04: Una oportunidad.

222 37 21
                                    

04: Una oportunidad.


Se podía observar un agradable y precioso cielo completamente despejado, ni una nube ocultaba ese bonito color celeste azulado, el sol iluminaba con cada rayo de luz toda la ciudad, era tan placentero observarlo. Pero a pocas personas les llamaba la atención el día, todos los que transitaban el lugar se encontraban ocupados en sus asuntos, incluido el pelinegro.

Éste iba por las calles hablando con un ofendido Tomoya, por teléfono.

—Debiste avisarme, habría entendido que no querías quedarte, Takahiro —reprocha enfadado.

—Lo siento, no pude soportar más, necesitaba estar a solas —Hace una mueca. Y en verdad no mentía, deseaba soledad y tranquilidad.

—Esta bien. Akira fue quién me avisó que te fuiste. ¿Cómo han ido las cosas con él? Ayer me comentó que quería disculparse, no entiendo absolutamente nada.

—Apenas hemos hablado, es alguien extraño. No sé que decirte, creo que no me interesa realmente —da un suspiro—. ¿Disculparse?

Una vez recuerda lo ocurrido el día anterior, se da cuenta de las palabras que el rubio había dicho, aquello había sido tan extraño, no se conocían, no tenía idea de quién realmente era Akira, no sabía nada de él.

—Supongo que tú sabrás la razón de su disculpa —dice rompiendo el silencio —Oh, y además le di tu número.

—¿¡Qué!? —dice alterado—. Tomoya, ¿en verdad era necesario?

Rueda sus ojos molesto, no deseaba crear un vínculo con él, no creía necesitarlo.

—Oye, pude ver como él puso sus ojos en ti ayer. Lo conozco hace unos pocos meses pero es alguien que quizás haría un bien en tu vida —explica, para luego continuar—. Además...

—¿Un bien en mi vida? Sí, seguro —interrumpe y ríe con sarcasmo, enfadado. Según él su amigo estaba pasando el límite— Sé pefectamente como manejarme, no necesito enamorarme para que todo mejore, ¡no soy tan débil! ¿Acaso me subestimas? No lo necesito, Tomoya entiende.

—Escucha. Nunca quise que lo interpretaras así, sólo pienso en una forma para que tú dejes de estar tan presionado, estresado, agotado de la monotonía y puedas conocerlo. Nada más, Taka, quiero que estés bien, es por ello —hace una pausa, dudando de lo que a continuación diría—. Sé cuanto amaste a Toru, sé que duele. Era nuestro amigo, no tienes idea de cuanto lo extrañamos nosotros también —suspira. Taka no decía palabra alguna—. Pero quizás Akira sea un nuevo comienzo. Es una buena persona, y por alguna razón siento como si fuera alguien confiable, como un amigo de hace ya tiempo.

—¿De dónde lo conoces? —dice intrigado—. No sé nada ése hombre, ni siquiera su apellido. Se presentó con su nombre, ¿puedes creerlo?

Responde Taka más relajado, ignorando completamente todo lo demás, fingiendo que Toru no había sido nombrado en la conversación.

El azabache continua caminando, se dirigía hacía su trabajo, seguía dando clases de música. En ese lugar se sentía vivo, ese ambiente le daba un aire tranquilo, como si fuera invadido por los placenteros sonidos, siempre disfrutó su oficio.

—Es hijo de un profesor de cocina, hace meses cuando hicimos una reunión de alumnos varios llevaron personas conocidas, un maestro llevó a su hijo. Pues, estuvimos hablando bastante, es muy agradable, parece que sufrió la muerte de su madre hace poco, es casi de tu edad, y creí que podría llevarse bien contigo —explica—. En fin, tiene veintiocho años y se llama Yukimura Akira.

—Ah, ya veo —dice el pelinegro—. Es más grande que yo, bah, sólo por un año.

—Así es. ¿Sabes? Simplemente intenta llevarte bien con él, al menos podría ser un buen amigo —dice intentando convencerlo.

A pesar de todo Taka sabía que el ondulado tenía razón.

No podría negarse a una amistad, sin embargo regresar a ese bello sentimiento del amor, se le hacía tan lejano.

—Y me ha dicho probablemente te llamaría, entre estos días.

—Ah, cielos —fastidiado.

—Vamos, dale una oportunidad.

Quedaba apenas una calle más para llegar al trabajo.

El azabache duda un momento, y rasca su barbilla nervioso.

—Prometo intentarlo.

Always You ─ Toruka [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora