Fuera de los limites.

2.1K 125 28
                                    


Esa noche, todos los campistas ya estaban dormidos, excepto 8 Semidioses, 3 magos y 1 sátiro.

Se habían encargado de que nadie los viera mientras salían de sus respectivas cabañas.

Leo Valdez, uno de los hijos de Hefesto, se encontraba con una hija de Afrodita y un mago pelirrojo en el búnker 9. Ellos se encargarían de ir por los aires, con Festo, un dragón de hierro.

—Bueno, esto ya está -anunció Leo y miró a Festo- ¡Hey, amigo! ¿Estás listo? Es hora...

El dragón se había levantado, aún no volaba pero se veía potente, Leo ayudó a subir a Ronald y Piper atrás de él sobre un asiento especializado para ellos. Festo se encargaría principalmente si había una urgencia, por eso tenía un cuarto asiento de más, lo habían previsto por si alguno de sus amigos sufría una herida grave, desde el momento en el que se convirtieran en fugitivos no contarían con ayuda del campamento mestizo.

—Todos listo... Arriba, Festo-gritó Leo y el techo del búnker de abrió y el dragón se elevó en la oscuridad de la medianoche.

En la entrada de la cabaña 1, estaban Jason, Nico y Hermione. Ya sabían exactamente qué hacer.

—Bueno... ¿allí se encuentra Argos? -preguntó Hermione, señalando a la Casa Grande. Ella sabía que una vez que encontrarán a Argos, el también los vería.

—Si -confirmó Jason, Había planeado esto con Hermione y Nico toda la tarde, nada podía salir mal, con que uno de ellos diera un paso en falso estarían a los ojos de Argos. Literalmente.

—Vamos -declaró Nico y empezó a caminar espeluznante hasta la casa grande.

—¿Por qué camina así? -Hermione le preguntó a Jason, cuando Nico estaba lo suficientemente lejos como para oírlos.

—Oh, ¿Nico? -La bruja asintió- No lo sé, igual es agradable... cuando lo llegas a conocer, ya sabes.

Hermione aún no se convencía, de los semidioses que había conocido no le caían bien algunos, o le daban miedo o simplemente les parecía insulsos. Pero ese no era momento de quejarse de su ayuda, era momento de actuar.

El hijo de Júpiter se deslizó por la pared de la Casa Grande y la bruja lo siguió. Tenían que llegar a la que creían que era la habitación de Argos para dormirlo y si podían también de Quiron, el Señor D y todo lo que pudiera evitar que salieran del campamento.

Mientras tanto, Nico Di Angelo había entrado a la Casa Grande por medio del viaje de las sombras lo cual lo había dejado un poco mareado y débil, con Jason habían discutido sobre este tema pero el hijo de Hades terminó ganando por el simple hecho de que le daba "ternura" a Jason cuando se enojaba. Que ridiculez pensaba Nico.

Como era medianoche estaba todo apagado, pero se veía algunas siluetas por las antorchas encendidas de afuera de las ventanas. El camino hasta la ventana donde entrarían Hermione y Jason, la chica dijo que con magia podría abrir la ventana sin problemas, si, pero estaban en el campamento mestizo, Quiron más que seguro estaba acostumbrado a las visitas in fraganti de campistas para la Casa Grande, el habrá puesto algunas cerraduras de más por si acaso.

Los dos chicos entraron a la Casa Grande y siguieron a Nico hasta las escaleras, al subir se dieron cuenta que crujía los escalones. Todos se paralizaron, si alguien despertaba arruinarían el plan.

Nadie.

Siguieron despacio, Nico fue el que llegó primero pero dejo a Hermione pasar primera, quien ya sostenía la varita en alto en cuanto vea a alguien.

—Shh... -susurró Jason. Los otros dos lo miraron diciendo «¿en serio?», y el rubio se dio cuenta lo patético que fue así que solamente se encogió de hombros.

