7. El día que Phoebe hizo un amigo

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PHOEBE.

El frío afuera estaba de muerte. Calaba hasta los hueso y hacía que los dedos de mis pies fueran casi inexistentes. Entre con mi carpeta de música entre los brazos y subí las escaleras para llegar a la biblioteca y ahí poder ordenar los papeles que no pude ordenar en la mañana por culpa de la fastidiosa de Harley. Como parte de las escuela no tenía techo, el frío seguía calando por el pasillo, así que comencé a correr para llegar a la cálida madera de la biblioteca. Agache la cabeza para atravesar el pasillo, aunque estaba desértico, o así era hasta que choque con Cassie y Rose en el pasillo.

Mi carpeta de partituras desordenadas había chocado contra la rubia glamurosa. Ella me empujo como respuesta haciéndome caer de rodillas. La partituras ser regaron por todo el piso. Una hermosa parte de For Elise estaba apunto de caer por el barandal.

--Fíjate por donde vas, rarita. --Me grito Cassie en el oído.

Se alejo junto con su amiga y me dejo en el suelo recogiendo mi música.

Estaba furiosa y avergonzada, caer y golpearme contra la gente no es algo que este en mi lista de hacer.

Localice la hoja de partituras a centímetros de caer en el suelo, a punto de ser empujada por el aire y caer.

De pronto, una ágil mano tomo la hoja y la levanto para dármela. Cuando alce la mirada me encontré con Adam Kyle, uno de los chicos más guapos de la escuela. Tenía mi partitura en la mano, me miraba con una hermosa sonrisa cálida. 

--Esto es tuyo. --Me dijo.

Me levante con la carpeta bajo el brazo y cogí la hoja. 

--Te gusta la música, siempre eh querido aprender esto, pero me resulta muy confuso. --Dijo mirando las hojas.

--No lo es. --Dije en voz baja. --Solo requiere atención. 

--Ya lo veo...Soy Adam. --Dijo extendiendo su mano. 

¿Espera que la tome? Creo que sí.

Tome su mano y la estreche.

--Phoebe.

--Un placer conocerte Phoebe. Siempre veo que sacas dieces en química y me pregunto como es tu voz.

No respondí. ¿Que se dice en estos casos?

Agache la mirada, nunca había tenido una conversación con alguien popular, no es que sean la gran cosa, de hecho son unos estúpidos, pero el era diferente y eso me ponía nerviosa.

--¿Te gustaría estudiar conmigo en el descanso? --Dijo demasiado seguro de sí mismo.

--¿Qué? 

--Si, bueno, quería pedírtelo desde hace tiempo, pero nunca hablamos, así que...

--Oh claro, me encantaría.

La campana sonó.

--Se hace tarde, hay que ir a clase. --Dijo él.

--Bueno, pensaba ordenar esto en la biblioteca...--Llegar con alguien como Adam al salón de clases puede ser algo nuevo para mi, pero al ver su mirada gatuna observándome con tanta atención, no pude resistirme. --Pero creo que puedo ordenarlos en el salón. 

Los hijos de Gótica.Onde as histórias ganham vida. Descobre agora