Capítulo 5

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Empujé la puerta de la taberna siendo saludada por el característico ruido y calor del lugar. Parecía que allí estaba todo el pueblo para la cena. O noche, pues atardece muy temprano aquí.

-¡Lucy!-gritó la camarera al reconocer mi abrigo y pelo rubio. Ella era una mujer enérgica de rizos locos pelirrojos y sonrisa siempre alegre. Ignorando la diferencia de edad se autoproclamó mi amiga. Yo lo dejé, siempre era bueno tener amigos en el pueblo.

Me senté en el taburete delante de la barra y dejé caer mi bolsa en el suelo con un suspiro cansado, la misión fue un éxito.

-¿Qué deseas hoy?¿Chocolate caliente con wisky o cerveza con vodka?

Reí sin poder evitarlo-Thammy, solo un plato caliente de la cena y vino, ya tuve mi resaca hoy, no quiero más.

-¿Acabas de venir de una misión?¿Qué fue ésta vez?

-Del zoo escaparon Tigres salvajes y tuve que rastrear a cuatro, el quinto se había congelado.

La pelirroja se puso la mano en el corazón-Oh dios mio, pobrecito.

Asentí y di un sorbo al vaso de agua recién lleno-Si, el propietario se volvió loco y cuando me marchaba sacaba mierda de los guardias. ¿De verdad que los tigres escaparon hace tres días y no los habían encontrado? Menudos pendejos son.

Tommy rió mientras se alejaba para gritar en la cocina mi pedido y sacar una botella de vino tinto casero de las viñas locales. Era una planta sorprendente que aguantaba aquel frío a la perfección. En realidad toda la comunidad de Grahpan era sorprendente. Tenia apariencia de un pueblo pero el desarrollo como de una ciudad grande.

-Cariño, no muchos arden de deseos de trabajar en la víspera de Navidades. Eso me lleva a ¿Qué harás en los festivos?¿Te quedarás por aquí o desaparecerás en las montañas? Cada vez que subes se me para el corazón.

Le di una pequeña sonrisa. Nadie sabía mis propósitos reales en aquel lugar. Ellos solo creían que entrenaba. No quería arriesgarme por si alguno del pueblo era seguidor de Acnologia, todavía no era momento de enfrentarnos, y quería tener un plan para la ocasión.

-Siempre ando muy protegida-dije con una pequeña sonrisa.

-Oh, claro, tonta de mi-rió Thammy mientras a la vez atendía a otro hombre-Tus amigos. ¿Hoy no estaban contigo?

Sacudí la cabeza diciendo que no. Tampoco nadie sabía la verdad de mi magia, creían que todos mis espíritus celestiales (oh bueno, los que vieron y conocieron) eran mis amigos y juntos andábamos de lugares peligrosos para entrenar y hacerle "cosquillas" a la muerte. Bueno, no se aleja demasiado de la verdad en realidad.

Acepté gustosa el plato que puso la pelirroja delante mío y di rienda suelta a mi hambre que podría igualarse al de los tigres que atrapé hace poco. Menudas bestias fueron, y eso que son tigres "supuestamente" domados del zoo. Que estupidez.

Miré por la ventana como la nieve golpeaba la misma y suspiré. Odiaba ya aquel tiempo, pero más detestaba estos momentos cuando me relajaba y pensamientos como: "¿Y si volvía?" junto a "¿Y si dejo esto?" aparecían en medio de mi cabeza así de la nada. No recordaba incluso la razón del por qué hago esto.

Sip, creo que es hora de dejar el alcohol.

***

Me puse mis botas y até los cordones con fuerza cuando pasos detrás mío me sorprendieron.

-Lucy-san, es muy tarde.

Miré sobre el hombro viendo al pequeño Joshua en el pijama frotándose los ojos.

-¿Te desperté? Sabes que deberías estar durmiendo.

-Tengo miedo.

Suspiré. Era difícil no encariñarse con los niños de este pueblo. Muchas veces los cuidaba, desde siendo su profesora a niñera. Ésta era la ocaciones. Al ver que los espíritus no pensaban aparecer para el entrenamiento e incluso me ignoraban, decidí quedarme en el pueblo y trabajar de niñera, profesora o entrenadora.

Además, teniendo a mis espíritus era fácil vigilarlos y todos adorabamos los niños. Solo había que recordar como los columpiaba hoy Igneel, o Loki jugaba con ellos al pilla pilla, o Aries les enseñaba manualidades. Creo que es el trabajo del que más disfrutaba durante este tiempo.

Le sonreí-Sabes que no tienes nada que temer, además dejé la luz del pasillo encendida.

-Pero estaré solo en casa hasta que venga papá.

Me desaté las botas dejándolas en la entrada y caminé hacia el niño-Vamos, me quedaré contigo hasta que tú papá vuelva ¿esta bien?

-Ugu.

Lo llevé de nuevo a su cuarto y esperé a que el chico se acueste para sentarme en el borde de éste. El colchón era muy suave, con plumas y por un segundo tuve envidia, yo dormía sobre las mantas en el suelo de piedra, pero elegí ese camino yo misma.

-Lucy-san ¿me cuenta algo?-preguntó el niño mirándome con mitad de la cara escondida bajo la gruesa manta.-¿Sobre su gremio?

Hice una mueca-Mejor en otra ocasión...-abajo se oyeron sonidos y en el interior suspiré de alivio-Mira, tu padre ya llegó. Duerme.

-¿Vendrá mañana?

¿Qué era esto? ¿Virus preguntitis?

-Claro que si. Dije que me quedaría hasta después de los festivos-me incliné y besé su frente-Ala, duérmete. Buenas noches.

-Buenas noches Lucy-san.

Salí del cuarto dejando la puerta medio abierta y bajé a la planta principal llevándome una gran y desagradable sorpresa.

Reconocería en cualquier lugar aquellas capas rojas sangrientas y tatuajes azulados celestes.

Es decir que tenía a cuatro seguidores de Acnologia en el salón de un niño inocente.

Sin embargo, descubrí los dientes en una asesina sonrisa macabra y hacia mis nudillos crujir, deseosa ya de una buena pelea.

-No sabéis lo que me alegro de veros chicos.

No Te Rindas [2]Where stories live. Discover now