-Mierda. *Digo en voz baja, pero no tanto como me hubiera gustado.*
Se acerca a la puerta y se planta a mi lado. La examina unos segundos y suelta un suspiro como de preocupación.
-No has sido tu. *Me dice nervioso.*
-¿Qué? *Le he escuchado perfectamente, pero interrogo porque no entiendo a qué se refiere exactamente.*
-Que no has sido tu. Yo la rompí, el otro día, intente arreglarla, pero con el empujón que le diste al entrar, creo que se ha safado de nuevo. *Dice riendo tímidamente.*
-Entonces si he sido yo. *Le digo con tono serio.*
Él hombre piensa unos segundos lo que va contestarme, pero hablo antes que pueda articular alguna palabra.
-Hay que arreglarla. *Le digo*
-Si, pero no sé cómo.
-¿Como no va a saber?, me ha dicho que ya la arreglo el otro día.
-Si, la arregle, pero no sé cómo hacerlo sin herramienta.
-Bueno, vamos por ella. *Le digo y volteo a mi alrededor buscándola.*
-Lo qué pasa es que la herramienta está adentro.
-Estupendo. *Digo con un tono molesto.*
El hombre se acerca mucho a la puerta y entiendo que tengo que retroceder. La analiza un poco, tira de la chapa unos segundos, entonces toca fuerte y grita "Alex" repetidas veces pero no consigue respuesta.
-¿No tiene celular? *Le pregunto.*
-No. *Contesta apenado.* -¿Y tú?
-Tampoco. *Suspiro molesta.*
-Imposible, ¿Cuántos años tienes?, ¿20?, ¿Y no tienes celular? *Dice asombrado.*
-19 y, ¿Qué tiene que ver eso? *Digo un poco molesta.*
*Se encoge de hombros* -Me parece muy raro, a tu edad todas las chicas tienen un celular casi encarnado.
-Bueno, creo que no soy como todas las chicas. *Mi voz suena tan pesada que se nota que estoy resentida por algo.*
-Ya lo veo. *Me sonríe.* -Supongo que eso me parecería genial, si no estuviéramos en esta situación.
¿A que se refiere con que "eso le parecería genial"? Quería decirle "¿Qué?" Porque no me ha quedado muy claro que quiere decirme con ese comentario, pero interrumpe mis pensamientos antes de que pueda convertirlos en habla.
-Oye, ni siquiera nos hemos presentado... Soy Steve. *Me dice sonriendo y me extiende la mano.*
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Nada como nosotros
RandomMadeline gracias a los golpes de la vida se ha convertido en una joven rebelde, un espíritu libre, imposible de controlar, pero un día conoce a Steve, un hombre recto, centrado y maduro que enseguida la hipnotiza. La mente retorcida de Madeline quie...