Llegaron a una de las habitaciones y Hermione lanzó un hechizo hacia adentro provocando que todo ser que estuviera allí se quedara inconsciente unas horas. Procuraban no ver hacia adentro ya que podría estar Argos y según tenían entendido él dormía con uno que otro ojo abierto.

Hermione siguió lanzando hechizos hasta que no quedo ninguna habitación, así que volvieron y bajaron despacio.

CRAC

El hijo de Hades provocó ese ruido. Pero no importó, ya habían terminado su labor.


Todos sabían que las arpias vigilaban los límites del campamento por la noche, así que descartarlas era trabajo de Harry, Hazel y Frank.

Ya las tenían vistas, así que la hija de Plutón y el hijo de Marte se dijeron que era muy fácil con un mago entre ellos.

La cosa es que no lo fue.

Las arpias eran inmunes a la magia (por alguna extraña razón desconocida...) así que cuando Harry les había lanzado un hechizo ella solamente se enfurecieron.

así que así estaban, dos semidioses y un mago corriendo por sus vidas en un bosque perseguidos por tres arpias.

—¡No pueden correr para siempre! -les había gritado una arpia.

Harry había corrido como nunca, y en ese momento no recordaba ningún hechizo para hacerlo invisible o algo, si tuviera mi capa... se reprochó.

Hazel estaba en las mismas. No podía pensar mientras corría evitando una arpia. ¡La Niebla! se recordó, pero no pensaba con claridad en un maratón.

Solamente Frank tuvo una -muy alocada y peligrosa- idea. Simplemente se volteó con su espada y atacó a la arpia.

¿ya sabían que Frank era malo con la espada? bueno... si era malo, pero no tan malo jugando con adrenalina. Logró vencer a una arpia, pero aún quedaban dos.

Hazel sacó su espada y arrebato contra una arpia, y a Harry le habían dado una espada también, pero no estaba equilibrada, sino que parecía un niño sosteniendo un maso.

Pero aún así detuvieron a las arpias. ¡10 puntos para Gryffindor y el Campamento Júpiter!

—Gua. Tuve miedo... -admitió Harry. Lo que Hazel le dio una palmada en la espalda.

—Estuviste genial -le dijo Hazel a Harry, y luego abrazo a Frank- tú también estuviste genial.

Frank sonrió. Harry se sintió bien por ellos y por haber salido con vida.

—Lo bueno es que solamente hay arpias en los límites de la playa, así que tenemos el camino libre -dijo Hazel.

—Genial, espero que los otros hayan tenido suerte -dijo Frank y todos empezaron a caminar hasta donde se encontraba la Atenea Parteros.

Percy y Annabeth estaban en el asiento delantero del auto azul, Grover ya había llenado todo el baúl de provisiones y se encontraba atrás de ellos. Hermione se había encargado de utilizar un hechizo de expansión en el auto para que entren todos. así que el espacio no era problema.

—¿Ya no deberían haber llegado? -preguntó Annabeth. quien ya estaba preocupada por los demás, tenían que esperar a Nico, Jason, Frank, Hazel, Hermione y Harry. Y ninguno había llegado. Festo ya estaba fuera del campamento. Así que Piper y Ron estaban en el auto y Leo con su dragón.

—Deberían estar aquí-dijo Percy y en ese momento aparecieron corriendo Hazel, Frank y Harry.

Los tres se miraron y felicitaron a los demás, Harry y Ron no se sonrieron, faltaba Hermione.

Todos estaban muy callados, nadie quería hablar por temor a que alguien los escuche, y entonces llegaron los últimos.

Jason estaba corriendo hacia Piper, a quien abrazo ignorando a todos los demás.

Nico estaba muy agitado, no estaba muy acostumbrado a correr, pero Hazel lo abrazo.

Hermione llego última y sonrío a todos pero se dirigió a Ron quien la felicitó como nadie en su vida. y Harry los miraba como mal tercio.

—De acuerdo, rápido-indicó Percy a los demás. todos entraron al auto, exepto Leo, quien montó su dragón y todos se alejaron del campamento.

Magos y Semidioses Where stories live. Discover now