Chupo su clítoris y con un dedo acariciaba la parte de arriba de su delicioso sexo, mi esposa empezó a mover las caderas ansiosa por sentirme dentro de ella, mi pene pedía a gritos ser enterrado por semejante hermosura.

Anahí: ¡ah! Poncho.

Succione una vez más su interior me levante y la bese, su sabor se mezclo con él sabor de sus labios, esto se sentía mas que exquisito.

Sus ojos se notaban encendida por la excitación, la mía estaba igual o peor.

Me levante me coloque entre sus piernas, frote mi pene duro y erguido en su mojado sexo, ambos gemíamos por él placer y eso que faltaba enterrarme dentro de ella, la mire quieta, sus mejillas están rojas como un tomate.

Alfonso: Quiero hacerlo sin ninguna protección, y no te preocupes por nada, comprare la píldora mañana- le dije con la voz ronca, asintió serena, baje mi cuerpo para sentir su suave piel rozar con la mía, metí mi dureza en su interior, cerro los ojos y se aferro a las sabanas, aun esta estrecha él estúpido que la desvirgo no lo hizo bien ¡Maldito! Niego borrando aquello, entró con delicadeza, jadeo mordiéndose él labio, eso provocó que yo deseara morderselo y eso hice mientras me enterraba, atrape su boca mordisqueando a cada lado, luego chupe y succione su lengua, me moví despacio, su calidez envolvió mi pene, sus manos araña mi espalda, me solté de su labios para verla directamente a sus ojitos azules que tanto me enamoraron desde aquella vez debajo de la torrencial lluvia.

Alfonso: Te amo bonita y estar unido a ti, es lo que mas deseaba - confesé mirando su cuerpo, me sonrió con la boquita entreabierta.

La bese con amor, nuestro cuerpos sudorosos chocaron delicados, mi humeda lengua recorrió cada centímetro de su piel. Nuestros jadeos se escuchan como una hermosa melodía de amor puro y verdadero, no fue necesario articular palabras, si tan solo con nuestros cuerpos decíamos mil cosas.

Sentí su cuerpo tensarse inmediatamente supe que se venia, la aprete con fuerzas bese nuevamente con amor y pasión su boca, mil moléculas se esparcieron por mi torrente sanguíneo y ahí ambos explotamos en un delicioso orgasmo.

Bese una vez mas su deliciosa boca, jamas me cansaria, salí de ella sintiendo frío, realmente quisiera estar dentro si fuese posible las 24hrs. Si lo se, soy exagerado.

Alfonso: ¿Como te sientes?.- pregunte acariciando su cabellera.

Anahí: Como nueva- susurro mirándome a los ojos, la amo joder y este fue la mejor noche en mucho tiempo, su cabeza reposa en mi duro pecho, mis manos acarician su espalda desnuda.

Alfonso: Te amo Anahí, te vez agotada descansa - bese su sien, ella asintió acurrucandose, se le escapo un suspiro algo cansado, reí internamente y luego yo suspire anonadó por tan bella mujer que me tocó.

Jamas llegue a imaginar hacer él amor de esta manera, cuando estuve con esa ilusa, todo era des frenado, ni una pisca de pasión o amor a ella le encantaba lo rápido lo loco.

Mierda esa mujer no se merece ni que la recuerde, la odio y se ha convertido en una maldita sombra a la cual, me cuesta borrar. Si bien fue mi primer amor, pero todo eso murió al ella traicionarme... Bufé exasperado al evocarla.

No debería pensar en ella, ya no se encontraba en mi sistema pero sus malditas palabras después de haberla insultado aun quedaron en mi.

Jamas me olvidarás, yo fui la primera en tu vida, si te engañe pero te amo y te amare y oyeme muy bien cielo, jamas ninguna mujer sera como lo soy yo... Y otra cosa te maldigo al tu encontrar otra, esa sera igual o peor que yo, tenlo por seguro soy incomparable, volveré por ti, hechame todo lo que quieras, total se que un día volveré entre tus brazos.

Niego una y otra vez, en pensar en sus ultimas palabras.

Suspiro y dejo martirizar mi mente, sonrió al ver a mi bonita esposa, la mujer que es muy diferente a ella.

