Las mejores amigas

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(Por: Axel)


—¿Cómo te va, Ale?

Alessandra dio un respingo al escuchar mi voz tan cerca. Sus ojos me observaron con sospecha.

—¿Qué quieres? —espetó.

Retrocedí un poco, para darle espacio. La gente suele ser más comprensiva cuando no invades su espacio personal.

—Nada, solo quería hablar contigo, pensé que éramos amigos.

Dije las últimas palabras como si estuviera formulando una pregunta y trate de esbozar mi sonrisa más inocente. Ella dudó un segundo y luego me puso mala cara.

—Éramos —repitió con fuerza—. Ya no somos nada.

—Pensé que lo del otro día...

Alessandra echó una mirada alrededor, para asegurarse de que nadie nos escuchaba.

—Ayudó un poco a que dejara de odiarte —admitió—, pero si sigues intentando seducir a mi mejor amiga, te vas a arrepentir. Sin Abi, no sé cómo hubiera sobrevivido a este año, y no voy a dejar que la utilices. Quiero creer que es lo bastante inteligente para no dejarse engañar por ti, pero tienes más experiencia que ella en ser una alimaña.

Auch.

No la había visto tan furiosa, ni siquiera al mandarme a la mierda después de que accidentalmente la dejé plantada en la boda de su padre. Las chicas realmente dan miedo cuando protegen a sus mejores amigas.

—No estoy intentado seducir a Abi —insistí—. De verdad, ella te lo puede decir también. Solo le he pedido ayuda con un trabajo, es algo completamente inocente...

—No te creo nada —aseguró, aunque en sus ojos había un asomo de duda—. Ni siquiera estoy segura de que sepas lo que significa ser inocente.

—Es tu amiga —me defendí— la conoces mejor que yo. Abi me odia, y creo que me mataría si pronuncio la palabra "cita" cerca de ella.

Alessandra se mordió el labio. Mierda. ¿Por qué las chicas tienen que hacer cosas como esa y causar que pierdas la concentración?

—Yo tampoco pensé que podrías hacerme daño —murmuró finalmente.

Traducción: no pensé que no te enamorarías de mí.

—¿Intentas hacerme sentir culpable?

—No, está bien. Cuando empezamos ni siquiera pensaba que me gustarías.

Esa era una mentira o ella estaba en negación. Incluso Franco se dio cuenta de que iba a conseguir que saliera conmigo y que pasara todo lo que pasó. Alessandra intentaba actuar desinteresada al inicio, pero era capaz de ver su felicidad cuando le prestaba más atención de la normal. Es algo en la mirada de las chicas que te dice que aceptarán cualquier cosa que les digas, Franco lo llama "la mirada ilusionada".

Por alguna razón, me acordé de que antes de escuchar a la señora de la biblioteca sobre las cámaras, había descartado coquetearle a Abi porque ella no la tenía. Sus ojos decían a gritos: lárgate de mi amada biblioteca.

—Se me hace tarde, tengo que acompañar a mi padre a...no importa —dijo Ale de repente—. Será mejor que me vaya.

—En realidad yo quería...

No alcancé a decir nada más porque dobló la esquina y se perdió de vista al instante. Estaba a punto de seguirla, cuando se me ocurrió ver la hora y me di cuenta de que debería estar en casa para el cambio de losetas. Había recibido un mensaje de mi padre al inicio del día avisándome sobre el tema.

PROHIBIDO tener citasWhere stories live. Discover now