Daisies and pure nature.

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Escuché la bocina de un coche y miré por la ventana de la cafetería. Al otro lado estaba Harry apoyado en el capó con las gafas de sol puestas y mirando hacia dónde yo me encontraba. Miré el reloj de mi muñeca y vi que era la hora exacta en la que mi turno terminaba, acabé de atender la mesa en la que estaba, fiché y me fui con él.

-Hola, nena –dijo antes de darme un beso. Me abrió la puerta del coche y cuando me senté lo rodeó para sentarse en su sitio.

-¿Qué te ha dicho el médico? –pregunté nada más que cerrara la puerta y arrancase.

-¿Qué tal el día, Harry? Muy bien. ¿Y el tuyo? ¿Mucha gente en la cafetería?

-Idiota –reí y le di un golpe en el hombro.- Primero quiero saber que te ha dicho el médico.

-Me ha dicho que ya estoy bien, que la herida ha cicatrizado rápido y que puedo hacer vida normal.

-¡Eso es genial, Harry! –exclamé lanzándome hacia él aprovechando que había parado en un paso de cebra. Rio por la sorpresa y antes de que le diera tiempo decir nada le besé en la mejilla y luego en los labios.

-Lo mejor de todo es que no te voy a tener a ti a mí alrededor diciendo que es lo que no puedo hacer y qué es lo que sí –intentó hacerme enfadar.- Bueno, eso y que por fin voy a ser yo quien te diga lo que hacer en la cama.

Obvié la primera frase y me quedé con la segunda. En un principio me hubiera puesto rojísima pero llevaba tanto tiempo a su lado que me había acostumbrado a que soltara cualquier cosa sin venir a cuento.

-No estoy yo muy segura de quien le dice a quien lo que hacer en la cama.

-¿Segura? –preguntó levantando una ceja y poniendo una mano en mi muslo.

-Mucho y avanza antes de que empiecen a pitarte el resto de coches –respondí quitándola y señalando a la carretera.

Creía que íbamos a ir a casa pero en lugar de eso tomó un desvío y en una gasolinera compró algo de comer.

En el camino le pregunté varias veces a dónde íbamos pero como la mitad de las veces que se le ocurría algo, me dijo que era una sorpresa y que me lo diría luego. Ese luego se convirtió en una hora y varios kilómetros que nos llevaron a las afueras de Londres. Cuando ya no sabía que más hacer para no aburrirme porque ya había mirado suficiente tiempo el paisaje verde que nos rodeaba y se nos había ido la cobertura y las canciones de la radio no las podíamos escuchar, Harry se salió del camino de tierra, adentrándose en unos árboles que dieron a un claro y por fin paró el coche.

-¿Y esto? –pregunté confusa. Nunca me había llevado un sitio así.

Salió del coche cogiendo la comida y yéndose hacia la parte de atrás a por una manta que no tenía ni idea de que estaba allí. Me desabroché el cinturón y bajé del coche reuniéndome con él en frente de este y le ayudé a poner la manta en el suelo.

-Hace mucho que no salgo de casa y quería estar contigo los dos solos en un lugar tranquilo –dijo haciendo que mi corazón se derritiera. Era lo mejor que me podría haber pasado y cada día me lo demostraba un poco más. No me hacía falta nada si lo tenía a mi lado. Sonreí y me senté a su lado sin saber qué decir. Me tendió la comida que era un sándwich vegetal y un refresco de naranja comenzamos a comer.

Miré detenidamente el lugar, era realmente bonito y parecía que no había estado nadie por ahí en años.

-¿Cómo descubriste esto?

Se encogió de hombros bebiendo de su botellín de agua antes de responderme.

-De pequeños a Gemma y a mí nuestros padres nos llevaban a varios sitios durante el año cuando tenían vacaciones y una vez que fuimos a Londres mientras mamá y Gemma iban de compras por la ciudad, mi padre y yo fuimos a ver que encontrábamos por las afueras y vimos este campo.

Back to December (Harry Styles a.u.)Where stories live. Discover now