- ¡Ven acá y dame amor!
- ¡No! - cerré la puerta con llave.
- Karol. - tocó la puerta. - ¡Abreme!
- No, duerme en el sofá.
- Amor, me da miedito. - dijo y sonreí.
- ¿Miedito?
- Shi. - dijo con voz de pequeño.
¡¿Por qué tiene que ser tan tierno?!
- Duerme con Santi entonces.
- ¡Que quiero dormir contigo!
- ¡Que no! Y déjame dormir.
- ¡No seas así! - me gritó y no le contesté. - Karol... amor ¡en serio! Que me abras... ¡No lo vuelvo a hacer!... ¡Karol!... ¡Karol!... ¡Karol!
Dios, se pone intenso.
- ¿Qué?
- ¿En serio miras porno? - no pude evitar reírme.
- ¿Tú qué crees Pasquarelli?
- No, yo reviso tu historial y no he encontrado nada extraño.
- ¡¿Has revisado mi historial?!
- Yo… pues… fue solo una vez.
- Sí claro. ¡Maldición Ruggero, confía en mí!
- Lo hago, pero tú vienes y te le insinúas al maldito profesor ese y ¡como quieres que confié en ti!
- ¡El profesor es gay!
- Bueno… eh ¡no importa!
- Nunca te he engañado Ruggero, ¿por qué no confías en mí?
- ¿Qué hay de Michael?
- ¡Habíamos terminado!
- ¡No me importa!
- Al menos yo esperé a haber terminado contigo. - dije de mala gana.
- No empieces Karol.
- ¡No empieces tú! ¡No te he dado razones para que dudes de mí y sin embargo lo haces! Y me duele Ruggero.
- Amor…
- ¡No! Me haces sentir que soy una mala esposa.
- No lo eres.
- ¿Entonces?
- Es que no me gusta verte con otros hombres.
- Y tú crees que a mí me gusta verte con Giovanna o con Candelaria.
- No metas a Cande en esto.
- ¿Por qué la defiendes? O más bien, ¿por qué vino hoy?
- No lo sé, se supone que esta fiesta la organizaste tú ¿no? Tú invitaste a todos, ¿por qué la invitaste a ella? - tenía razón, pero yo no la invité.
- Yo no la invité.
- Entonces no sé, de todos modos yo no la amo a ella, por Dios, ya ni siquiera me gusta, yo te amo a ti y nada más a ti, ¡Karol, por favor!
- Debemos de dejar los celos Rugge. - le dije ahora más calmada.
- Pero es que…
- Pero es que ¿qué? - le pregunté abriendo la puerta mirándolo.
- Me gusta que me celes. - me dijo sonriendo. - Me gusta que me reclames como tuyo.
- Y por eso tú también me celas.
- Exacto.
- Pero te pones insoportable con tus celos a veces Ruggero.
- Ya lo sé amor. - puso sus manos en mi cintura acercándome a él. - Pero te amo y no puedo evitarlo. - me sonrió. - Ahora vamos a dormir
- Claro, tú en el sillón y yo en la cama.
- ¡Que no! - me cargó, tirándome a la cama, colocándome boca abajo y él acostándose encima de mí.
- ¡Ruggero quítate!
- Shuuuu. - puso su dedo en mi boca para callarme. - Duérmete.
- ¿Por qué eres tan raro? - le dije riendo.
- ¡Que te duermas he dicho!
- Me estás ahogando, así no puedo dormir.
- Shuuuu. - me volvió a callar.
- Amor, me voy a morir aquí, en serio.
- Al menos morirás amándome. - dijo riéndose.
- ¡Ruggero! - traté de agarrarlo pero tomó mis manos y las sujetó arriba de mi cabeza, impidiéndome moverlas.
- ¡Duerme! - comenzó a sobarme la cabeza. - ¿O quieres que traiga el cloroformo?
- ¿Tienes cloroformo?
- ¡Duerme!
- Eres demasiado raro Rugge. - dije mientras los dos reíamos.
- Tú también lo eres por ver porno. - me reí más. En serio me había creído. - Somos la pareja mas rara que he visto amor. - sonreí. - Te amo.
- Yo también te amo, pero ¿en serio no piensas levantarte de mí? - no me respondió. - Rugge. - nada se escuchó. - ¡Amor, es en serio! Rugge... - traté de moverme pero él era mas pesado y mucho más grande que yo. - Amor... - dije pero seguía escuchando solo su respiración.
Dios, definitivamente somos raros.
![](https://img.wattpad.com/cover/100052029-288-k611126.jpg)
YOU ARE READING
TUYA | segunda y tercera temporada
FanfictionAdaptada. Créditos @Crazyimaginaryworld
Somos raros
Start from the beginning