EL OJO DEL HURACÁN

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No me sentía para nada bien, empecé a vomitar en el baño de mi antigua habitación, preferí ir allí, no quería ver a Aizen ahora, primero tenía que tranquilizarme. Gin se quedó parado en la puerta del baño, apoyado en el marco y cruzando los brazos.

"¿Te sientes enferma?"

"No, no estoy enferma." respondí limpiándome la boca. El viaje con el shunpo de Gin me había dejado mareada y todavía sentía la presión espiritual de Tousen, de hecho podía sentirla desde aquí y no me estaba haciendo nada bien, combinada con la presión espiritual de Katsuro era como si me estuvieran aplastando por dentro, no era posible que me afectara tanto estando tan lejos de ellos, tal vez era sugestión mía. Eso sí, estaban peleando, eso quedaba más que claro.

Seguí vomitando, cuando sentí que las náuseas remitieron algo Gin me pasó una toalla para que me limpiara, no sabía que había vomitado si hace días que no comía ni bebía nada. Percibí el reiatsu de Katsuro bajando, después de un rato desapareció por completo. El estómago empezó a dolerme cuando lo sentí por última vez antes de que se esfumara.

Me entraron nauseas cuando recordé que iba a tener que reanimar su cuerpo como había hecho con Hisa, no solo el de él, el de su hermano también.

"Te dije que regresaras a casa." Gin me palmeó la espalda. Levanté la cabeza, me miraba con algo de lástima.

No hablé, fui a enjuagarme la boca para dejar de sentir ese sabor amargo. Volver a casa, volver a casa, antes pensaba que tenía una casa a la que regresar, pero ya no, no desde que me condenaron a muerte.

"No importa, Gin" le dije de espaldas "Estoy bien."

"Pareces alterada." su voz era seca, jamás lo había escuchado hablar así, más el eco que hacía su voz al chocar contra las paredes frías del baño, le daban un toque bastante serio a sus palabras "_________-chan, sabes que no te puedes quedar con el Capitán Aizen, puede que no lo quieras aceptar, pero lo sabes."

Por poco me atoro con el agua con la que estaba enjuagando mi boca "¿A qué viene eso?"

"Ya sabes a qué." se puso aún más serio. No quería imaginarme su rostro, continué de espaldas a él "Esa vez que aparecieron los Menos fui yo el que los trajo, _________-chan. Te di tiempo para irte, en serio creí que ibas a irte."

Ahora sí me paré en seco y me di la vuelta lentamente para mirarlo. Por primera vez su rostro lucia serio y sin expresión alguna, sus ojos estaban abiertos, la última vez que los había visto fue cuando era niño, ojos de un intenso color azul, siempre me habían gustado mucho sus ojos. "¿Por qué? ¿Por qué hiciste algo como eso?"

"Ah, porque yo lo sabía todo. Tomé tu artefacto de tu habitación y descubrí lo que hacía, después solo tuve que pensarlo un poco ¿para qué más inventarías algo como eso? ¿eh? Además aunque dijiste que viniste aquí porque querías, no te veías muy convencida. Incluso el Capitán Aizen se dio cuenta de que tramabas algo y me mandó a vigilarte y eso hice. Siempre he estado vigilándote, _________-chan, vi cuando la zanpakutó de Urahara te habló y decidí darte tiempo para que te fueras. Incluso mantuve a los demás alejados de ahí para que tuvieras tiempo, y por supuesto sentí que el Capitán Kuchiki entró a Hueco Mundo."

Su revelación me cayó como un balde de agua fría, siempre pensé que estaba siendo discreta, pero Gin...

Bien, tal vez era porque él me conocía mejor de lo que pensaba, al fin y al cabo habíamos sido amigos durante un buen tiempo y él era muy observador. Se podría decir que aparte de Urahara, era el que mejor me conocía.

HEARTH OF DESTRUCTION (Aizen-- Byakuya)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora