Ambigüedad

10.9K 1.4K 110
                                    

(Por: Abi)


Quería meter a Axel dentro de mi casa, y cerrarle la puerta en las narices a Fátima, pero estaba segura que ella encontraría la forma de convertirlo en un titular vergonzoso.

Dejamos que ella y la chica que la acompañaba se acercaran.

—Esto parece...una reconciliación —murmuró Fátima paseando la vista entre nosotros.

Su mirada aterrizó en el táper que Axel todavía tenía en sus manos y sus ojos se abrieron con sorpresa.

—¿O el festejo de un asesinato? —Sugirió la chica junto a ella.

Aunque la belleza de Fátima era deslumbrante, casi palidecía al lado de su acompañante. Hay mujeres capaces de hacer que tu autoestima caiga en picada solo con existir, y esta era una de ellas. ¡Llevaba un uniforme de colegio y se veía bien!

Axel soltó un pequeño gruñido.

—No estoy de humor para ninguna clase de entrevista.

—¿No es un poco exagerado hacer guardia frente a mi casa? —Le pregunté a Fátima.

—No lo hacía —se defendió ella—, Gigi iba a ver a Axel otra vez y simplemente lo siguió hasta aquí, yo me uní en el camino porque estaba cerca.

Empecé a entender la presencia de la nueva chica y su abrasadora belleza.

—¿Ella fue tu carnada para Axel? —Deduje. No pude evitar echarme a reír ante la cara que pusieron los tres.

Axel parecía ofendido, mientras Fátima enrojecía ligeramente. Gigi se encogió de hombros y se unió a mi carcajada.

—En su defensa, es un pez difícil de atrapar —le lanzó una mirada que no dejaba lugar a dudas sobre lo que haría con él si lo atrapaba.

Hola, alerta de virgen incómoda aquí.

Axel hizo la cosa más tonta que hacer en ese momento: la miró, me miró y luego miró al suelo con una mirada resignada.

—Oh, vamos, no me puedes negar que aquí hay algo —dijo Fátima con exasperación.

—Mira cómo lo niego —contesté con terquedad.

Gigi solo siguió riendo ante la mirada frustrada de Fátima.

—Nunca te había visto ser detenida de esa forma —parecía encantada con la situación—. De hecho, nos han detenido a las dos en simultáneo.

—¿De qué hablas? —Fátima la miró como si se hubiera vuelto loca.

—Creo que son el uno para el otro —declaro Gigi como si fuera obvio—. Eres una persona brillante, y mis seguidores en instagram me dejan en claro que belleza no es algo que me falte. Ellos todavía han logrado ser inmunes a nosotras combinadas, así que asumo mi derrota y los valoro como un buen equipo.

Le tomó como quince segundos procesarlo y poco a poco su expresión fue cayendo.

—Necesito sentarme.

Y entonces ella, literalmente, se sentó en medio de la calle. Gigi suspiró dramáticamente y también se dejó caer. Sus largas y esbeltas piernas contrastaban con las regordetas de Fátima.

—Ustedes van a arruinar mi historial periodístico —dijo desde el suelo—. Aunque siempre supe que no podría superar a Megara, al menos quería estar a su altura.

PROHIBIDO tener citasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora