27. EL REENCUENTRO

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--De algún lado tuvo que sacar su encanto ¿no? --Dijo Logan orgulloso. --¿Porque no cenamos hoy? Sería divertido.

--Eso sería maravilloso, señor. --Dijo Phoebe hipnotizandolo con su encantadora sonrisa.

Debo reconocer que es buena para adular y encantar a las personas, eso hizo conmigo de algún modo, y gracias a ella este viaje no se convierte en pesadilla.

--Tenemos planes. --Los interrumpí. --¿Recuerdas baby?

Phoebe me miro complice y asintió. 

--Oh claro, la fiesta de ...Walter. No podemos fallarle. Lo lamentamos.

--No se preocupen. Cualquier otra noche.

La limosina se detuvo frente a la escuela y las miradas de los chicos no pudieron evitar notarla.

--Nunca le dijimos donde estaba la escuela. --Dijo Phoebe.

--Sería estupido y descuidado si no supiera donde estudia mi hijo ¿no creen?

Phoebe  arrugó la frente. Es obvio que dejo de despertarle confianza, igual que a mí. 

El conductor nos abrió la puerta y Phoebe se despidió con una gran sonrisa. 

--Muchas gracias, señor. 

--No hay de que. Adam.

Me detuvo antes de bajar. Lo mire.

--Salúdame a tu madre.

No le respondí, ni siquiera sonreí como Phoebe. No le daría ese placer. He visto como llora mi madre por él y no necesito conocerlo para saber que le hizo mucho daño. Me baje del auto y tome a Phoebe del codo para ir dentro de la escuela.

--La próxima vez iremos por el callejón.


EMMA.


Me metí a la sala de computadoras de la biblioteca de la escuela y escribí en el buscador. Belle Rive Luisiana.

La foto de una prisión de máxima seguridad aparecio. Todas las páginas hablaban de ella como la prisión incorruptible. Me recargue en el respaldo de la silla y me talle la cara. 

--Necesitamos una avión. --Dijo alguien tras de mi.

Gire la silla y vi a Walter cabizbajo.

--O una camioneta. Pero no tengo licencia.

--¿Para...?

--Ir a Luisiana. Por nuestros papas.

Baje la mirada hasta sus tenis.

--No se si podré ir. Aquí también hay trabajo que hacer. 

--¿Te refieres a Los encantados? Dudo que nos necesiten en el equipo. 

--Yo también. Pero, ¿como le haremos?

--Conozco gente. 

Recargue mi barbilla en la palma de mi mano y sonreí.

--¿Tu conoces gente?

--Bueno, mi padre conoce gente, yo tengo sus números. Solo quiero rescatarlo igual que tu.

El interes afloro en mi.

--¿Quieres planear una fuga conmigo?

Sonrió como respuesta.


ROSE.

Timidamente, me senté en mi clase de historia. No se si es porque me había acostumbrado a ser popular y estar sobre los demás, o que la compañía de Phoebe me ha influido demasiado, pero ahora, prefiero ser invisible. Estuvimos a punto de ser atrapados por Batman y la policía, no quiero estar frente a mi salón con esa carga que aun no se alivia. Es el murciélago de Gótica, podría estar en cualquier parte asegurándose de que no nos entrometamos. 

Los hijos de Gótica.Where stories live. Discover now