Pasados unos segundos, una de ellas emergió desde el mismo y con un rasguño obligó a la mujer a caer de espaldas nuevamente.

-¡Allori!

Chase apareció por detrás. Había logrado salir de las entrañas de los tumultos de turistas y finalmente se reunía con sus compañeros. En cuanto gritó, alzó su arma para deshacerse del atacante que había dejado a Allori en el suelo.

En cuanto su cuerpo cayó, inerte, otra discípula apareció de la nada, lanzando un par de golpes contra el agente de la MI6. Chase logró esquivarlos. Su desventaja fueron las mochilas que estaba cargando, ya que su peso le sirvió como carga.

Por fortuna, Allori se levantó con rapidez, y con un tiro limpio de escopeta, aniquiló a la criatura que tantos problemas les estaba causando.

-¡DEMONIOS! -clamó Chase-. No recordaba que tan tenaces eran estas cosas... ¡Estás sangrando!

Allori bajó la mirada hacia su brazo derecho. Tenía un zarpazo lo bastante notorio. Las uñas habían rasgado por completo la chaqueta de la mujer, y habían abierto su piel.

-¿Qué pasó? -preguntó Han, llegando con ellos-. Oh... eso se ve mal.

-Sujeta esto -Chase bajó las mochilas y le tendió su arma mientras Allori se hincaba en el suelo-. Tenemos que coser la herida, antes de que se infecte.

-¿Puede pasar? -preguntó ella.

-¿Y Luna? -inquirió Han.

Los tres giraron la cabeza, en dirección a las Pirámides de Giza. Luna corría en dirección hacia un gran número de seguidoras de Pandora, rodeando la zona arqueológica. James ya estaba muy por delante de ella, luchando contra sus adversarios.

-Igual de necia que su hermano -musitó Han.

A cien metros de ahí, Luna esquivó un brazo que salió de las arenas. Más y más discípulas comenzaban a emerger. ¿Qué estaría tramando Pandora? ¿Qué planeaba con tantas de sus seguidoras en ese lugar? ¿Acaso tenía miedo de que pudieran detenerla?

Más al frente, James cayó al suelo. Luna no titubeó, ni dudó por un momento en acudir a su ayuda. En cuanto estuvo en un rango coherente para disparar, sacó la pistola que Chase le había dado en cuanto salieron del aeropuerto, y apuntó hacia el par de discípulas que rodeaban a su hermano.

Era la primera vez que disparaba un arma, pero había practicado tanto con armas de juguete, jugando videojuegos, que jamás se imaginó que el disparó sería lo bastante brusco como para ganarle en fuerza y tirarla al suelo. Por fortuna, la bala golpeó a su primer objetivo.

-¡Luna!

James reaccionó a tiempo. Se levantó de golpe para evadir un nuevo ataque de la segunda seguidora de Pandora, y retrocedió algunos metros para colocarse al lado de su hermana. En cuanto llegó a ella, tomó la pistola de su mano y jaló el gatillo sin pensarlo dos veces contra la mujer.

Su cuerpo cayó de espaldas, provocando un crujido en la arena al momento de golpearse con ella.

-¿En qué estabas pensando? -preguntó James, levantando a su hermana.

-¿En qué estabas pensando tú? -le atajó Luna, mirándolo a los ojos.

-¿A qué te refieres? -insistió James.

Era momento de decirlo. Si no lo hacía, podía perder a su hermano por... segunda o tercera vez.

-No vas a detenerla tú solo -dijo la chica-. Desde que llegamos a la Isla... has querido hacer las cosas tú solo.

-No sé de qué estás...

-Detener a Ben es algo que sólo juntos podemos hacer. ¡No debes encerrarte en las casillas de que puedes hacerlo todo por tu cuenta!

-Luna, yo no...

-¡CUIDADO! -bramó Han, muy por detrás de ellos.

Tanto James como Luna se habían sumergido tanto en la discusión, que ambos se habían olvidado casi por un segundo de la situación en la que se encontraban. En cuanto giraron las miradas, se encontraron con una discípula a un metro de ellos, lista para atacar.

Todo sucedió tan rápido. James no alcanzó a sujetar la pistola a tiempo para defenderse, o para proteger a su hermana. Luna, en cambio, dio un paso al frente para que el zarpazo fuese dirigido hacia ella.

-No... -soltó James. ¿Había sido un suspiro? ¿Un susurro?

El golpe de la discípula de Pandora golpeó directamente a Luna en el pecho, y James, al estar detrás de ella, intuyó que las garras de la mujer habían traspasado no sólo su ropa, sino también su cuerpo.

No.

No podía ser.

Había perdido a Luna.

Para siempre.

Lo más extraño fue que nunca escuchó a su hermana soltar alguna especie de suspiro final. Un quejido por el ataque de la mujer. Ni siquiera se había inmutado. ¿Qué...?

Luna tomó la mano de la discípula de Pandora y la apartó de sí.

-¡LUNA! -soltó James-. ¿Estás...?

-¡Aún sigue viva! -bramó Han, llegando a su lado al mismo tiempo en el que disparaba contra la mujer.

La discípula de Pandora pereció al instante.

-¿Cómo es que...? -James tomó a su hermana de los hombros, la miró a los ojos y luego la abrazó con fuerza. Por un segundo pensó que la había perdido, y no sería capaz de soportar eso-. ¡Pero vi cómo ella...!

James volvió a mirar a su hermana. Su chaqueta estaba intacta, a excepción por el rasguño en el hombro que le había hecho una seguidora de Pandora unos cuantos minutos atrás. No le había sucedido nada.

Luna había sobrevivido, de algún modo sobrenatural, al ataque. Al zarpazo.

Nadie pudo decir absolutamente nada. Las arenas comenzaron a flotar, como si se tratara del Desierto sin Gravedad que había en la Isla, y de un segundo a otro, el panorama completo cambió.

Las Pirámides de Giza desaparecieron bajo una capa de Tinieblas que obligó a las arenas negras a volar por los aires, como si algo en el interior del mismo desierto hubiera estallado.

-¡DEBEMOS PONERNOS A SALVO! -gritó James, tomando a Luna de la mano, y a Han por el brazo.

En toda la zona arqueológica quedó un hueco de gran tamaño, dejando ver los restos de las pirámides, ya destruidas, y las toneladas de arena negra que caían como si se tratara de una lluvia. En el interior de la zona arqueológica emergió una construcción lo bastante magnífica como para ser real.

Una pirámide.

Pero al contrario de todas las que James había visto en su vida, ésta era de color negro, con las Tinieblas rodeándola, y de forma invertida. Su punta estaba hacia abajo, y los bordes de su base flotaban en el aire, sacándola de su entierro en el desierto.

La Pirámide Invertida.


Paralelo [Pasajeros #4]Where stories live. Discover now