EPILOGO

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15 AÑOS DESPUÉS

SOJUN.-

La Guerra Sangrienta o la Gran Guerra como comúnmente la llamaban. Fue la peor guerra sin precedentes que tuvo la Sociedad de Almas, donde el Seretei resultó prácticamente destruido y las bajas y desapariciones fueron sumando cifras considerables. Un día como hoy el Gotei 13 obtuvo la victoria, así que cada año por estas fechas no se hablaba de otra cosa. Todos hablaban de eso, incluso lo estudiamos cuando estuvimos en la Academia Shino, pero eso era lo curioso: todo mundo hablaba de ello, menos las personas que habían estado presentes en las batallas más decisivas, eso incluía a mi padre y a mi tía. Es por eso que para mí hoy era más "el dia donde la gente solo se dedicaba a hablar y a imaginar tonterías."

Aún no amanecía, el cielo estaba oscuro, lo que hacía de ese momento más lúgubre de lo que realmente era. A mi realmente no me interesaba en lo absoluto, solamente quería regresar a casa y dormir un poco, el movimiento no había parado desde anoche y yo estaba realmente cansado.

El Capitán Hirako, mi padre, el Capitán Hitsugaya y el Capitán Kurotsuchi habían salido hace dos días, eso nos había dejado a mí y a la teniente Hinamori haciéndonos cargo de la Quinta División. Recientemente había demasiado movimiento, pero nadie hablaba del por qué.

Ya lo sabría de todas formas.

"Tercer Oficial Kuchiki Sojun." la teniente de la Primera División me llamó. Salí de la formación.

Ella debía ser una de las personas que sabía a qué se debía tanto movimiento.

"¿Empezaremos de una vez?"

"60 segundos. Ustedes lo escoltarán desde atrás, la División de Castigo irá adelante."

"Bien."

Ordené a los subordinados de mi división para que me siguieran y estuviéramos listos. Seguía preguntándome por qué necesitaban a la Quinta División en esto, les bastaría con la División de Castigo y la Primera División y así yo podría estar descansando ahora. Y para colmo la teniente Hinamori no aparecía.

Últimamente sentía que todo estaba descolocado, el futuro había estado tan revuelto que hacía que la cabeza me doliera. Ya me había advertido mi padre unas mil veces que no lo mirara mucho, pero nunca creí que llegara a tener la razón algún día. No sabía que el futuro podía llegar a ser tan molesto.

Asustaba a todos solo con esa habilidad, pero tampoco es que necesitara muchos amigos. Me bastaba con que no se me quedaran mirando como si fuera un animal en un circo. Seguramente se harían en los pantalones si supieran las otras cosas que puedo hacer. El Capitán Zaraki solía fastidiar mucho para que peleara con él, pero hace un año que me habían cambiado de División, presiento que eso fue a causa de mi padre, aunque seguía sin lograr que me trasladaran a la Sexta. Él también era fastidioso en ese aspecto, sé que me tocará ser Capitán de la Sexta División algún día, pero no es como que tenga que limitar mis horizontes solamente a conocer ese lugar. Ya había pertenecido a la Novena, a la Onceava y ahora a la Quinta, estaba considerando pedir mi cambio a la Doceava, pero ahora que acababan de nombrarme tercero al mando, puede que se viera como una falta de respeto. Tal vez en unos cuantos años más, además el Capitán Hirako me cae bien, es como si me entendiera en silencio.

Por suerte mi leve dolor de cabeza empezaba a desaparecer justo en el momento en que la teniente Ise dio la señal. Todos se pusieron atentos.

Desde el Muken, el nivel más bajo de la Prisión Subterránea hasta la nueva Prisión del Subsuelo del norte, íbamos a trasladar al criminal, Sosuke Aizen. El Muken ya no era suficiente para contenerlo porque por alguna razón la Prisión Subterránea había comenzado a caerse a pedazos, algo que nadie se imaginaba que llegarÍa a pasar alguna vez. Por habladurías de mis compañeros me enteré de que él había sido Capitán de nuestro escuadrón antes que el Capitán Hirako. El peor criminal de la Sociedad de Almas, pero según averigüé, hace 15 años cuando fue liberado, después de unos cuantos días se había entregado voluntariamente, algo que sonaba como una burla, al ver que las fuerzas del Gotei 13 no eran suficientes se había rendido como para facilitarles el trabajo. O él era muy idiota o los idiotas eran ellos.

HEARTH OF DESTRUCTION (Aizen-- Byakuya)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant