Don't go.

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Había un atasco en el centro. Llevábamos quince minutos parados por culpa de un accidente que había bloqueado el centro de Londres.

¿Podía ir peor la noche? No lo creía.

Mis dedos tamborileaban desesperados en el volante y buscando algo de distracción puse en la radio algo de música.

-Yo no te engañé -dijo Harry.

Me pilló desprevenida.

-Vuelve a dormirte -dije intentando salir del tema.

-Sabes que nunca lo haría. Yo te quiero, Beth.

Subí el volumen de la radio y miré por la ventana contraria porque las lágrimas volvían a amenazar con salir descontroladas.

-Mírame.

-Harry, estás borracho. Deja el tema y ya hablaremos cuando estés sobrio.

-Tanto tú como yo, sabemos que en cuanto te asegures de que estoy bien en casa, volverás a desaparecer y no hablaremos.

-Y tanto tú como yo, sabemos que nos volveremos a ver ahora que sabes dónde trabajo.

Rio -de esa manera que tanto me gustaba- porque llevaba razón.

Por fin los coches de delante comenzaron a moverse y tras limpiarme los ojos comencé conducir.

Después de una media hora llegamos a mi antiguo apartamento y recuerdos que había apartado en este último mes volvieron a mí como si hubieran tenido lugar hace horas.

Salí del coche aparcado en el portón del edificio y rodeé el auto para ayudar a Harry a salir. Con dificultad subimos las escaleras que daban al ascensor y llegamos a la puerta del apartamento.

-Las llaves están en el bolsillo de atrás de mi pantalón.

Las cogí y abrí la puerta con el chico rodeándome el hombro. A trompicones conseguí llevarlo hasta la habitación y sentarlo en la cama.

-No te muevas.

Fui al baño y puse pasta de dientes en su cepillo.

Harry odiaba levantarse con sabor a alcohol en la boca después de haber estado bebiendo una noche, y si a eso se le sumaba que hubiera vomitado, era algo mucho más asqueroso.

-Abre la boca.

-Aún te acuerdas -dijo sonriendo levemente y algo en mí se removió.

-Abre la boca -repetí.

Hizo lo que le dije y metí el cepillo en su boca. Cogió mi mano y me lo quitó de ella, comenzando a lavarse los dientes el solo. Cuando terminó fue al baño y se enjuagó.

-¿Por qué lo hiciste? -pregunté sentada en la cama.

-Por favor, tienes que creerme. Nunca te engañé con ella. Con ninguna.

-No puedo creerte. Te vi, Harry. Y ojalá no te hubiera visto, porque era feliz contigo y hubiera seguido siéndolo.

Se sentó a mi lado y puso una de sus manos sobre otra mía.

-Dame otra oportunidad. Te explicaré todo, por favor -suplicó.- Te echo de menos, esto no se siente como un hogar desde que tú no estás.

-No me digas eso, Harry. Yo... Me estoy acostumbrando a estar sin ti, estoy rehaciendo mi vida, conociendo a gente...

-¿Te refieres a ese camarero? -preguntó con una sonrisa amarga- Sí, os he visto hoy en la fiesta. ¿Quieres que te sea sincero? Le gustas y lo sé porque te mira como lo hago yo.

-¿Cómo lo haces?

-Sólo tienes que volver a mirarme para saberlo -dijo girando mi cara suavemente con su índice.

Por primera vez en toda la noche sus ojos y los míos se reunieron y la paz que hacía tiempo que anhelaba volvió a mí  igual que varias cosas esta noche.

-No te vayas.

-Tengo que hacerlo. Esto ya no forma parte de mi vida -dije sin aguantar mirándole.

-Mírame a los ojos otra vez y dime que no me echas de menos; que no me quieres. Dilo y te prometo que te dejaré que te vayas.

Tomé aire y me armé de valor dispuesta a hacerlo, mas me fue imposible. No podía mentirle aunque me empeñase en hacerme eso a mí.

-No puedes -consluyó él por mí.- Si te beso ahora ¿qué pasaría?

-No lo sé.

Y era verdad, no lo sabía. No sabía si podría controlarme e irme o me volvería a encandilar una vez más.

-¿Quieres comprobarlo?

Era era la pregunta clave: ¿Quería?

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¡Pum!

Nos leemos pronto xx

Back to December (Harry Styles a.u.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora