Just a woman. The Truth.

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Mi único pecado con ella, mi único error, había sido nacer.

Pero mi corazón no lo entendía, porque aún se empecinaba con la idea de complacerla y conseguir su amor, aun después de la muerte.

Por eso, con todo el dolor de mi corazón, y dejando atrás todos mis sueños y quien solía ser, me convertí en Miranda Prinsloo.

Quería ser la mejor por mi madre.

La más hermosa, deslumbrante, sexy, exitosa, codiciada, deseada y por sobre todo, fría.

Sin importar cómo ni qué, yo iba a conseguir hacer realidad los sueños de mi madre.

Por eso cuando conocí a Ian Goodwins, uno de los hombres más guapos, ricos y codiciados en mi mundo, supe que tenía que ser mío.

A pesar de no amarlo, ni sentir el más mínimo ápice de deseo por él, actué a la perfección mi papel. Haciendo y diciendo lo que sabía terminaría por enredarlo en mis redes. Lo haría adicto a mí, lo haría desearme eternamente a su lado. Como su mujer.

Hasta que en un viaje de trabajo, conocí a Kalet, el hombre más amable y de buen corazón que alguna vez había conocido.

Tenía los ojos más cálidos y azules que alguna vez había visto. Un sedoso y brillante cabello castaño y un bronceado y musculado cuerpo de metro noventa. Pero más allá de su exterior, estaba su interior.

Un envase hermoso no llamaría nunca mi atención excepcionalmente, porque en mi mundo era normal ver hombres arrebatadoramente guapos. Y para ser sincera, él no era guapo de una forma especial y llamativa. Kalet no llamaba la atención por su belleza. Él lo hacía por su cálida sonrisa cuando miraba a un niño pequeño y le ayudaba a cruzar la calle. Cuando ayudaba a una anciana a cargar sus compras. Cuando daba dinero a un mendigo y además le ofrecía algo de comer, algo que se suponía seria para él. Kelat era hermoso de maneras en que nunca había visto, porque esa belleza irradiaba desde su interior.

Él me trato como nadie lo había hecho. Supo ver a través de todas las capas de hielo que me envolvían y llego a mi centro, al calor más profundo en mi alma y abrazo éste con la suya.

Y lo dejé todo por él, porque Kalet era todo lo que quería y necesitaba. Me hacía olvidar todas mis carencias, traía a flote todos mis sueños y me hacía creer en que podía tener una mejor vida. La vida que siempre había querido, no la que me había impuesto.

Hasta que la verdad rompió mi burbuja. Me mostró que los hombres eran crueles y engañosos, y que tal vez no era tan buena en el arte de engañar como creía.

Encontré a Kalet besándose con otra, y por más que intento explicarse, no lo dejé y volví a América para retomar lo que nunca debí de haber dejado.

Pero las cosas ya no estaban como las había dejado.

Ian no me quería a su lado, no más, porque ya tenía a alguien más que ocupaba su corazón.

Podía ver cuán profundamente estaba enamorado, y que ella correspondía a todos sus sentimientos.

Ella tenía todo lo que siempre había querido para mí.

Era abrumadoramente hermosa, agradable, con una linda familia que la amaba, y ahora tenía al hombre.

Las palabras de mi madre no dejaban de repetirse en mi mente, al igual que la imagen de Kalet besándose con otra, y tomé una decisión.

Obtendría de vuelta a Ian conmigo, sin importar cómo.

Lo hice todo, absolutamente todo, tal cual como mi madre me había enseñado.

My Complement. MADLY IN LOVE #1Onde histórias criam vida. Descubra agora