****

Él fuerte brillo de la mañana, golpeó mis párpados, trataba de abrirlas pero se me hacia algo difícil, hasta que abrí los ojos y mire a mi alrededor y note que mi esposa no se encontraba, mi corazón se agitó como un loco. Pero rápidamente me calme al verla de pies en la gran exhibidor mirando con los ojos brilloso él mar, me levante y camine hasta ella, rodeando su cuerpo con mis grandes brazos.

Anahi: Buen día mi amor - dijo girándose a mi, beso mis labios con ternura, típico de ella.

Alfonso: Buenos días luciérnaga - sonrió timida- Dime que tienen tus ojos, están llorosos.

Negó y suspiro.

Anahí: Es como un sueño, él mar es mi delirio es lo que mas me gusta y me siento la mujer mas feliz del planeta entera -dijo mientras se mordía él labio, joder eso provoco que la tomara del cuello juntando nuestros labios, estoy jodido con cada gesto que ella provoca en mi, por otro lado ya sabía que él mar es lo que mas le encanta por eso razón la traje acá.

Mi esposa enroscó sus piernas alrededor de mi cintura, camine con ella hasta la cama y nuevamente nos amamos con total vehemencia.


***

Después de nuestro desayuno vinimos a la playa para completarla, mi esposa corría de un lado para otro se nota muy feliz y eso hace que me sienta igual a ella.

Mientras ella seguía su pelea en construir una torre de arena, yo la contemplaba anonadó en serio que soy jodido afortunado mire al mi alrededor muchas parejas se encuentran abrazados y besándose otros tanto con sus hijos.

Mire para todos lados y decidí en acercarme a mi esposa. Mi móvil sonó dentro del bolsillo de mi short, lo saque y al ver que se trataba de mi adorada madre respondí.

Mi madre me saludaba preguntaba por mi esposa le dije que nos encontrábamos en la playa, entonces decidió llamar en la tarde. Colgué y Sonreí feliz, al mirar en dirección a mi esposa mi sangre se hirvio, no me agrado en lo absoluto, lo que mis ojos miraban, camine con firmeza y antes de que ella mediara palabra alguna empecé a golpear al tipo que tenia sus malditas manos aferrado a la cintura de mi esposa.

Anahí: ¡Alfonso basta! - gritaba mi esposa, pero no cedi, como era posible que se deje manosear por un desconocido, él tipo de devolvió él golpe él ladrido de un perro me hizo levantarme de la arena, un perro grande de color blanco se encontraba al lado de mi esposa ella me miraba horrorizada.

–Lady controlate- vocifero él hombre al que golpee hace unos minutos.

Mire la correa alrededor de la cintura de Anahí, frunci él ceño confuso.

Anahí: Alfonso que te pasa, me asustas- replicó mi esposa con un hilo de voz.

Pestañee varias veces sin aun comprender por que ese tipo estaba tocando la cintura a mi mujer.

Cuando me iba acercar a ella, él perro ladro provocando un grito de miedo de Anahí.

Alfonso: ¡Quita a ese perro! - masculle al dueño algo agitado.

–Eso pretendía hacer hace poco, pero usted sin preguntar me golpeó- dijo él desconocido con tono molesto.

Mierda se que hice mal pero no me agrado la manera en como él la tenia, según él tipo me narro lo sucedido con su perra, fue un mal entendido al parecer él perro escapo de él y sin percatar su correa se enredo en él cuerpo de mi mujer.

Mientras seguíamos de pie viendo las olas golpear las rocas, mi esposa se encontraba enojada y callada.

Alfonso: Perdón solo no me gusto lo que vi, y me altere.

Anahí: No te justifiques, primero hubieras preguntado pero tal parece que preferiste la violencia - replicó con seriedad.

Me acerque a ella y la abrace, hundió su rostro en él hueco de mi cuello. Realmente me siento como un idota. ¡Pero no soporto ver a otro tocando lo que sin duda es MIO!


••••••••••••••••••••••••••••••••

¿Que tal le parece la historia? 🤔. ¿Les gustan?.

•Amor Enfermizo © • (COMPLETA)Where stories live. Discover now