alguien tira de mis audifonos, quitandolos de mis oídos, y por lo tanto, deteniendo la música. Frunzo el ceño y abro mis ojos, encontrándome con unos pequeños ojos verdes, observándome atentamente. 

-¿Qué mierda, Hannah? -pregunto, demostrando mi enojo. Pero rápidamente, suavizando mi expresión, al notar qué sus ojos están llenos de lágrimas- ¿Qué sucede?

Ella sonríe, intentando tranquilizarme, y siento como mi corazón comienza a latir a mil por hora. 

-Cassie ha despertado, Luke. 

4 palabras. Tan sólo, 4 palabras, bastaron para qué tirara mi reproductor de música y comenzara a correr como un desquiciado por el pasillo del hospital. 

enamórame // luke hemmingsWhere stories live. Discover now