Capítulo 17

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Por una vez en mucho tiempo hacia un día claro, y la nieve brillaba bajo los rayos de sol pero no pensaba en derretirse. El manto blanco crujía agradablemente bajo los pies mientras estaba corriendo siendo seguida por un extraño y callado Dragneel.

De hecho se comportaba extraño. Como si de golpe le cayó un saco de madurez. Era extraño, como una persona nueva. Estando yo acostumbrada al explosivo y alegre dragón.

Fruncí el ceño y aceleré un poco más el ritmo.

Me ponía nerviosa. Parecía que todos intentaban vigilante. Natsu prácticamente no se apartaba de mi. Que intentaba cocinar, venía en mi ayuda aunque tardábamos el doble de tiempo. Que me quedaba en el cuarto sola, que dormía sola, no le dejaba entrar más veces a dormir conmigo, venía Happy. Que me ponía a entrenar físicamente Natsu o Igneel estaban a la de tres. Incluso no podía bajar sola al pueblo.

Pasé casi medio año sola, en compañía de mis espíritus estelares, que ya me había desacostumbrado a amigos reales.

Moví mi muñeca con la pulsera con todas las llaves e intenté analizarlas. Frío no sentía por lo que no había peligro para invocar a alguien.

Por un segundo tuve la tentación de encerrar a Natsu en el reloj mientras yo me iba corriendo pero la deseché muy rápido. Él no se lo merecía. Ni tenía la culpa de que yo estuviera inestable mentalmente aunque él casi cada día me pedía disculpas con la mirada.

Me paré al sentir pinchazos en el costado. Estar más de una semana encerrada hace su efecto.

- ¿Lucy? - al instante Natsu estaba a mi lado y yo le indiqué con la mano que espere un momento.

Yo mientras, intentaba respirar lento y observé donde nos quedamos. Desde ahí podía ver la entrada a la cueva donde me quedaba y también recordé que hace tiempo Leo me dijo que encontró aguas termales. Justo lo que necesitaba para mis músculos adoloridos. Pero no me imaginaba ir allí con Natsu o Igneel. Hay límites para todo.

Invocaría a Virgo y Aries para no estar completamente sola y con la segunda avanzaríamos con clases de escudos.

Si, era buen plan.

- ¡Os encontré! - exclamó el gato azul al bajar hasta nosotros.

- ¿Viste algo raro? - pregunté. Habíamos aprovechado a que Happy volaba para que vigilará todo desde arriba. Tantos fanáticos del dragón apocalíptico no podían desaparecer en un instante.

Happy negó con la cabeza y se encogió de hombros.

Bueno, si nada entonces no había nada que hacer aquí. Se habrán vuelto a mover.

Mentalmente busqué a Igneel, pero no me respondió. A veces pasaba eso. Estará cansado o en clases de "ayuda a los espíritus estelares recién nacidos". Como él las llamaba. Y daba igual que pasaron meses ya.

- Vamos a darnos un baño caliente anda - pedí a Leo que me diera instrucciones y al instante veía en la nieve un camino señalado con flechas doradas visibles solo para mi.

Los chicos me siguieron mientras yo en bajo les hablaba sobre qué había en aquellas montañas, y los chicos me escuchaban atentos.

Cuando llegamos a una cueva con entrada escondida al instante supe que había agua caliente allí. Pues el vapor se levantaba como una pared y cuando entramos se sintió calor a través de la piedra.

En mis manos hice dos bolas de luz que dejé colgando en el aire delante de mí. Una sensación dolorosa corrió por mis manos hasta el esternón y tragué duro.

- Vaya, ¿Habrá peces aquí? - preguntó Happy casi salivando. Llevábamos un rato caminando en silencio.

Me encogí de hombros. Un mareo me sorprendió y tuve que soportarme de la pared e intentar parecer que estaba bien, sino, sentía que me iban a encerrar en mi torre como a la princesa de los cuentos.

No Te Rindas [2]Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin