11. La llave maestra.

174 18 0
                                    

PHOEBE.

--Entonces, lo que ustedes tiene que hacer es atrapar a estos monstruos creados por la perra bruja y evitar que cometan un crimen, por lo general estarán disfrazados de nosotros o de otros muchos villanos. Mantelos sin piedad y no dejen que nadie los vea. Te hablo a ti Phoebe. --Dijo mi padre señalándome.

--Te aseguro que no voy a llamar la atención, papi. --Dije con una sonrisa.

--Lo digo que verdad. --Su expresión se volvió mucho más seria. --No andes por ahí cantando "Las gotas de lluvia" y rompiendo cristales para conseguir ropa. Tampoco grites cada tres segundos, ni lances tus pelotas bomba a cualquiera, ni grites "NANANANANA BATMAN" cada vez que veas la batiseñal...

--Ok, ok, ya quedo claro, voy a estar callada. 

Mi padre suspiro. Jonny (el mejor amigo de mi padre, por así decirlo) se acerco a nosotros con cuatro cajas negras con listones rojos.

--Un regalo de mi parte. --Dijo mi padre. 

Todos tomaron sus respectivas cajas de prisa, excepto yo.

--Phoebe, ¿porque no la tomas? --Pregunto mi papa.

--Conozco tu reputación con los regalos.

Todos mis amigos dejaron las cajas en la mesa al instante. Mi padre y yo empezamos a carcajearnos, sin darnos cuenta, habíamos hecho una broma.

Tome mi caja y la abrí. Adentro había un yo-yo morado con una espiral naranja de ambos. Mi padre me había prometido crear juguetes con los que yo pudiera hacer mis trabajos como Lady Poker. Este yo-yo tenia metros y metros de un delgado y fuerte cable que podía ahorcar a alguien al instante si lo sabes usar, por suerte, yo era experta. 

El regalo de Adam era una navaja negra con diferentes funciones, el de Rose era un broche con forma de rosa que expulsaba ácido, el regalo de Emma era un brazalete con una pantalla para ubicar a las criaturas que la Encantadora crea.

--Estas cosas son asombrosas. --Dijo Emma.

--Y letales, úsenlas con cuidado, no quiero que lleguen amputados o quemados. 


WALTER.

Con el gorila de David Dent por detrás, me dirigí a las bodegas por el muelle. Había un montón de cajas metálicas gigantes de colores apiladas, y en una de esas cajas, están los acertijos.

Fuí a la primera y más obvia, una verde con un candado morado.  Abrí la caja pero no había nada. 

Fuí por otra, una roja, mama era pelirroja.  Nada, no había nada más que llantas para auto. 

Busque en cinco cajas más, pero no había nada ahí que pudiera servirme, nada relacionado con mi padre.

--Mira amigo, esta caja tiene un signo de interrogación. --Dijo David. 

Corrí a la caja, blanca con un signo de interrogación grafiteado a lo bestia. 

--Muy listo papa.

Tome el candado entre mis manos, pero solo para descubrir una broma más, la abertura para la llave tenía forma de signo de interrogación.

Los hijos de Gótica.Where stories live. Discover now