Hospital. (II)

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Tenía un dolor de cabeza muy fuerte, las sienes me daban pinchazos y por más que quisiese abrir los ojos, no me veía capaz. Sentía mi cuerpo pesado y débil pero aun así hice el esfuerzo de moverme, aunque sólo sentí un apretón en la mano.

Poco a poco fui siendo algo más consciente y volví a mí. Empecé a escuchar un pitido lejano e intermitente y algo cubrirme de cintura para abajo; igual que me di cuenta que estaba recostada sobre un almohada. Abrí la boca queriendo hablar, pero sólo me salió un quejido y caí en la oscuridad de nuevo.

Volví a escuchar ese pitido intermitente, sin embargo esta vez era más cercano. Otra vez intenté abrir los ojos y algo de luz quemó mis retinas. Molestó, pero en cierto modo me sentí bien de haber podido hacer eso. Parpadeé un par de veces antes de poder hacerlo por completo. Con la vista algo borrosa diferencié una silueta a mi lado, aunque tampoco podía ver demasiado porque la única iluminación que había era la que entraba por la puerta. Mis ojos se acostumbraron a la luz y vi que estaba en una camilla, y quien estaba a mi lado era Andy.

-Andy -la llamé, pero estaba dormida y no me escuchó. Lo hice de nuevo hasta que despertó.

-¡Oh, por fin! Avisaré a alguien, un momento -dijo levantándose.

-No, espera. ¿Dónde está Harry?

La expresión de felicidad que tenía cambió al mencionarle.

-Um, te lo explicaré cuando te vea alguien.

Asentí sin poder hacer nada. Al fin y al cabo estaba en una camilla, enfadarme no serviría de nada. Pero no entendía por qué Harry no estaba conmigo. ¿Había decidido dejarme después de todo? Era lo mejor, pero aunque le hubiera insistido en que lo hiciera no era lo que quería.

Andy volvió acompañada de otra mujer. Rondaría la treintena y llevaba el uniforme del hospital.

-Hola Elisabeth. Soy la Dra. Sarandon, ¿cómo te encuentras?

-Cansada, supongo. ¿Qué hora es?

Miró un reloj pequeño que adornaba su muñeca.

-Las cuatro de la tarde. Llevas inconsciente varías horas.

-¿Qué me ha pasado?

La doctora y Andy se miraron y luego devolvieron a mí.

-Hay veces que llevamos a nuestro cuerpo a situaciones extremas, y por lo que nos ha dicho tu amiga y las pruebas que te hemos hecho, tanto tu cerebro como tu cuerpo se han puesto de acuerdo para darte un respiro. Has pasado por varias situaciones traumáticas a lo largo de tu vida, y estas últimas semanas además del estrés al que has estado expuesta has descuidado mucho tu salud. Estás demasiado delgada para lo que deberías estar a pesar de tu constitución, además de los signos de violencia que presentas. Tu cuerpo te ha dado un aviso, así que ten cuidado. Aunque creo que no hace falta que te lo diga.

Me quedé callada. Ella sabía todo y si lo hacía ¿quién más lo haría? Miré de nuevo a Andy que no había apartado la vista de mí. Estaba sería y algo preocupada, no paraba de tamborilear los dedos en la silla en la que estaba sentada.

-Sabe lo de Jack, Beth -aclaró Andy.

-Sí, lo he supuesto. ¿Quién más lo sabe?

-La dirección del hospital y la policía. Uno de los agentes está ingresado también aquí tras el incidente de esta mañana.

Back to December (Harry Styles a.u.)Where stories live. Discover now